Dipa Ma: una budista extraordinaria, maestra en el siglo xx

BD DIPANANDA

Este artículo es parte de nuestra edición especial «Mujeres y budismo en los países de habla hispana».

«Rara vez una historia sobre una persona contiene tanto sentimiento. Después de leer Dipa Ma, sientes que la has conocido de verdad, y ya no podrás olvidarla.» Paul Hawken, coautor de Natural Capitalism

Dipa Ma. Fuente: httpwisdomquarterly.blogspot.hk.jpg

La primera vez que oí su nombre fue en la India, hace años: «Dipa Ma». No tenía ni idea de quién era, pero incluso su nombre sonaba maternal. Al parecer, era una maestra budista conocida en Asia y en todo el mundo, pero yo aún estaba estudiando y no tenía tiempo para interesarme más sobre ella.

Pero el karma actuó, y hace pocas semanas tomé un libro de la biblioteca del templo Wang Fat Ching She. Era Vida y enseñanzas de Dipa Ma, de Amy Schmidt. Lo leí varias veces y también revisé una entrevista a Dipa Ma titulada «Iluminación en esta vida: reuniones con una mujer extraordinaria», publicada en Tricycle en 2004. La entrevista la había hecho Jack Engles en Calcuta, en 1977. Para ahondar más, llamé por teléfono al Venerable Shilananda, uno de mis maestros en Bangladesh, y le pregunté por Dipa Ma. Me sorprendí cuando me contó que había nacido en Chittagong, un pueblo cercano al mío, Padua. No había conocido a esta mujer y llevaba tiempo fallecida. Pero su proximidad a mi hogar y a mi corazón me hicieron sentir que en realidad la había conocido, y que nunca la olvidaré.

Dipa Ma nació en 1911 y murió en 1989. Era una maestra de meditación con una profunda sabiduría y compasión. Aunque no era una «budista famosa» al estilo de Ajahn Brahm o Thich Nhat Hanh, tenía una influencia sorprendente. Tanto Joseph Goldstein como Jack Engler estaban muy motivados por Dipa Ma y su maestro Anagarik Munindra, otro maestro de meditación de Bangladesh. Para desarrollar la espiritualidad budista en Occidente, invitaron a Dipa Ma a Estados Unidos en 1980 y 1984. Hizo dos viajes a Occidente, ambos para enseñar y aprender. Sus retiros de meditación eran cursos de inmersión en los que las personas desarrollaban su capacidad para alcanzar la quietud de la mente y una mayor conciencia. También fue maestra de Joseph Goldstein, Sylvia Boorstein, Jack Kornfield, Michelle Levey y Sharon Salzberg, todos nombres familiares del budismo occidental.

Daniel Boutemy, un alumno occidental de Dipa Ma, compartió la siguiente experiencia: «Siempre que le hablaba a Dipa Ma de alguna dificultad en mi práctica meditativa, ella me miraba a los ojos con su mirada tranquila, como si estuviera en samadhi… Yo creo que era capaz de establecer lazos psíquicos o telepáticos, de trabajar directamente con la mente de los demás. Ella me enseñó en silencio que la respuesta a cualquier problema interno estaba en el estado básico de la mente y no en sus palabras o en mi ajuste técnico de la atención. Me dio la respuesta a mis dificultades compartiendo otro estado de consciencia en el que el problema, sencillamente, no existía. Fue un cambio súbito, instantáneo, como un ajuste quiropráctico psíquico».

Dipa Ma. From: www.dhammarhakita.net.jpg

Un trasfondo trágico

El nombre completo de Dipa Ma era Nani Bala Barua, pero la llamaban cariñosamente «La madre de Dipa», porque tenía una hija llamada Dipa. Dipa Ma (Nani Bala Barua) nació en Chittagong, Bangladesh, donde los budistas sostienen que su linaje se remonta hasta el Buda. Pero después de la dinastía Pala, el budismo en Bengala experimentó un enorme declive durante el periodo musulmán. Las prácticas meditativas fueron prácticamente borradas del mapa, y solo quedaron los ritos y rituales. Sin embargo, los budistas de Arakan y Myanmar no olvidaron su herencia. El pensamiento de Dipa Ma estaba influido por esta consciencia de «estar en peligro», así como por la cultura y costumbres de Myanmar, que ella conoció cuando vivió en Rangún.

