Ferran Mestanza: enseñar la esencia del budismo en el mundo moderno

DANIEL MILLET

 Este artículo forma parte de nuestra edición especial «La educación budista en América Latina y España» 

En un momento en que la sociedad occidental muestra un creciente interés por las tradiciones contemplativas, Ferrán Mestanza destaca por su capacidad para tender puentes entre la sabiduría del budismo tibetano y el mundo contemporáneo. Su próxima participación como docente en el curso en línea «Budismo vajrayāna y tibetano: enseñanzas y prácticas», coorganizado por la Fundació Universitat Rovira i Virgili y la Fundación Dharma-Gaia, ofrece una valiosa oportunidad para acercarse a estas enseñanzas desde una perspectiva rigurosa y accesible.

Ferran Mestanza García, discípulo del reconocido tibetólogo Ramon Prats, combina una sólida formación académica con una amplia experiencia práctica. Es licenciado en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y en Lenguas y Civilizaciones Orientales, con especialización en tibetano, por el Institut National des Langues et Civilisations Orientales (INALCO). Además, posee el título de Diplôme d’Études Approfondies (DEA) en Estudios Asiáticos Superiores. Está acreditado como instructor de nivel 2 en MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) por la Brown University School of Public Health. Su trayectoria académica y profesional se ha enriquecido con tres años de estancia en India y Nepal, así como cuatro años en París, donde profundizó en el estudio y la práctica del budismo tibetano.

Como director fundador del Centre de Mindfulness de Barcelona, Mestanza ha dedicado su vida profesional a hacer accesibles las prácticas contemplativas budistas para todo tipo de público, manteniendo siempre el respeto por la autenticidad de las enseñanzas tradicionales. Su labor como profesor de tibetano clásico y traductor especializado en textos budistas también ha contribuido significativamente a la difusión del dharma en el mundo hispanohablante. En esta entrevista, nos relata su significativo encuentro inicial con el budismo tibetano, su formación académica y experiencia práctica en Asia, y reflexiona sobre el reto de transmitir estas enseñanzas de forma auténtica y accesible en el contexto occidental contemporáneo.

Ferran Mestanza García. Cortesía del autor.

BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL: Por favor, cuéntanos cómo se produjo tu encuentro inicial con el budismo.

FERRAN MESTANZA: Como muchas, si no la mayoría de las cosas que nos suceden, encontrar el budismo fue una casualidad o, como se suele decir en términos budistas, una causalidad. En 1996, cuando tenía 19 años y estaba cursando los estudios de Humanidades en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, asistí junto a un pequeño grupo de compañeros de clase a un taller sobre el budismo tibetano que ofrecía Ramon Prats, quien había sido profesor de tibetología en la Universidad de Nápoles. Al final del día, cuando la tienda cerraba sus puertas al público, nos reuníamos en el corazón del barrio judío de Barcelona, en la alcoba de la Librería Santo Domingo.

29 años después, puedo ver que ese fue el comienzo y uno de los puntos de inflexión más importantes de mi vida, puesto que lo que podía haber sido un encuentro «casual» más y, por lo tanto, puntual, se convirtió en un encuentro totalmente significativo y en el inicio de una vida dedicada al estudio y la práctica del Dharma.

En aquellas sesiones vespertinas e informales, Ramon nos habló de un modo cercano y sincero de su propia experiencia con su maestro tibetano Namkhai Norbu, con quien había tenido un contacto cercano en Italia. La aproximación simple y directa al estado natural de la consciencia, característica de la tradición dzogchen o la «gran completud», así como las prácticas sencillas de meditación, desprovistas de todo ritualismo y dogmatismo, no me resultaron lejanas ni exóticas, sino totalmente cercanas y llenas de sentido. De hecho, tuve la sensación de que aquellas enseñanzas y prácticas eran lo que tenía más sentido de cuanto había conocido y albergaban una riqueza y profundidad que quería explorar.

Templo de Merigar, Italia. Cortesía de Ferran Mestanza.

Saber que esta tradición era tan antigua y seguía viva a través de la transmisión de linajes de maestros y discípulos, me estimuló a emprender una aventura vital de exploración interior hacia la naturaleza humana y exterior hacia culturas lejanas. Así, después de ese taller, empecé a estudiar de forma privada con Ramon Prats los fundamentos de la lengua tibetana clásica y el budismo, y dos años después empecé a viajar para ir al encuentro de las fuentes y la tradición viva del budismo tibetano. En la primavera de 1998 asistí a mi primer retiro de meditación en el Monte Amiata, en la Toscana, con Namkhai Norbu, y ese verano viajé a India y Nepal, donde conocí a distintos maestros tibetanos en el exilio. De estos encuentros el más importante fue con Chatral Rinpoché de quien recibí la toma de refugio y el nombre de Shakya Rinchen.

