Los estudios budistas en la Argentina. Primera parte: los orígenes

CATÓN CARINI Y BELÉN AZAROLA

Este artículo forma parte de la edición especial: «La educación budista en América Latina y España»

Primera parte: los orígenes

El interés por el estudio del budismo en la Argentina tiene una larga trayectoria que comienza a principios del siglo XX y continúa en la actualidad. A lo largo de ese camino, en variados ámbitos –que incluyen tanto instituciones académicas como organizaciones budistas– se han traducido libros, dictado cursos, materias de grado, conferencias y presentaciones en congresos sobre el budismo. El propósito del presente trabajo es dar cuenta de la historia y la situación actual de los estudios budistas en el país. En esta primera parte abordamos los orígenes del interés en el budismo de la mano de distintas personalidades del ámbito de la literatura, la filosofía y la política. En la segunda parte, vamos a explorar la presencia de estudios sobre el budismo en carreras de grado, centros de investigación e instituciones de divulgación académica de la Argentina. Finalmente, en la tercera parte daremos cuenta de las distintas modalidades de estudio del budismo en el marco de grupos locales de distintas denominaciones tales como el zen, el vajrayana, la Soka Gakkai y el vipassana.

Comenzando con los orígenes del estudio del budismo en la Argentina, a comienzos del siglo pasado, muchas personalidades reconocidas de la cultura local se sintieron atraídas por la filosofía budista y contribuyeron a difundirla en el público más amplio (Gasquet 2008). Durante ese período, el centro de estudio del budismo más relevante fue la Sociedad Teosófica. Esta institución llegó a la Argentina hacia fines del siglo XIX, traída por algunos argentinos que tomaron contacto con este movimiento religioso en el exterior. En el año 1907, Henry Olcott, militar estadounidense, masón, fundador de la Sociedad Teosófica en 1875 y autor de la famosa obra Catecismo budista (1881), viajó a la Argentina a dar una serie de conferencias, momento que podría identificarse como de auge de esta institución en el país. En la década de 1910, contaba con siete Ramas -grupos de estudio- distribuidas en Mendoza, Rosario, Córdoba y Buenos Aires, por lo cual recibió el estatus de Sección Nacional República Argentina. En 1921 se funda oficialmente como Asociación Civil, obtiene su personería jurídica y establece su Sede Central en la Provincia de Santa Fe. Entre sus primeros miembros se encuentran figuras destacadas del campo científico, político y literario, tales como José Ingenieros, Alejandro Sorondo, Leopoldo Lugones, Alfredo Palacios y Joaquín V. González. Sin embargo, a partir de 1940 esta institución entra en un período de estancamiento y de merma de su membrecía (Quereilhac 2008).

Vicente Fatone (Buenos Aires, 1903-1962). Fuente: https://www.biografiasyvidas.com/

De todas formas, el interés en el estudio del budismo en el ámbito local continuó. Un caso destacado es el de Vicente Fatone, filósofo orientalista interesado en el misticismo japonés y en la filosofía budista e hinduista, quien se esforzó en introducir el pensamiento indio en el horizonte cultural argentino. En 1934 y en 1936 impartió en Buenos Aires una serie de conferencias sobre “Los grandes filósofos del budismo“. Tras un viaje de estudio por Asia, en 1937 fue nombrado profesor de Historia de las Religiones en la Universidad Nacional de La Plata, institución que en 1941 publicó su libro “El budismo nihilista” (1941) dedicado a Joaquín V. González, fundador de la Universidad de La Plata, con la inscripción “entre nosotros, el primero que conoció y amó a los filósofos y poetas de la India”. En este libro se propuso exponer el pensamiento de Nāgārjuna insistiendo en que este filósofo budista del siglo II no fue “nihilista”, aunque eminentes investigadores lo designaran así. En el prólogo podemos leer que “ninguno de los problemas queNāgārjuna plantea e intenta resolver nos es desconocido en Occidente. Su interés reside, más bien, en el hecho de que nos ofrezca, como en compendio, muchos problemas que la filosofía occidental ha debatido a través de los siglos”. En retrospectiva, este comentario es comparable al aporte que décadas más tarde harían Fernando Tola y Carmen Dragonetti (2008) al cuestionar el supuesto de la no existencia de una filosofía de la India y publicar un extenso trabajo que prueba lo contrario[i].

