El grupo de casitas dispone de un espacio común en el que se planea dar las charlas del Dhamma. El entorno es privilegiado para todas aquellas personas que decidan tomar un retiro de larga estancia. El lugar también está preparado para ir creciendo, siempre de forma proporcional y armónica con las necesidades principales de la comunidad, que son principalmente la calma y el poder tener comida y recursos para todo el mundo. El grupo de casitas está rodeado por cuatro hectáreas de campos y bosque. La población más cercana es Calaceite, un bonito pueblo del Aragón rural que reina entre olivares y bosques desde una colina. No hay mucho más alrededor. Llegar a los terrenos donde se planea establecer Saraṇa Gūhā requiere un par de indicaciones precisas para no perderse en los caminos de campo, aunque realmente está bastante cerca de la carretera nacional entre Gandesa y Alcañiz, a 2 horas de Barcelona o Zaragoza.

En los últimos años se ha hablado mucho de las regiones despobladas de España. El rótulo de «España vaciada» es ya una expresión corriente en los medios. Aunque la «España vaciada» no es una zona concreta que se pueda definir con precisión en un mapa, todo el mundo sabe qué significa. El vacío demográfico y económico de la España interior se percibe en general con frustración, como una especie de tragedia, pero puede que a medio y largo plazo sea una bendición para muchos, una forma de reencontrarse con lo esencial, especialmente en una época de colapso ecológico como la nuestra.

En el caso de los practicantes budistas, estas zonas menos pobladas (no necesariamente vacías), de economía rural, ofrecen sin duda una oportunidad de establecer comunidades alejadas del mundanal ruido sin tener que afrontar presiones económicas excesivas. Este es justamente el caso de Saraṇa Gūhā («Cueva refugio»), que se plantea como una extensión rural de otro centro en el macizo del Montseny, cerca de Barcelona, el proyecto de la monja Sayalay Uttarā que hemos mencionado al principio del artículo.