La emergencia de los Gupta

ALEJANDRO TAPIA VARGAS

Solemos ubicar el origen del hinduismo en la época de los Gupta, y pensar que el florecimiento de los templos hindúes se dio en este mismo período, e incluso que las bases de la cultura de la India se establecieron entonces. No sé si sean mis sesgos personales o las lecturas asequibles o mi propia ignorancia, pero lo entiendo de manera diferente. Es más preciso decir que durante el imperio Gupta se dieron ciertos desarrollos que, siglos después, adquirieron forma y recibieron esos denominativos.

Ubiquémonos primero. Mientras que los griegos, persas y escitas se reconfiguraban una y otra vez en los márgenes del río Indo, en el delta y en el valle del Ganges tuvieron sus propias conformaciones. Después del reino de Asoka, gobernaron los Shunga y luego los Kanva (y seguimos sin saber si fueron o no una rama de los Maurya); mientras que en la costa este de la India florecieron los Kalinga como Mahamegavahanas, contemporáneos y posteriores a los Satavahanas.

Ajanta, Chaitya de la cueva 26. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Ajanta_Caves#/media/File:Ajanta_Cave_26_Dagoba_with_praying_monks.jpg

El sánscrito.

Pensemos en el sánscrito. Los investigadores ubican previo a los Gupta la composición de algunas obras épicas como el Mahabharata (entre el año 400 a.e.c y 300 e.c.) y el Ramayana (entre el 200 a.e.c y el 200 e.c.), o el Arthashastra(tratado sobre la manera de gobernar) en el siglo IV a.e.c., así como el posterior Dharmashastra de Manu, que se convirtió en el código legal de los brahmanes ortodoxos.

Recordemos que se le atribuye a Panini, un contemporáneo del Shakyamuni, el haber codificado el sánscrito en su Aṣṭādhyāyī («Gramática de ocho capítulos»), cuando la escritura no era una práctica común y el aprendizaje se hacía por recitación. Y que, a su vez, se le atribuye a Patanjali (sí, el mismo del Yogasutra de alrededor nuestra era) la elaboración de una obra comentada de reglas selectas sobre la gramática de Panini (Mahabhashya).

Frente al griego de los macedonios, el lenguaje del sanscrito se posicionó entre las clases indias estudiadas y cultas. Sin embargo, fue la poesía de la corte (kavya) y el teatro secular (natya) lo que alcanzó mayor popularidad. A principios de nuestra era, se escribieron sutras en sánscrito, así como el poema épico Buddhacarita, conocido como la primera biografía del Buda, y la posterior Lalitavistara.

Expansión del imperio Gupta. Fuente: https://www.worldhistory.org/uploads/images/14917.png?v=1729260549-0

Los Gupta

Los Gupta se posicionaron originalmente en Pataliputra, desde donde se extendieron a partir del año 320 e.c. Mantuvieron un gobierno brahmánico (rajadharma), en el que el deber del monarca era proteger a su pueblo y arbitrar sus disputas. Conservaron los gobiernos provinciales, a los cuales ayudaron a desarrollar su propia jerarquía política. Recaudaron tributos, establecieron alianzas matrimoniales, favorecieron la producción de bienes materiales y el intercambio económico.

Ya con el sánscrito como una práctica escrita, los Gupta promovieron diferentes aspectos culturales, que llevaron implícito un boom documental y literario en áreas que hoy denominamos religiosas, científicas y las artes. Se compusieron códigos ético-legales (dharmashastras) que tomaron como base al de Manu como los de Yajnavalkya, Narada, Brihaspati o Katyayana; obras de astronomía como el Jyotisha-vedanga, el Surya-prajñapti y el Panchasiddhantika. El famoso arte amatorio del Kama Sutra. Obras de teatro y poemas como los de Kalidasa basado en los Vedas, el Ramayana, el Majabharata.

Mantuvieron el comercio por mar y tierra, lo cual tuvo su impacto en dos grupos de poder. Mientras que para las castas superiores indias viajar implicaba contaminarse por el contacto con la gente impura (mlechchhas), la pureza ritual requerida les representaba una objeción, principalmente para los «nacidos dos veces» (dvija), es decir, los brahmanes sacerdotes. Fue en esta época, en el norte de la India, cuando se consolidó la idea del brahmanismo védico de sangre pura, como herederos arya, y los brahmanes se posicionaron como la casta de mayor estatus.

El comercio mantenido por los Gupta. Fuente: Avari, 2007, p. 136.

