«ZEN», último álbum de Rodrigo Rodríguez al son de shakuhachi, koto, guqin, yanqin y gayageum

 FINA IÑIGUEZ ABAD

Este nuevo álbum del compositor y músico de shakuhachi Rodrigo Rodríguez presenta una amplia variedad de instrumentos de diferentes culturas del este de Asia. Compuesta por obras musicales presentes en el repertorio de Honkyoku, la música del álbum Zen (Shakuhachi, Koto, Guqin, Yanqin, Gayageum) es a la vez contemporánea y antigua, familiar y extranjera, tradicional e innovadora.

Rodrigo Rodríguez, es un músico de origen argentino y español, que estudió flauta shakuhachi con el maestro Kakizakai Kaoru en el International Shakuhachi Kenshu-kan School. En este álbum Rodrigo interpreta obras del repertorio Honkyoku conocido como Akita Sugagaki, Honshirabe. Entre las piezas para shakuhachi, encontramos una obra inédita compuesta por Kohachiro Miyata en 1960, Hi Ga Shizumu (The Sun Sets), un hermoso solo nostálgico de shakuahchi del siglo XX. 

Es raro encontrar música que cuente con un dúo con tanta simbiosis entre instrumentos chinos como es la creada para la flauta shakuhachi y el guqin, un cordófono de origen chino, que fue proclamado en 2003 e inscrito en 2008 en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En el disco encontramos igualmente composiciones para shakuahchi y yanqin, un tipo de salterio popular no solo en China, sino también en Europa del Este, Medio Oriente, India y Pakistán. 

Otras obras van acompañadas del instrumento hermano de la flauta japonesa, que es el koto, un instrumento cordófono fabricado en madera con 13 cuerdas de diferentes tamaños, que pertenece a la familia de las cítaras.

Fuente: Komusō – Foto de 松岡明芳 Vía Wikimedia Commons

La flauta shakuhachi es un instrumento de bambú que, durante muchos siglos, estuvo vinculado al budismo zen japonés, concretamente el de la escuela rinzai. Tiene su origen en el Japón feudal y lo tocaban los monjes mendicantes komusō (monjes del vacío o de la nada), que vivían de las limosnas que les daban por tocar la flauta durante sus largas peregrinaciones. Se les reconocían porque solían llevar una canasta de mimbre cubriéndoles la cabeza (tengui), simbolizando «la ausencia de ego» y tocaban piezas conocidas como honkyoku, para meditar.

Hasta el siglo XVIII el shakuhachi solo lo tocaban monjes budistas durante los rituales religiosos. Luego, salió de los centros budistas y su sonido empezó a apreciarse como música. Hoy el shakuhachi lo siguen tocando monjes de la tradición fuke, laicos, pero la música, la tradición y la transmisión de este arte es un legado de aquellos monjes komusō.

Rodrigo Rodríguez en este disco nos lleva a un viaje por el Oriente antiguo que ofrece paz, reflexión y meditación con su música, siempre con su instrumento de origen japonés. Este último trabajo reafirma su posición como uno de los artistas de flauta shakuhachi más destacados de Occidente.

A continuación, Rodrigo Rodríguez nos habla sobre su último álbum, su relación con el budismo y su trayecto hasta convertirse en maestro de shakuhachi.

Buddhistdoor en Español: ¿Cuál es tu relación personal con el budismo?

Rodrigo Rodríguez: Mi relación con el budismo es de hace años, por el interés en el pensamiento y filosofía oriental. Desde niño estuve atraído por ello y siempre ha estado presente en mi vida de una forma u otra. Cuando empecé a estudiar shakuhachi una de las cosas que más me motivaba era saber que esa música había nacido en el vientre de los monasterios Zen, en el antiguo Japón. Todo ese conocimiento tradicional fue transmitido a través de los siglos hasta nuestra época actual.

El shakuhachi y la música honkyoku son el instrumento zen y la música que representan esta tradición. Algunas de las obras que interpreto en este disco son obras muy conocidas del repertorio honkyoku, muchas de ellas, como Honshirabe, es una obra de introducción a estudio de este repertorio. 

BDE: ¿Qué destacarías de tu nueva obra?

RR: Este nuevo disco es el primero en que, junto con obras tradicionales, grabé y compuse otras propias, usando instrumentos como el kotoguqin, yanqingayageum. Estos instrumentos son de sonoridades similares, algunos originarios de Korea, China y Japón. 

Los instrumentos de cuerda, como el koto, son la mezcla y acompañamiento ideal para el sonido de la flauta shakuhachi. Destacaria la obras como solista por su pureza y sonido zen como Akita Sugagki, Honshirabe o Shingestu (Moon Lake).

Kōhachirō Miyata y Rodrigo Rodríguez, en Toquio. Fuente: http://www.rodrigo-rodriguez.info/

BDE: ¿Con quién estudiaste y quien fue tu maestro de shakuhachi?

RR: Estudié con mi maestro Kōhachirō Miyata en Tokio, y dediqué varios años al estudio y práctica del shakuhachi en el país de origen, por supuesto. Siempre creo que no solo es necesario el conocimiento de la música en sí, sino también el dedicar tiempo a la vida cotidiana, cultura, comida, para poder entender más el arte del shakuhachi y poder ir más allá con el sonido.  

Después de años de estudio con Kōhachirō Miyata, en el año 2018 grabé con él un disco donde interpretamos la conocida obra de Shika No Tone (The Distant Call of the Deer).

Rodrigo Rodríguez

Nacido en Argentina (1978), llegó a España en 1986, donde pasó la mayor parte de su infancia. A temprana edad, comenzó a estudiar música moderna y clásica. Entre 1993-1999, estudió guitarra clásica. Su carrera musical profesional comenzó en España y allí descubrió su primer instrumento asiático, la flauta Shakuhachi. Fascinado por la música japonesa, viajó varias veces a Japón, estudió su música clásica y tradicional bajo los linajes de katsuya yokoyama con el Maestro Kakizakai Kaoru en la Escuela Internacional Shakuhachi Kenshu-kan. En 2006 varias composiciones de su álbum “Inner Thoughts” despertaron el interés de la discográfica, Gemini Sun Record, con sede en Los Ángeles, CA. En los últimos años ha realizado numerosos conciertos tanto en Occidente como en Oriente, en escenarios míticos como el Imperial Hotel Tokyo y el NHK Culture Center of Japan. Rodrigo Rodríguez es maestro de shakuhachi en Japón, España y Filipinas, donde reside. También ofrece clases en línea a estudiantes en todo el mundo.

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