Chatral Rinpoché tenía 85 años y llevaba una vida de ermitaño. Vivía en una casa de madera en medio del bosque, en los aledaños del célebre templo nepalí de Dakshinkali y las legendarias cuevas de Yangleshö y Asura, vinculadas a Padmasambhava. Sentado en su cajón de meditación, su presencia llenaba toda la estancia. Su mirada era profunda y penetrante, y sus ojos eran cristalinos y puros como los de un niño. Su voz era especialmente ronca y grave, y hablaba de forma pausada y con dulzura.

El encuentro consistió en una simple conversación cordial sobre mis orígenes y mis intereses, tras la cual me invitó a regresar al cabo de unos días. Antes de irme golpeó mi coronilla con sus dedos. Fue un golpe seco y rápido. Una hora después, ya en el autobús de vuelta a Kathmandú, me di cuenta de que, desde que había salido de su casa, había estado experimentando un estado de completa paz y claridad mental, un estado sin igual de alegría tranquila y total plenitud.

Tiempo después recordé que, de niño y adolescente, había experimentado estados parecidos. De hecho, creo que la mayoría de las personas experimentan estos estados de forma natural en la niñez o en momentos especiales de su vida, pero los olvidamos si nadie nos habla de ello o nos enseña a reconectar con ellos. Para mí, el budismo no conduce a alguna experiencia alterada de conciencia o a algún tipo de iluminación exótica, sino que enseña a regresar al estado natural de completud del ser humano, desde el que podemos llevar una vida con sentido y de forma ética.

Este fue el verdadero «encuentro» con el budismo, que en realidad fue un encuentro profundo conmigo mismo, y que hizo que orientara mi vida hacia el estudio y la práctica del Dharma y, años después, a su enseñanza. 

Estupa de Boudhanath, Kathmandú. Cortesía de Ferran Mestanza.

BDE: Nos encantaría conocer más sobre tu estudio y enseñanza del budismo tibetano en el ámbito académico. ¿Podrías contarnos acerca de tu formación y experiencia en este campo?

Después de este primer viaje a India y Nepal el verano de 1998, ese mismo otoño fui a estudiar tibetano clásico a la Universidad de París e inicié mi formación universitaria en el campo de los estudios budistas.

Durante los siguientes 14 años, terminé la Licenciatura de Humanidades en Barcelona y, en París, completé una Licenciatura y un Máster en estudios tibetanos. En mi tesina de Máster, investgué sobre el maestro tibetano del siglo XI Rongzom Paṇḍita y su papel en la formación de la Escuela Antigua (rnying ma) del budismo tibetano.

Mis directores de Máster fueron el mismo Ramon Prats, quien durante todos estos años fue mi principal mentor, así como el renombrado tibetólogo de la Universidad de Chicago, Matthew Kapstein. En la Universidad de París también conocí al Lama Tenzin Samphel, un gran erudito y practicante ñingmapa con quien todavía sigo en contacto regularmente y de quien sigo aprendiendo.

Durante este tiempo, pasé 4 años en París y seguí viajando a India y Nepal, donde pasé tres años, estudiando y conociendo distintos maestros. Bajo la dirección de Matthew Kapstein y Ramon Prats, también inicié un doctorado. Sin embargo, después de años de estudio académico y práctica personal, en 2012 decidí abandonar el doctorado y empezar a formarme como profesor de mindfulness, con el fin de abrirme a una aproximación al budismo moderna y laica e integrar su práctica con mi cultura y sociedad.

Universidad de La Sorbonne, París. Cortesía de Ferran Mestanza.

BDE: ¿Cómo dirías que influyó el conocimiento de la lengua tibetana clásica en tu comprensión del budismo tibetano?

Ya desde un comienzo, fue muy importante para mí conocer directamente la tradición budista y no solo aproximarme al budismo a partir de las traducciones, adaptaciones o interpretaciones occidentales. Por este motivo, decidí viajar a India y Nepal para recibir enseñanzas personalmente de los maestros y, por otro lado, emprendí el estudio de la lengua de los textos antiguos y, de este modo, poder acceder a las fuentes de la propia tradición.

Sin duda alguna, esta aproximación directa ha sido el elemento que más ha influido en mi comprensión del budismo. Al mismo tiempo, mi posterior acercamiento al mindfulness moderno me ha ayudado a poder integrar los conceptos y prácticas tradicionales a mi realidad y mis necesidades en la sociedad y la época actual.

De este modo, mientras públicamente doy clases de mindfulness, a nivel privado sigo impartiendo clases de tibetano clásico a un grupo muy reducido en el que leemos, traducimos y comentamos fragmentos de textos del budismo tibetano, especialmente de la tradición dzogchen y del maestro del siglo XIV Longchenpa, de quien estamos preparando la traducción del Chos dbyings mdzod: El espacio de la naturaleza de la realidad.

Pecha (libro tibetano). Cortesía de Ferran Mestanza.

BDE: En 2018 fundaste el Centro de Mindfulness de Barcelona. ¿Cuál fue tu camino hacia el mindfulness y qué despertó en ti un interés tan profundo por esta práctica?