En 1957 Fatone fue nombrado embajador en la India y en 1960 profesor de Filosofía e Historia de las Religiones en la Universidad de Buenos Aires, cargo desde el cual siguió dando a conocer una doctrina en su mayor parte desconocida en su país (Harvey 1998). Su contribución influenció profundamente a los escritores del círculo literario Grupo Sur, tales como Eduardo Mallea, Victoria Ocampo, Héctor Murena y Jorge Luis Borges (Gasquet 2008). La nueva vía de exploración filosófica que inició Fatone se verá reflejada en intereses ligados al orientalismo dentro de este grupo y marcará la historia cultural del orientalismo argentino en el siglo XX (2008). Mallea, Murena y Ocampo se inclinarían al hinduismo mientras que Borges al budismo, como puede constatarse en obras que mencionaremos a continuación. Sin embargo, cabe mencionar que la reflexión relativa a culturas asiáticas en el marco de la revista Surse centró fundamentalmente en sus acervos filosóficos y políticos, sobre todo el pacifismo, “como una forma de existencia espiritual acorde a los valores democráticos” que movían al grupo (Gasquet 2008).

Tapa de la segunda edición de ¿Qué es el budismo? (Borges y Jurado, 1976). , libro basado en las notas de Borges para las conferencias sobre budismo que dictó en 1950 en el Colegio Libre de Estudios Superiores.

A mediados del siglo XX el estudio del budismo en Argentina se vio impulsado por la traducción al español de trabajos de reconocidos autores como D.T. Suzuki, Alan Watts, Hubert Benoit, Christmas Humphreys y Eugen Herrigel. Dentro de este contexto receptivo a las ideas orientales, el calígrafo zen Kazuka Sakai dictó en 1955 una conferencia -presentada por Jorge Luis Borges- sobre el budismo en la Librería Nacional de Buenos Aires. Borges mismo, reconocido escritor de sabiduría enciclopédica y candidato al Premio Nobel en múltiples ocasiones, fue muy influenciado por las ideas budistas por lo cual se convirtió en uno de sus difusores a nivel local. En efecto, más de veinte años después de la conferencia de Sakai, en 1977, pronunció una charla titulada “Budismo” en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. La misma fue publicada en el libro Siete Noches (Borges 1980, Magalhães y Carvalho 2013). En ella, además de recorrer los aspectos claves del budismo, realiza cruces con distinguidos autores de la literatura y la filosofía occidental. Esa noche invitó a los presentes a repensar sus categorías y, trayendo un ejemplo del zen, dijo: “Nosotros pensamos siempre en términos de sujeto, objeto, causa, efecto, lógico, ilógico, algo y su contrario; tenemos que rebasar esas categorías. Según los doctores de la zen, llegar a la verdad por una intuición brusca, mediante una respuesta ilógica. El neófito pregunta al maestro qué es el Buddha. El maestro le responde: “El ciprés es el huerto.” Una contestación del todo ilógica que puede despertar la verdad.”. Posteriormente, hacia el final de su presentación, el ilustre escritor agregó: “Lo que he dicho hoy es fragmentario. Hubiera sido absurdo que yo expusiera una doctrina a la cual he dedicado tantos años —y de la que he entendido poco, realmente— con ánimo de mostrar una pieza de museo. Para mí el budismo no es una pieza de museo: es un camino de salvación. No para mí, pero para millones de hombres”. Otros textos tempranos sobre el budismo que podemos mencionar son Zen y la crisis del hombre, de D.J. Vogelmann (1967) y ¿Qué es el budismo?, del propio Borges (1976).