Dipa Ma se casó a los doce años y, dos años después, fue a Rangún con su marido. Dio a luz a tres hijos, pero su felicidad fue corta. No solo sobrevivió a sus padres, sino también a su marido y a dos de sus hijos. Su única hija, Dipa, sobrevivió. La devastadora pérdida repentina de sus seres queridos la dejó tullida y paralizada emocionalmente. Por si eso fuera poco, le diagnosticaron una hipertensión tan grave que los médicos pensaban que podía morir en cualquier momento. Consciente de su muerte inminente, decidió trasladarse a un centro de meditación. Aunque no sabía nada sobre la práctica, empezó a meditar. Aprendió las instrucciones básicas de mindfulness y comprendió las enseñanzas del Buda sobre la impermanencia. Poco a poco, su miedo a la muerte fue desapareciendo y su salud mejoró milagrosamente.

Empezó a practicar en casa y aprendió de Anagarik Munandraji, que por aquel entonces vivía en un monasterio cercano. Munandraji la animó a ir al Thathana Yeiktha, el centro de meditación donde enseñaba el Venerable Mahasi Sayadaw. Después de estudiar con la guía de Mahasi Sayadaw, sintió que se había transformado de verdad. Ya no sentía la tristeza que le había oprimido el corazón tanto tiempo. Mediante las fases clásicas de la percepción en la meditación, llegó a experimentar una luz brillante. En una entrevista, afirmo: «Una vez, con la guía de Munandraji, decidí entrar y permanecer en el octavo jhana durante tres días, ocho horas, tres minutos y veinte segundos. Y eso fue lo que pasó. Pero la práctica del jhana no acaba con el sufrimiento».

En 1996, su maestro Munandraji se fue a la India, mientras ella se convertía en maestra de meditación. Su primer alumno formal fue una mujer llamada Malati Barua. Este fue el principio de la larga carrera de Dipa Ma como maestra de cabezas de familia, especialmente mujeres.

Dipa Ma se despide con bendiciones al irse del IMS, 1980. Fuente: www.dharma.org.jpg

Cuando vivía en Myanmar, en 1967, Dipa Ma se enfrentó a grandes problemas porque el gobierno ordenó la expulsión de los extranjeros. Aunque muchos fueron expulsados del país, ella consiguió una oferta por parte de algunos monjes para permanecer allí gracias a su servicio de meditación. Pero, preocupada por su hija, se fue a Calcuta, en la India. Aunque miserable, su casa en un barrio de chabolas de Calcuta era donde practicaba la meditación y enseñaba a los demás. Ella decidió dedicarse a ayudar a otros practicantes espirituales y experimentó niveles profundos de absorción meditativa. No hizo nada para ser conocida fuera de su círculo de confianza, su estilo de enseñanza era tradicional, pero siempre estaba disponible para cualquiera que necesitara una guía en la meditación.

Dipa Ma es un ejemplo increíble para los laicos modernos comprometidos con la práctica de la meditación. También ha influido en el movimiento femenino dentro del budismo, gracias al que, tal vez, fue el único desacuerdo entre ella y su maestro Munandraji. Una vez, él estaba enseñando a unas alumnas mayores de Dipa Ma sobre la reencarnación y afirmó que una mujer tenía que nacer en un cuerpo de hombre para convertirse en buda, pero, de repente, Dipa Ma exclamó: «¡Yo puedo hacer lo mismo que un hombre!». Por lo tanto, parece  correcto que sea el bhikkhuni estadounidense Ajahn Thanasanti quien tenga la última palabra:

«Al venir de California, mi imagen personal de una mujer poderosa era una amazona que salta en la parte trasera de una ranchera con una sierra mecánica y va a hacer pedazos el mundo. Pero Dipa Ma tenía el poder de tocar el corazón. Sentí que me conocía por completo. Y, sin embargo, no tenía que esconderme o avergonzarme, porque sentía que me conocía por completo y me amaba por completo al mismo tiempo. Recuerdo escribir una carta a mis amigos de casa después de experimentar ese amor, y contarles que si mi viaje hubiera acabado en ese punto, me habría bastado. Solo haber tenido contacto con ese amor profundo bastaba».

Esta es la traducción de un artículo originalmente publicado en inglés en Buddhistdoor Global el día 14 de mayo de 2018.

 

This Post Has One Comment

  1. La verdad que uno se llena de emociones nobles, leyendo la vida y obra inspiradoras de las bhikkhunis como Dipa Ma, y también de todas las mujeres budistas que han sido entrevistadas en esta edición de BDE. Si uno la trayectoria de Dipa Ma, y se fija de las circunstancias y las experiencia en que ella emprende el camino del Dharma, no cabe dudas de que el genero le imprime a este camino un sello peculiar. Digamos, que la iluminación (como proceso y meta) no es neutral desde el punto de vista del genero, y los factores asociados a esa condición.

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