Si en el pasado la sangha dependió de los donativos de los gobernantes, comerciantes y laicos, con los Gupta la sangha se involucró en actividades mercantiles. A diferencia de los brahmanes, no tuvieron reparos en la navegación. En el continente, prestaban dinero, cobraban intereses, rentaban la tierra de la que eran concesionarios, y recibían la sexta parte del producto a manera de impuesto. En esto no eran tan diferente de los brahmanes privilegiados, quienes también vivían de donaciones y concesiones de tierra. Estas actividades permitieron a los miembros de las viharas depender menos de los donativos, reducir el contacto con los laicos y fomentar prácticas como la reclusión, la transcripción, el estudio y la discusión de las escrituras, entre ellas las de Nagarjuna, del siglo III e.c.

Los jainas contaron con el apoyo de los mercaderes en el occidente de la India y en el sur del Deccán. Escribieron en prácrito, además de en sánscrito, y sus obras se caracterizan por ser más didácticas y de un franco interés doctrinal. Representaron a Mahavira y a otros santos escultóricamente, de pie y en postura meditativa, aunque la figura sedente con las piernas cruzadas fue la imagen modelo. A finales del periodo Gupta, los jainas definieron su canon en un concilio celebrado en Valabhi, Gujarat.

Se le atribuye a Kumara, cuarto gobernante Gupta, la fundación de Nalanda cerca del año 425. Fue un colegio o universidad monástico budista donde se estudiaron una amplia diversidad de materias, como medicina, música, agricultura, astronomía, matemáticas, gramática, retórica, lógica y metafísica. En filosofía, se estudiaban el budismo, al igual que el brahmanismo y el jainismo. Nalanda llegó a sostenerse gracias al producto de las aldeas donadas, ofreciendo servicios educativos gratuitos a sus estudiantes. No obstante, el conocimiento técnico, especializado y artesanal siguió siendo exclusivo de los gremios.

Las famosas cuevas de Ajanta alcanzaron su máximo esplendor durante el periodo Gupta. Estaban estratégicamente ubicadas en el cruce de rutas comerciales, dentro del reino Vakataka (posterior a los Satavahana y subsidiario de los Gupta por alianzas matrimoniales). Estas cuevas fueron diseñadas con el propósito de albergar a monjes y contaban con chaityas y viharas, profusamente decoradas en su interior con esculturas y pinturas que representaban bodhisattvas, y al Buda y sus vidas anteriores (jātakas).

Cuevas de Ajanta. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Ajanta_Caves#/media/File:Ajanta_caves_full_panorama_with_cave_numbers.jpg)

Las cuevas de Elefanta, ubicadas en una isla al sur de la actual Mumbai, fueron ocupadas por shivaístas. Originalmente budistas, como lo evidencian dos estupas del siglo II a.e.c., constan de cinco cuevas dedicadas a las representaciones del dios Shiva y sus manifestaciones. Estas cuevas, que datan del siglo V e.c., están adornadas con esculturas en roca y bajorrelieves a lo largo de sus paredes. En su interior, cuentan con un santuario central que alberga un lingam y su yoni (representación de la diosa Shakti), resguardado por dos guardianes (dvarapalas) de más de cuatro metros de altura en cada una de sus entradas.

Durante el siglo VI e.c. comenzó la ocupación de las cuevas de Aurangabad y Ellora. Aurangabad, de carácter predominantemente budista, contrasta con Ellora, que con el tiempo sería ocupada por budistas, visnuistas, shivaístas y jainas.

La escultura alcanzó grandes logros, y no solo en las cuevas. Entre los budistas, son representativas las imágenes del Buda de Sarnath, elaboradas en arenisca pulida. Asimismo, se ha encontrado una proliferación de estatuillas de barro de diferentes tamaños, hechas con moldes a lo largo del valle del Ganges. La llamada escuela de Mathura, conocida por sus esculturas de piedra caliza rosada, floreció durante este periodo.

Sitios arqueológicos del periodo Gupta (fuente: Fogelín, 2015, p.160)

Expresiones «hindú»

Los dioses particulares que surgieron durante el periodo Shunga se consolidaron en diferentes tradiciones teístas durante la era Gupta: los vaisnava y los shaiva. Estos grupos adoraban las emanaciones de Visnú o Shiva y estaban, en términos generales, localizados geográficamente al norte y al sur, respectivamente.

Ambos actuaban bajo el paraguas del brahmanismo. Tanto en el «visnuismo» como en el «shivaísmo» de esta época, la ceremonia de la puja sustituyó al sacrificio védico, con una imagen de Visnú o Shiva como centro de adoración. En cuanto a la forma de llevar a cabo el culto, los brahmanes védicos ortodoxos se mantuvieron fieles al papel del sacerdote como elemento central en la realización de todos los rituales, mientras que los visnuistas y shivaístas enfatizaron el culto devocional individual (bhakti), sin necesidad de la intercesión sacerdotal.

Las castas superiores practicaban rituales védicos que no implicaban sacrificios completos, combinados con un respeto teísta devocional. Por otro lado, las masas populares adoptaron actitudes religiosas cada vez más devocionales, influenciadas por el shivaísmo y el visnuismo.

