Nichiren, el profeta del Último Día de la Ley (Parte 1)

DENISE WELSCH

Cuando hablamos del budismo, tal vez no sea la figura de Nichiren la primera que se nos venga a la cabeza. Sin embargo, es una referencia ineludible para millones de budistas que día a día llevan adelante las prácticas que este sacerdote japonés reveló al mundo hace ya más de 750 años. Durante mi investigación sobre la Soka Gakkai, me encontré casi cotidianamente con referencias a su vida, escritos e ideas, y a la perseverancia con que, contra viento y marea, nunca dejó de insistir en la verdad de sus palabras: que la entonación sincera y con fe de namu myoho renge kyo era el único camino hacia la salvación en esa época de crisis que vivía Japón en el siglo XIII y que tanto él como sus contemporáneos identificaron con la era mappō o «el Último Día de la Ley».

Una estatua de Nichiren en el templo Myoren-ji, ubicado en Kamigyo.

A pesar de la familiaridad que mostraban los miembros de la Soka Gakkai con las ideas de Nichiren, al momento de indagar sobre este personaje fueron muy pocas las referencias académicas que encontré en nuestro idioma. Con este artículo busco presentar a los lectores un personaje relativamente poco conocido fuera de Japón, pero de gran influencia en el budismo japonés y, especialmente, en las llamadas «nuevas religiones japonesas», como Rissho Kosei-Kai, Nipponzan Myohoji o la más conocida Soka Gakkai.

¿Qué podemos decir sobre Nichiren? Fue un personaje muy controvertido en su época, tan rechazado y perseguido como convencido de su verdad. Tildado por unos como alguien de «mal genio» cuyo lugar en el budismo ni valdría ser mencionado (Conze, 1978, p. 287), sus detractores no negaban su gran habilidad para argumentar sin alejarse nunca de las escrituras que tanto había estudiado (Williams, 2009). En sus escritos* deja constancia de la profunda preocupación que sentía por sus fieles, a quienes no dejaba de agradecer por la ayuda y lealtad que le prestaban aun cuando ello implicaba poner en riesgo sus vidas. Asimismo, vemos allí la claridad con que explicaba sus ideas, recurriendo a metáforas fáciles de comprender (el movimiento de los astros, el cambio de las estaciones o el crecimiento de las plantas), así como el fervor con el que defendía y rechazaba a las demás escuelas, particularmente, a la de la Tierra Pura.

Como toda figura que trasciende su época, Nichiren fue un personaje de gran complejidad y clasificarlo de una u otra manera sería limitarlo, dejando de lado una historia más que interesante para una serie o biopic. A continuación, presento su historia y los sucesos que marcaron su vida y su obra. En la segunda parte de este artículo, exploraré sus ideas y motivaciones.

Breve contexto

La vida de Nichiren transcurrió durante el siglo XIII, en una época muy conflictiva de la historia japonesa. La corte imperial ya había pasado a ser solo una figura simbólica, quedando el poder real en manos de los gobiernos militares que se sucedieron desde finales del siglo XII hasta mediados del XIX. La sociedad estaba acechada por luchas políticas, catástrofes naturales, hambrunas y la amenaza cada vez más concreta de una invasión por parte de los ejércitos mongoles. En este contexto, surgieron nuevas escuelas budistas que buscaron dar respuestas en esos tiempos de crisis.

De esta renovación surgieron el budismo Tierra Pura (Jodo Shu) y Verdadera Tierra Pura (Jodo Shinshu), el zen con sus ramas rinzai y soto y, por último, el de Nichiren, que tomó su nombre de su fundador. Para la época en que Nichiren comenzó su prédica, las viejas escuelas vinculadas a la corte imperial, aunque moralmente debilitadas, mantenían cierto prestigio, mientras que el Tierra Pura crecía sobre todo en áreas rurales y el zen se difundía mayormente entre los samuráis (Rubio, 2008).

El mantra namumyohorengekyo se le aparece a Nichiren en las olas cerca de Sumida, en el camino al exilio en la isla de Sado. Imagen de la serie Breve biografía ilustrada del fundador de la secta Nichiren de Utagawa Kuniyoshi. Fuente:https://amam.oberlin.edu/

Nichiren

Sus orígenes fueron muy humildes. Nació en 1222, en una familia de pescadores que le dio el nombre de Zinnichi-maro. Decía Nichiren que había nacido en la que, en la India, equivalía a la casta más baja e impura : aquella involucrada en la matanza de animales. Este origen marginal sería algo que recordaría frecuentemente y a lo que le otorgaría un sentido específico: como hijo de pescadores, conocía de primera mano cuáles eran los sufrimientos, preocupaciones y necesidades de las poblaciones rurales y el modo en que las catástrofes naturales afectaban sus posibilidades de supervivencia. En 1233 ingresó en el templo Seicho-ji del budismo Tendai, donde, según cuenta la tradición, oró frente a la estatua de un bodhisattva, pidiendo convertirse en el hombre más sabio de la nación. Se ordenó como sacerdote a los 16 años, adoptando el nombre de Zesho-bo-Rencho**.