Otro orientalista que tuvo una gran incidencia en el estudio de la filosofía oriental y el budismo en el país fue el jesuita español Ismael Quiles, quien emigró a la Argentina en 1932 donde se convirtió en decano de la Universidad del Salvador de la Ciudad de Buenos Aires. En 1967 fundó la Escuela de Estudios Orientales de la mencionada institución educativa, donde ocupó la Cátedra de Estudios Budistas. Entre sus numerosas obras destaca el libro Filosofía Budista (1968), obra que fue reeditada y que surgió a partir de un estudio dentro del marco de intercambio promovido por el “Proyecto Mayor” de la UNESCO “para la apreciación mutua de los valores culturales de Oriente y Occidente” (Quiles 1968). Este trabajo comenzó en 1960 cuando Quiles viajó a Japón para hacer una estadía, dando inicio a los 5 años de dedicación que le tomó la investigación y escritura de este libro.

Encuentro entre el Dalái Lama y el padre Ismael Quiles. Fuente: https://noticias.usal.edu.ar/

Finalmente, cabe mencionar la labor pionera que han tenido a la hora de promover el estudio del budismo en Argentina dos orientalistas de renombre internacional: los mencionados previamente Carmen Dragonetti y Fernando Tola. Este último, de origen peruano, tuvo una destacada actividad académica en su país durante la primera mitad del siglo XX. En 1964 viajó a la India como consejero cultural de la embajada peruana. Tras su regreso a Sudamérica, en 1970 creó la Cátedra de Sánscrito y Filosofía India en la Universidad de Buenos Aires. Junto a su esposa, Carmen Dragonetti, nativa argentina, creó en 1989 la Fundación Instituto de Estudios Budistas. En la misma se desarrollaron importantes tareas de docencia, investigación, traducción y publicación de textos canónicos originales (ver más adelante).

Bibliografía

BORGES, Jorge Luis y JURADO, Alicia (1976) ¿Qué es el budismo? Buenos Aires: Emecé.

BORGES, Jorge Luis (1980) Siete Noches. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.

FATONE, Vicente (1941) El budismo nihilista. La Plata: Universidad Nacional de La Plata.

GASQUET, Axel (2008). “El orientalismo argentino (1900-1940) De la revista Nosotros al Grupo Sur”. Latin American Studies Center, Working Paper, n°22, pp. 1-24.

HARVEY, Peter (1998). El Budismo. Cambridge: Cambridge University Press.

MAGALHÃES AC, CARVALHO LS (2013) “O budismo literário de Jorge Luis Borges”. Numen: revista de estudos e pesquisa da religião, v. 16, nº 2, pp. 321-332.

MARTINO, Gabriel (2015). “Cuestiones en torno a la filosofía de la India. Tendencias académicas en las universidades argentinas y dilemas (meta)filosóficos”, Journal de Ciencias Sociales, Revista Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo, 3(5), pp. 38-59.

OLCOTT, Henry (1881). Catecismo budista. Buenos Aires: E.L.A.

QUEREILHAC, Soledad (2008) “El intelectual teósofo: la actuación de Leopoldo Lugones en la revista Philadelphia (1898-1902) y las matrices ocultistas de sus ensayos del Centenario”. Prismas: Revista de historia intelectual, n°12, pp. 67-86.

QUILES, Ismael (1968). Filosofía Budista. Buenos Aires: Troquel.

TOLA, Fernando y DRAGONETTI, Carmen (2008). Filosofía de la India. Del Veda al Vedanta. El sistema Samkhya. El mito de la oposición entre “pensamiento” indio y “filosofía” occidental. Barcelona: Kairós.

VOGELMANN, D. J. (1967) Zen y la crisis del hombre. Barcelona: Paidós.


[i].Pese a ello, los prejuicios sobre el estatus filosófico del pensamiento indio continúan en la actualidad, como lo documenta Gabriel Martino (2015), quien publicó un artículo sobre las tendencias académicas en universidades argentinas y sus programas de estudio en relación a este tema, concluyendo que la presencia de la filosofía de la India es prácticamente inexistente en el currículo de las licenciaturas en filosofía.

Puede leer la segunda parte de este artículo aquí

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