El que quiera que pueda. Primera parte.

LILIANA ARIAS ROMERO

El inicio de la búsqueda espiritual en Europa y Estados Unidos

El inicio de la migración de la filosofía del Buddha, comenzó principalmente con aquellos aventureros jóvenes de los años sesenta, que tenían una mente más abierta y estaban dispuestos a encontrar nuevas formas de pensamientos que pudieran transformar sus vidas. Así, se inició una peregrinación marcada con la mochila a la espalda hacia los caminos del Himalaya en busca de nuevos horizontes de sabiduría.

Estos jóvenes que ponían en tela de juicio ciertos valores de la modernidad y aspiraban a una experiencia diferente, dieron un paso que abrió la avenida para la visita de grandes maestros de diversas tradiciones que con el tiempo se fueron asentando en tierras occidentales. «Hacer el puente entre quienes yendo a los Himalayas tuvieron contacto con los maestros y les invitaron a venir desde los Himalyas.»

A continuación, cito fragmentos importantes del libro El Budismo en Occidente, de Frédéric Lenoir, que nos muestran cómo el pensamiento budista emigró en el tiempo hacia Occidente.

Página 223.

«Un joven periodista y realizador de televisión, Arnaud Desjardins, que ha rodado varios documentales de la espiritualidad hindú y sufí, decide regresar a la India y filmar a los grandes lamas en el exilio. Viaja en coche con su esposa e hijos y en 1964 se presenta ante Su Santidad Dalái Lama y le solicita permiso para filmar ceremonias iniciáticas ordinariamente secretas, a fin de que los occidentales descubran la riqueza y la profundidad de las enseñanzas tibetanas. Tras un largo silencio y cerrando los ojos, el jefe de los tibetanos les responde: ‘Arnaud Desjardins no ha recorrido 8000 kilómetros en balde’

Difundidas por primera vez en 1966, las dos entregas del Mensaje de los tibetanos vuelven a difundirse en octubre del mismo año, respondiendo a las demandas de miles de telespectadores cautivados. Desde Le Figaro a L’Humanité pasando por France Soir y Télérama, la prensa también se muestra entusiasta: «Los tibetanos no necesitan tranquilizantes: su religión les proporciona la paz y la felicidad», titula L’Express, que le dedica un largo reportaje al tema. «Este mensaje de los tibetanos, por hermético que haya sido, no ha sido menos rico en reflexiones e imágenes sublimes. Durante mucho tiempo perdurarán en nuestra memoria esas danzas y encantamientos y esos rostros tersos de los sabios llegados a los límites de la sabiduría», escribe Guillaume Honoteau en  Téle 7 jours.

«Remitidos de nuevo en 1968, los documentales de Arnaud Desjardins impulsan a decenas de jóvenes franceses y suizos a tomar los caminos del Himalaya para conocer a aquellos maestros fascinantes. Uno de ellos se ha hecho célebre: Matthieu Ricard. En conversaciones con su padre, Jean Francois Revel, este antiguo investigador de la biología molecular del Instituto Pasteur, convertido en monje budista, cuenta cómo nació su deseo de partir al encuentro de los lamas tibetanos, después de haber visto la película de Desjardins».

Página 239.

«Se imponen dos consideraciones de orden general. En primer lugar, diversos lamas tibetanos jóvenes se han dirigido a Gran Bretaña o a Estados Unidos para estudiar allí y, a continuación, transmitir el Dharma. Pero es esencialmente a Francia a donde los maestros tibetanos han sido invitados en primer lugar para fundar centros. Les han requerido sus discípulos occidentales que, curiosamente, no eran siempre franceses. En segundo lugar, los tibetanos jamás han ‘planificado’, como algunos imaginan, la conversión de Occidente al budismo. En los dos grandes casos representativos, casi siempre son los occidentales quienes se hallan en el origen de la fundación de los centros».

Página 243.

