Silencio, suena el gran tambor. A propósito de Mahāsi Sayadaw, Mindfulness y vipassanā. El método Mahāsi. Prólogo de Sharon Salzberg. Introducción de Steve Armstrong. Traducción española de Giulio Lucarda. Barcelona: Kairós, 2019.

BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL

Las tradiciones buddhistas son amigas de las paradojas y de la unión de los contrarios. Abundan en parábolas complejas que desafían la explicación racional. De algún modo, la paradoja pone en evidencia el límite de la mente lógica. Esta corre detrás del fenómeno, como el coyote detrás del correcaminos, para terminar siempre sorprendida, flotando en una vacuidad insondable, despeñándose justo antes de lograr su objetivo: agarrar al correcaminos en el caso del coyote, la comprensión del fenómeno de la experiencia en el caso del ser humano que intenta resolver el rompecabezas de la insatisfacción y el dolor. ¿Por qué, después de buscar durante años la satisfacción y el bienestar, seguimos igual de insatisfechos y aquejados? ¿Por qué, después de buscar el conocimiento durante tantos años, seguimos igual de ignorantes? El libro que reseñamos aquí tiene mucho que ver con la superación del conocimiento racional o lógico a través de otra forma de conocimiento, considerado un conocimiento superior: la vipassanā que es fruto de una observación del fenómeno, físico o mental, en el momento mismo de su manifestación. Este es el núcleo de la llamada «técnica de Mahāsi».

El maestro Mahāsi Sayadaw, en el centro, acompañado de sus monjes asistentes. Insight Meditation Society, 1979. Fuente: https://buddho.org/thoughts-on-the-dhamma/

El autor del libro, Mahasi Sayadaw U Sobhana, es uno de los maestros más reconocidos de Myanmar. La mayoría de la gente asocia el nombre de Mahasi con una escuela de meditación, pero su legado va mucho más allá, pues fue un gran conocedor de las escrituras buddhistas en pali, no solamente las canónicas, sino toda la tradición escolástica, en la que también fundamenta sus explicaciones y su técnica de meditación. Mahasi Sayadaw* fue uno de los maestros de ceremonias del Sexto Concilio en Rangún (actual Yangon) en los años cincuenta del siglo pasado. Este concilio tuvo como corolario una nueva edición de las escrituras buddhistas de la escuela theravada, tanto canónicas como escolásticas.

Mahasi Sayadaw U Sobhana en el Sext Concilio Birmano (1954–1956). Su función era la de «preguntador», encargándose de comprobar que otros monjes recitaban de memoria el texto canónico a la perfección.

Como dice el maestro Mahasi al principio del libro, su técnica refleja una lectura detallada de las fuentes en pali, tanto los textos canónicos como las obras escolásticas más tardías. Aunque existe un cierto prejuicio entre muchas personas con lo referente a la tradición escolástica (el propio término escolástico suele utilizarse en español peyorativamente), sería importante que las críticas a la tradición llamada «tardía» o «escolástica» pudieran apoyarse en un conocimiento sólido de estas fuentes. La realidad es que pocas personas en el mundo, y menos todavía en Occidente, conocen esta tradición a fondo, y por lo tanto muy pocas personas han practicado la meditación según sus enseñanzas. Incluso en países de tradición theravada muchos de estos textos son conocidos solamente de nombre por la mayoría de estudiosos monásticos y laicos. Así pues, el libro de Mahasi representa una oportunidad para explorar esta relación entre la enseñanza de los textos canónicos antiguos, los comentarios del siglo V y VI y los subcomentarios posteriores. Mahasi Sayadaw cita estas fuentes abundantemente y sintetiza su complejidad de modo que su mensaje quede claro incluso para quienes nunca recibieron una educación budista formal. Uno debe preguntarse por qué muchos grandes eruditos (mahā-agga-paṇḍitas) de Myanmar, como Ledi Sayadaw o el propio Mahasi Sayadaw, han sido también grandes maestros de meditación.

Sayadaw U Paṇḍita (1921–2016), el más famoso entre los discípulos de Mahasi Sayadaw, continuador y difusor de su tradición. Sayadaw U Paṇḍita fue maestro de meditación de personajes eminentes como Aung San Suu Kyi. Fuente: https://tricycle.org/magazine/the-best-remedy/

Pongamos un poco de contexto, ahora, a la obra escrita de Mahasi. La tradición birmana tiene escuelas de meditación relativamente recientes. En la tradición indo-tibetana se conocen nombres y enseñanzas de grandes meditadores que han dejado linajes estables durante siglos. Por esotéricas que sean estas tradiciones indo-tibetanas, resulta que al menos su existencia está bien documentada y es de conocimiento público. Un caso paradigmático sería Milarepa, meditador conocido en el mundo entero. La tradición theravāda, en cambio, luce con cierto orgullo su condición totalmente exotérica, es decir, sin mensaje secreto ni oculto: no existe «puño cerrado del maestro» ni transmisión selectiva de la enseñanza. Así pues, ¿por qué no tenemos un linaje conocido de meditadores de vipassanā que se pueda remontar a los tiempos de Buddhaghosa (s.V) o incluso del propio Buddha Gotama? Ciertamente, no tenemos referencias de cómo meditaban los monjes theravada antes del siglo xix. No existen ni tratados ni testimonios de la tradición vipassanā antes de la llegada de la luz eléctrica y los taquígrafos.** Parece que, como indica el libro de Judit Jordt, Burma’s mass lay meditation movement: Buddhism and the cultural construction of power (Athens: Ohio University Press, 2007), la meditación theravada tal como la conocemos hoy, sobre todo como fenómeno para laicos, es un producto de la modernidad colonial y postcolonial. Pero una lectura atenta de los textos que nos ha dejado Mahasi Sayadaw revela la importancia de la práctica meditativa incluso dentro de lo que solemos conocer como escolasticismo. Dicho de otro modo, es muy posible que la tradición de meditación dentro del theravada nunca se haya disociado completamente de la tradición escolástica, la cual no era patrimonio exclusivo de los monjes. Esto explicaría por qué muchos de los grandes meditadores de la modernidad, monjes o no, han pasado antes por una instrucción monástica intensiva. También explicaría por qué los monasterios del bosque se han asociado siempre tanto a la meditación como al estudio.