De esta época datan los Puranas (genealogías o historias antiguas). Escritos en un estilo accesible, continuaron desarrollándose durante algunos siglos más. Incluyen una diversidad de temas, como moralidad, genealogías, astrología, sabiduría práctica, entre otros. Los Puranas se convirtieron en una especie de manual de educación religiosa para las masas y fueron los principales conformadores de lo que posteriormente se denominó hinduismo popular. Constituyeron una herramienta clave de los visnuistas y los shivaístas para alejar a las masas del budismo y del brahmanismo védico.

Hacia finales del periodo Gupta, los templos hindúes comenzaron a construirse en roca, dejando de lado el ladrillo y la madera. Estos templos fueron excavados en la roca viva, alcanzando su máximo esplendor en los siglos posteriores, cuando adoptaron el estilo monumental conocido, decorados con imágenes figurativas de sus dioses, rodeados de una multitud de deidades y otras figuras. Se generaron además diferentes escuelas filosóficas o corrientes de pensamiento. Entre los brahmanes nyaya, vaisnheshika, shankya, yoga, mimamsa y vedanta que de momento trascienden esta revisión.

La corriente de pensamiento que surgió entre los miembros de la sangha retomó la imagen del Buda y los bodhisattvas, no solo en la estatuaria, sino también como seres espirituales, divinos y atemporales. Se consideró que todos los seres poseen una naturaleza búdica. Durante este periodo, se escribieron los sutras prajñāpāramitā. En el interior de las nuevas chaityas, la estupa fue reemplazada por imágenes del Buda. Con estos cambios, se buscó renovar un ideal ascético de mil años atrás.

En el relato de Fa Xian (siglo V e.c.), se menciona que la sangha residía entonces en monasterios y que sus miembros ya eran considerados «monjes». Dejaron de ser mendicantes hacia los primeros siglos de nuestra era. Esta corriente budista se consolidó más tarde bajo el nombre con el que la conocemos hoy: mahāyāna.

Hacia finales del periodo Gupta, apareció la adoración de deidades femeninas. Acompañado de ritos mágicos, este culto tuvo su origen en prácticas relacionadas con la fertilidad. La imagen de la diosa Tara se convirtió en un culto ubicuo entre diferentes tradiciones y, más tarde, derivó en el tantrismo y, por otro lado, en el culto a shakti.

El fin de los Gupta 

A finales del siglo V e.c., los Hunos Blancos (o Heftalitas, según los griegos) descendieron desde la región del río Oxus e invadieron la región del Hindu Kush. Dominaron un territorio que se extendía desde Persia hasta Khotan. Permanecieron «a las puertas» del imperio Gupta hasta principios del siglo VI, cuando Toramana inició su invasión. Penetraron por el noreste, avanzando desde Gandhara hasta el Rajasthan y la cuenca oriental del Ganges. Los ejércitos Gupta y los de Malwa, liderados por Narasimha y Yashodharman, lograron repeler la intrusión del sucesor huno, Mihirkula, quien, al regresar a la región de Cachemira, llevó a cabo una masacre masiva en los monasterios budistas.

La incursión de los Hunos Blancos destruyó prácticamente el comercio. Por tierra, privó a los Gupta de los ingresos provenientes del oeste de la India, y por mar, interrumpió parte del intercambio con los romanos, quienes enfrentaban su propia guerra contra los hunos originarios del Altái. Hacia el año 550 e.c., los herederos Gupta se debilitaron frente al ascenso de los gobernantes provinciales.

Un último comentario: no olvidemos que cualquier consideración histórica se «relata» desde los siglos posteriores. El investigador analiza las evidencias materiales y escritas disponibles para construir un relato del pasado. La historia de la India y de los Gupta fue elaborada en gran parte a partir de mediados del siglo XIX, bajo la influencia del colonizador británico, y se reconstruyó hacia mediados del siglo XX con fines independentistas. A veces, pienso que el periodo Gupta ha sido romantizado debido al significado que se le ha atribuido a la palabra: guardián, protector.

Ligas de interés:

La sangha durante la época Shunga

https://espanol.buddhistdoor.net/y-quien-fue-el-buda/

El budismo entre los Satavahanas

https://espanol.buddhistdoor.net/en-torno-al-ano-cero-entre-satavahanas/

Alejandro Tapia Vargas

Doctor en psicología y diplomado en religiones por la Universidad Nacional Autónoma de México; con estudios de postgrado en historia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia; certificado en Buddhism Through Its Scriptures (Edx-Universidad de Harvard) y certificado en Indian & Tibetan River of Buddhism (Edx-Universidad de Columbia). Tiene un retiro de meditación Vipassana de 9 días en el Insight Meditation Society de Massachusetts. Es editor consultor de la revista científica Spirituality in Clinical Practice (de la American Psychological Association) y podcaster de ‘Lectura del Sutra’ (por Spotify).