En una ocasión el lama tibetano Dugu Choegyal Rinpoché me dijo más o menos algo así: «Nosotros hemos ido a Occidente, hemos intentado enseñar el budismo y, después de muchos años, hemos visto que no ha funcionado. Ahora quizás debáis ser los occidentales que venís aquí los que cuando volváis intentéis enseñar». Para la mayoría de los occidentales, las creencias y prácticas budistas asiáticas no son aplicables a su cultura. El budismo no existe en una burbuja, ni puede trasplantarse de una sociedad a otra. El budismo siempre ha formado parte de la cultura de su entorno. ¿Qué sentido tiene para un occidental realizar cada día un ritual medieval tibetano?

El mindfulness moderno es una reformulación de las enseñanzas y prácticas budistas adaptadas al contexto occidental, laico y científico, pero, para mí, el mindfulness y el budismo son una y la misma cosa, que puede expresarse de infinitas maneras.

BDE: Has impartido cientos de cursos de mindfulness en la última década, compartiendo esta adaptación de las enseñanzas tradicionales del budismo al contexto moderno. ¿Qué desafíos enfrentas al enseñar esta práctica a personas con perfiles tan diversos y en entornos tan variados? ¿Cómo logras transmitir la esencia profunda de esta tradición milenaria en un mundo acelerado y pragmático, evitando que el mindfulness pierda su autenticidad al popularizarse?

Este es el reto y una pregunta que me planteo cada vez que me pongo a enseñar. La base es, primero, mantener la autenticidad en uno mismo, llevando una vida lo más ética e íntegra posible. El mindfulness no es una herramienta ni una técnica de meditación para aliviar los síntomas de nuestro estilo de vida, como el estrés, la ansiedad o la depresión. Lo que quiero decir es que, para mí, el mindfulness no es una práctica que hacemos mientras seguimos con nuestras vidas, nuestras relaciones o nuestros trabajos, sino que es, en sí mismo, una forma integral de vivir que nos lleva a ir transformando, poco a poco, nuestra forma de actuar y vivir, a transformar nuestras actitudes, relaciones, trabajos, alimentación, …

El punto clave es la ética, es decir la forma de vivir. Despertar a la verdadera naturaleza de la conciencia, ser conscientes y tener presente el estado natural de nuestra mente y nuestro corazón, regresar a nuestra naturaleza humana es sanador, nos conduce a transformar nuestra manera de actuar y vivir, y nos abre a apreciar esta maravillosa vida, incluso con todas sus dificultades.

Enlaces de interés:

Centre de Mindfulness de Barcelona

Artículos publicados en Buddhistdoor en Español

«Inscripciones abiertas para el curso en línea «Budismo vajrayāna y tibetano: enseñanzas y prácticas», coorganizado por la Universidad Rovira i Virgili y la Fundación Dharma-Gaia» de Buddhistdoor en Español

«Introducción editorial a la edición especial «La educación budista en América Latina y España»de Buddhistdoor en Español

«La situación de los estudios budistas en España: los programas docentes» de Juan Arnau Navarro, Montse Castellà Olivé, Francisco Díez de Velasco, Ricardo Guerrero Diáñez, Basili Llorca Martínez, Daniel Millet, Agustín Pániker Vilaplana, Aleix Ruiz Falqués, Jaume Vallverdú Vallverdú, Abraham Vélez de Cea.

Publicaciones clave en los estudios budistas hispanohablantes

Estudios Budistas en América Latina y España (Volumen I)editado por Daniel Millet Gil y Jaume Vallverdú. Este primer volumen reúne una serie de ensayos que exploran la relación entre el budismo y la cultura hispanoamericana, abordando temas como la recepción del budismo en América Latina y España, las traducciones de textos budistas al español y el impacto del budismo en las sociedades contemporáneas.

Descargable en: https://llibres.urv.cat/index.php/purv/catalog/view/563/583/1270

Estudios Budistas en América Latina y España (Volumen II), editado por Daniel Millet Gil y Jaume Vallverdú. El segundo volumen amplía el enfoque del primero, incluyendo contribuciones que analizan el budismo desde perspectivas interdisciplinarias y regionales, con énfasis en su interacción con las tradiciones culturales locales y su impacto en el ámbito académico.

Descargable en: https://llibres.urv.cat/index.php/purv/catalog/view/595/610/1301

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Daniel Millet Gil es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster y doctorado en Estudios Budistas por el Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Hong Kong. Galardonado con el premio Tung Lin Kok Yuen a la excelencia en estudios budistas (2018-2019). Es editor ejecutivo y colaborador habitual a la plataforma Buddhistdoor en Español y fundador-presidente de la Fundación Dharma-Gaia, una organización sin fines de lucro dedicada a la enseñanza académica y difusión del budismo en los países de habla hispana. Esta fundación también promueve y patrocina el Festival de Cine Budista de Cataluña. Además, Millet se desempeña como codirector del programa de Estudios Budistas de la Fundació Universitat Rovira i Virgili (FURV). En el ámbito editorial, dirige tanto la Editorial Dharma-Gaia como la Editorial Unalome, ambas especializadas en la publicación de traducciones de textos budistas. Sus numerosas publicaciones académicas están disponibles en: https://hku-hk.academia.edu/DanielMillet