Recorrió los templos de distintas escuelas volcado a la lectura profunda de las escrituras conservadas en ellos. Según cuenta Rubio (2008), al encontrarse con el llamado del Buda a seguir la Ley y no a la persona, se abocó a la búsqueda del sutra correcto, que encontraría en el que posteriormente llamaría el «rey de los sutras», el Sutra del loto (Los escritos de Nichiren Daishonin, p. 3).

Siguiendo las ideas del budismo Tendai y de vuelta en el templo donde se había formado, el 28 de abril de 1253 reveló que el Sutra del loto era la enseñanza más elevada del Buda, y que la invocación de su título myoho renge kyo, precedida por la partícula namu (devoción, entrega) lo contenía en su totalidad. Esta práctica sería conocida como daimoku.

En ese momento adoptó el nombre Nichiren, «Loto del Sol»: «El Sol, como fuente de la iluminación universal, y el Loto, símbolo de pureza y perfección» (Anesaki, 1916, p. 15). Si bien llegó a convertir a algunas personas, debió escapar rápidamente por el rechazo que había generado entre algunos monjes y autoridades de la comarca. En adelante, viajaría por Kamakura, la capital del país, y otras ciudades, buscando convertir a más personas y refutando las enseñanzas de las demás escuelas.

Nichiren ora por la lluvia en el promontorio de Ryozangasaki en Kamakura en 1271. Fuente: Allen Memorial Art Museum.

En 1260 presentó su tratado Rissho Ankoku Ron (Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para establecer la paz en la tierra) a las autoridades de Kamakura, afirmando que los conflictos políticos y sociales y las catástrofes naturales eran consecuencia de la «malicia» de quienes rechazaban el Sutra del loto. Exhortaba así a que se promovieran sus enseñanzas, alertando sobre la inminente invasión por parte de los mongoles, que ya habían llegado a China décadas atrás. El resultado fue un ataque que lo obligó a huir del lugar. Al año siguiente, al volver, fue condenado al exilio en la península de Izu, donde permanecería hasta 1263.

Monje Nichiren en el exilio de la serie “Ilustración de monjes famosos” Fuente: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/57049

En los años siguientes las persecuciones siguieron, llegando algunos de sus seguidores a perder la vida en los enfrentamientos. Destacaré solamente la llamada «persecución de Tatsunokuchi», de 1271, tras la cual Nichiren fue sentenciado a muerte. En su relato sobre estos sucesos, dice Nichiren: «ha llegado el momento de ofrendar mi cabeza al Sutra del loto, y compartir estos beneficios con mis padres fallecidos y con mis discípulos y seguidores laicos, tal como les había prometido (…) ¿Acaso podría haber una alegría más grande?» (Los escritos... p. 806). La ejecución, sin embargo, no se llevó a cabo.

En el mismo relato, Nichiren cuenta que cuando estaba a punto de ser ejecutado apareció en el cielo un «astro brillante, luminoso como la luna» que atemorizó a sus verdugos; algunos huyeron, mientras que los que se quedaron lo trasladaron a una residencia cercana a la espera de nuevas órdenes. Permaneció allí hasta que llegó el indulto, pero debió permanecer exiliado en la isla de Sado. Mientras que para él se trató de la asistencia de las deidades celestiales, según profetizaba el Sutra del loto (Los escritos…, p. 806), se especula actualmente que fue un fenómeno meteorológico o astronómico.

Luego de este segundo exilio, que duró hasta 1274, y tras un nuevo intento de convencer a las autoridades, se retiró al monte Minobu, donde ese mismo año fundó el templo Minobusan Kuonji y vivió los últimos años de su vida. Allí inscribió su mandala, el gohonzon, al que declaró «único objeto sagrado de devoción», y ante el cual se debería entonar el daimoku. Falleció en el año 1282, a los 60 años.

Nichiren se salva de la ejecución en Takinoguchi, provincia de Sagami. Fuente: https://mydailyartdisplay.uk/2025/02/03/utagawa-kuniyoshi-and-nichiren-part-1/

Bibliografía:

Anesaki, M. (1916). Nichiren, the Buddhist Prophet. Harvard University Press.

Conze, E. (1978). El budismo. FCE.

Rubio, C. (2008). Introducción. En: Los escritos de Nichiren Daishonin. Soka Gakkai Internacional.

Williams, P. (2009). Mahayana Buddhism. The doctrinal foundations. Routledge.

Los escritos de Nichiren (2008). Soka Gakkai Internacional.

*[1] Se conservan los originales de largos tratados y numerosas cartas enviadas a sus discípulos. En el sitio www.nichirenlibrary.org/es se pueden consultar en el volumen Los escritos de Nichiren Daishonin, editado en español por la Soka Gakkai Internacional en 2008.

**Zesho, «sabio bajo el sol»; bo, «sacerdote»; Rencho, «crecimiento del loto» (Rubio, 2008, p. XXXII).

Denise Welsch

Denise Welsch es Licenciada en Antropología Sociocultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, becaria doctoral del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires y docente de Antropología y Sociología. Es autora de varios artículos sobre la práctica budista de la Soka Gakkai argentina. Se interesa por el estudio de los aspectos simbólicos de las prácticas religiosas y cómo estos dan forma a procesos de construcción y transformación de la subjetividad.

Puede leer la segunda parte de este artículo aquí