Portada del libro

Una de las características principales de las escuelas de meditación theravada birmanas, en las que destaca la de Mahasi, es el papel cardinal del Abhidhamma, cuya terminología de algún modo dibuja un mapa del territorio. Como cualquier mapa no trata de sustituir el territorio, sino de permitir al caminante moverse en el para llegar a su meta. En el presente libro de Mahasi podemos ver claramente como lo que aparentan ser términos áridos y puramente especulativos toman vida cuando el maestro nos da las indicaciones oportunas sobre cómo utilizarlos. En efecto, no son términos que se hubieran diseñado para la pura especulación intelectual. Es por ello que muchas mentes sobreintelectualizadas se decepcionan al abordar el Abhidhamma. Especialmente en la primera parte del libro de Mahasi, Desarrollo del mindfulness, podemos ir comprendiendo la dimensión meditativa de la terminología escolástica, hasta el punto de comprender que toda la literatura en pali está enfocada, de un modo u otro, al cultivo de sati, la «atención plena», la «presencia mental a cada momento», que en el presente libro se traduce con el famoso término inglés, ya lexicalizado en español, mindfulness. Esta atención plena es lo que abre las puertas a una comprensión profunda de los fenómenos, más allá del concepto o imagen mental que nos hacemos de ellos. El propio Mahasi Sayadaw lo expresa en términos contundentes: «rechazar la práctica de la meditación vipassanā equivale a rechazar la enseñanza del Buda» (p. 93).

En efecto, el presente libro se centra en dos conceptos de práctica: mindfulness y vipassanā. De hecho, este volumen representa una versión abreviada de los más extensos y detallados manuales de vipassanā de Mahāsi Sayadaw. Se escogieron los capítulos 4 y 5, que abren la puerta a la meditación a todo tipo de practicantes y no requieren un estudio previo pormenorizado de las escrituras. El presente volumen también incluye un prólogo de la gran maestra norteamericana Sharon Salzberg, discípula de la tradición de Mahasi y de U Paṇḍita Sayadaw, así como una rica introducción de Steve Armstrong que resume de modo muy ameno y comprensible los materiales que se han dejado fuera de este libro. Además de contextualizar la introducción desde su dilatada experiencia personal, Armstrong explica cuestiones como los vipassanā-jhānas o «absorciones de visión profunda», diferentes de los jhānas o absorciones relacionadas con samatha, calma o concentración mental. Estas aclaraciones son de gran utilidad.

Finalmente es importante destacar la labor de la editorial Kairós, que una vez más apuesta por divulgar literatura menos conocida por el gran público, pero que en realidad encaja con la gran demanda que existe hoy día de conocer las fuentes prístinas de la tradición budista que está detrás del famoso fenómeno mindfulness. También merece una mención especial el traductor, Giulio Lucarda, por su valiosa aportación. Giulio estudió ciencias políticas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, pero posteriormente se dedicó al estudio de la enseñanza del Buddha en la tradición theravada, siendo bhikkhu en Sri Lanka durante unos años. Conoce la técnica de Mahasi, en la que todavía práctica. Ha estudiado y practicado otras ramas del buddhismo, además del cristianismo y el sufismo, y también se ha adentrado en el Qi Gong. Entre sus traducciones encontramos Un mapa del viaje, Mindfulness y vipassana o El Buddha del campo de batalla (de próxima publicación). Actualmente participa en el proyecto Sarana Vihāra de Sayalay Uttara.

Giulio Lucarda, traductor del libro de Mahāsi Sayadaw, Mindfulness y vipassanā, es un buen conocedor de esta tradiciónón, que ha practicado y estudiado durante años. Fotografía gentileza de Giulio Lucarda.

No hay duda de que este tipo de publicaciones son de gran ayuda para conocer más a fondo la rica tradición de meditación en el buddhismo theravada birmano, de la cual tanto se desconoce. Los grandes maestros birmanos suelen llevar el nombre del monasterio o lugar en el que ejercen como abades. Estos nombres tienen su propia historia y significado, los cuales terminan de algún modo asociados al monje que los lleva. La palabra mahā-si (မဟာစည်) en birmano significa «gran tambor», instrumento que tradicionalmente se utilizaba para anunciar noticias importantes en los pueblos y ciudades. Es ciertamente un nombre apropiado para el maestro que dio a conocer la meditación a muchos que la ignoraban, dándoles la noticia, quizás inesperada, de que la paz del nirvana es algo que se puede conseguir en esta misma vida.     

* Literalmente, «maestro (saya) muy venerable (daw)». La palabra birmana saya (escrita chāra) proviene etimológicamente del sánscrito acharya (ācārya) «maestro».

** Para tradiciones esotéricas dentro del theravada, véase la reciente obra de Kate Crosby, Esoteric Theravada. The Story of the Forgotten Meditation Tradition of Southeast Asia. Boulder: Shambala, 2020.

*** Pueden seguir las actividades y traducciones de Giulio Lucardo en su blog: http://luz0de0atencion0constante.wordpress.com/ 

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