«A lo largo de los años, lamas de todas las ascendencias han acudido a instalarse en Francia, y por doquier en Occidente, atendiendo a las invitaciones de los discípulos de los diversos países. Así, los sakyapas se instalaron por primera vez en Normandía, Francia, en 1974, en la persona de Phendé Rinpoche, que se había casado con una joven discípula francesa unos años antes. La escuela gelugpa, del Dalái Lama, ha conocido dos grandes propagadores del budismo en Occidente».

Un documental sobre el surgimiento del budismo en Latinoamérica

Recientemente, con el propósito de compartir a un público amplio el desarrollo del florecimiento del Dharma en Latinoamérica, la Fundación Sakya (Pedreguer, España) produjo un documental sobre la gira de venerable lama Rinchen en aquella región.

El venerable lama Rinchen Gyaltsen (Uruguay, 1972), maestro del budismo tibetano de la tradición Sakya, representa a la Fundación Sakya en España. En el año 2022, realizó una gira por cinco países latinoamericanos (incluidos Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Colombia), fruto del incipiente interés que los latinoamericanos han mostrado por las enseñanzas budistas.

Desde hace más de 10 años, se ocupa de difundir el Dharma en lengua castellana desde el Centro Paramita de la Sella (Monte Sella, Alicante) que dirige y, en especial, de promover el Buddhadharma irradiando las enseñanzas hacía miles de sus seguidores desde la plataforma www.paramita.org.

Acompañado de un equipo de calidad a lo largo de la gira por Latinoamérica, apoyó la creación de un documental que fue estrenado el 28 de octubre de 2023 y cuyo nombre es El arte de plantar semillas. Al hacerlo, empezó una maravillosa aventura que esperamos pueda inspirar a miles de personas.

Imagen capturada del documental «El arte de plantar semillas.»

Al preguntarle al maestro venerable lama Rinchen «¿qué motivó a los realizadores a llevar a cabo un documental sobre su gira por Latinoamérica?», nos dio la siguiente respuesta:

Venerable lama Rinchen: Muchas gracias por tu interés y apertura. Inicialmente, el propósito de filmar este documental devino de la necesidad de responder al interés de las personas y a su demanda. También, al criterio de abarcar a un mayor número de seres posibles para que todos tengan, como practicantes, la oportunidad de integrarse a una comunidad budista y compartir el fruto del interés de tantas personas involucradas en la gira del pasado año a lo largo de cinco países latinoamericanos.

En tal sentido, hoy puedo decir que el documental es el testimonio vivo de un proceso de mucho tiempo, llevado a cabo por cientos de personas que aspiran a compartir con otras su experiencia al recibir enseñanzas budistas.

En otras ocasiones, la motivación provino de algunas personas que no habían podido participar de manera presencial en la gira debido a temas vinculados a la dificultad de trasladarse de un país a otro, o de los que no pudieron llegar a tiempo para inscribirse y también de los que no tuvieron cupo y querían ser parte de los eventos. Como consecuencia, a través del documental, los realizadores encontraron una ocasión propicia para poder acercar esta experiencia singular a todas aquellas personas que quisieran participar del ciclo de enseñanzas por los países.

Cuando hablo de una experiencia singular, lo hago en el sentido de precisar que este documental muestra para estos realizadores jóvenes —con mucho empuje y compromiso con las enseñanzas y el arte— la experiencia del Dharma llegando a Latinoamérica y floreciendo. Básicamente, es este aspecto el que convierte al documental en un hecho histórico, porque, es bueno aprovechar el impulso de esta primera ola de difusión organizada de las enseñanzas en Latinoamérica. A nivel documental y artístico, esta es una de las primeras ocasiones en las que se registran escenas de experiencias que ilustran el encuentro de estudiantes budistas con el Dharma. Por lo tanto, en la comunidad, hay una madurez que ha surgido a través del trabajo sostenido de nuestros grupos y círculos de estudio para valorar y apreciar uno o varios retiros presenciales con el propósito de recibir enseñanzas.

Aunque esta primera gira es un paso pequeño en este intento de dar a conocer las enseñanzas, parten de genuino intento para crear condiciones favorables en la transmisión del Dharma a estas nuevas tierras.

Imagen capturada del documental «El arte de plantar semillas»

El encuentro de estudiantes con su maestro

Como planteaban los realizadores, la mayor aspiración presente en el documental es la de que todos los que quieran tengan acceso al Dharma y la oportunidad de recibir enseñanzas del maestro.

Interrogado al respecto, el venerable lama Rinchen nos explica:

Venerable lama Rinchen: A lo largo de una vida, es muy difícil que un maestro toque a la puerta o apriete el timbre de la casa de un estudiante para ofrecerle enseñanzas. A la vez, es muy difícil que estén sincronizadas todas las circunstancias necesarias para que un encuentro verdaderamente espiritual y transformador se produzca entre un maestro y un estudiante. Eso es prácticamente un arte.

A veces, si las condiciones están reunidas, el maestro puede vivir en tu mismo continente, en tu mismo país o incluso habitar en tu misma ciudad, pero seguramente no tocará a tu puerta, ni arreglará tus horarios, ni le pedirá a tu jefe vacaciones para que puedas asistir a un retiro. En realidad, todo depende de ti, de tu iniciativa. Eres tú quien debe dar un paso, un paso hacia el Dharma, un paso preciso y voluntario.

El encuentro debe producirse en la intersección adecuada, y dando lo mejor de sí mismo para que el encuentro se posibilite.

Finalmente, nos tenemos que encontrar a medio camino. Ambas partes, voluntariamente, deben dar el paso para poder desarrollar un vínculo extraordinario en el Dharma.

Que todos los que quieran puedan tener acceso al Dharma

Le hemos preguntado al venerable lama Rinchen sobre otro de los objetivos presentes en la realización del documental y esta ha sido su respuesta:

Venerable lama Rinchen: Otra intención presente en el documental es la de desmitificar el carácter excepcional que se le atribuye a los practicantes budistas y a los participantes en retiros de meditación. Espero que las personas puedan ver en el documental que, quienes hemos participado de esta gira, somos personas comunes y corrientes, como tú o como yo, y que el budismo no es una cuestión de élites.

Aunque el budismo apunta a la perfección del ser, las enseñanzas del Buddha se conectan contigo para que empieces a dar pasos en el sendero desde donde tú te encuentras, creando una rampa accesible. A pesar de que la filosofía sea profunda y las prácticas sublimes, siempre hay una vía de acceso que permite que las enseñanzas aporten valor para todos.

Lo único que un practicante genuino necesita para crecer espiritualmente y para recibir enseñanzas del Dharma es interés, apertura y un poco de valentía. Para ello, debemos saber que no necesitamos ser especiales o superdotados. Con el documental, queremos compartir la experiencia de encontrar el camino y normalizar el ser un practicante budista.

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Lo primero que debemos hacer por nosotros es encontrar el espacio y tiempo adecuados en nuestra vida para invertir en el Dharma. Luego, podremos colaborar en actividades y ofrecer la larga lista de nuestros recursos y habilidades al servicio de la comunidad.

Por ejemplo, para gestionar eventos como los involucrados en la gira del año pasado por Latinoamérica, se requieren varios equipos de organización. Detrás de cada acción evidente hay muchas personas colaborando voluntariamente. Esto es lo que hace posible que haya un encuentro y vengan las personas a participar de la oportunidad de conocer a un maestro y de que las personas asistan a ese encuentro. Son ellas las que lo hacen posible.

Entonces, creo que es muy importante resaltar el heroísmo y la voluntad de los organizadores en las actividades. Personas muy diferentes, provenientes de lugares diferentes, de profesiones y edades variables son convocadas y se nuclean a través de una aspiración común, que todas las personas que quieran, puedan. Es decir que, todas las personas que vayan al encuentro del Dharma, encuentren los recursos y las condiciones para florecer.

Puede leer la segunda parte de este artículo aquí