Sarana Vana: un monasterio theravāda para bhikkhunis en España

CARIDAD MARTIN NIETO

Con el objetivo de establecer una práctica buddhista en España según la tradición del vinaya theravāda (la disciplina monástica de esta tradición), en junio de 2024 se celebró un encuentro en la provincia de Teruel, organizado por samaneri Arindama, para impartir enseñanzas sobre las reglas monásticas del imokkha*.

El imokkha se recita en las distintas comunidades monásticas en los días de Uposatha, que ocurren en la luna nueva y la luna llena. Esta recitación sirve como una afirmación de la armonía dentro de la comunidad monástica y refuerza su identidad institucional. Este acto comunal ayuda a mantener la cohesión y el compromiso con los principios buddhistas. Estas normas y preceptos son aceptados voluntariamente por novicias (samaneris), renunciantes (anagarikas) y monjas (bhikkhunis).

El encuentro incluyó una conexión con la naturaleza en un terreno donde se planea construir Sarana Vana, un monasterio destinado a acoger a mujeres que buscan la oportunidad de practicar el Dhamma en la tradición theravāda. Contamos con la presencia de bhikkhunī Phalanyani, abadesa del monasterio Anenja en Alemania, donde samaneri Arindama celebrará su ordenación el próximo año, junto con bhikkhunī Anuvidita y un pequeño grupo internacional que también formó parte de este significativo encuentro.

Llegada del grupo de bhikkhunis, samaneris, anagarikas al terreno de Sarana Vana (Teruel). Foto cortesía de la autora.

La orden de las bhikkhunis, ¿cuándo se estableció?

La orden de bhikkhunis se estableció en la época del Buddha. La historia se relata en diferentes textos que comparten la misma esencia.

Anālayo realiza un estudio minucioso de todas las versiones existentes de esta historia en su libro Studies in Agama and Vinaya Literature. Basado en un enfoque histórico-crítico comparativo, destaca los siguientes elementos principales comunes a las diferentes versiones: motivada por el deseo de llevar una vida célibe dedicada al progreso hacia el despertar, la madre adoptiva del Buddha, Mahāpajāpatī Gotamī/Mahāprajāpatī Gautamī, solicita permiso para que las mujeres puedan renunciar a la vida del hogar. El Buddha se niega, diciendo: “No me pida eso”. Sin embargo, Mahāpajāpatī Gotamī/Mahāprajāpatī Gautamī y sus seguidoras se afeitan la cabeza, se visten con ropas de renunciantes y siguen al Buddha en sus largos viajes. El asistente del Buddha, Ānanda, interviene en su nombre y pregunta al Buddha si las mujeres son capaces de alcanzar el despertar. El Buddha responde afirmativamente, lo que lleva a que las mujeres se unan a la orden. **

Sarana Vana: pequeño Buddha en una roca del camino. Foto cortesía de la autora.

No obstante, el permiso para esta recién establecida orden de monjas incluía el requerimiento de los ocho garudhammas o “principios a ser respetados”, por los cuales las monjas deberían estar jerárquicamente subordinadas a la orden de monjes. Es posible que estas ocho reglas, que ponen claramente a las monjas en una posición inferior frente a los monjes, fueran añadidas por monjes que las atribuyen al Buddha. Este es un gran tema de debate en la actualidad.

Recordemos que el Buddha, después de admitir a las mujeres dentro del Sangha, dijo: «Como he aceptado a las mujeres dentro de la orden, el Buddhadhamma sólo durará quinientos años”, lo que quizás haya sido causa de que la orden de bhikkhunis sea cuestionada en ciertos países buddhistas.

En los tiempos del Buddha, en la antigua India cuando Mahapajapati realizó la petición, las mujeres nunca dejaban el hogar. De hecho, era impensable que las mujeres fueran autosuficientes en aquel tiempo. Aún hoy en día en la India, las mujeres rara vez se alejan de la protección de la familia. Durante los primeros siglos del buddhismo la vida de los renunciantes era mendicante e itinerante y los monjes vivían un estilo de vida muy difícil, habitando bajo los árboles o en cuevas. Esta vida era inconcebible para mujeres al poder ser fácilmente abusadas, a diferencia de los hombres.

La orden de las bhikkhunis, ¿desapareció?

La historia se manifiesta en particular con los intentos de revivir la orden de monjas, pues la orden de bhikkhunisdesapareció en los países dónde se practicaba.

El linaje de bhikkhunis en Sri Lanka se remonta a la época antigua, específicamente alrededor del siglo III a.C., cuando la orden de monjas fue establecida por Sanghamitta Theri, hija del emperador indio Ashoka, y se extinguió a partir del siglo XI.

En China, según la tradición, la primera mujer en recibir la ordenación como monja fue Zhu Jingjian en el siglo IV d.C. Esta ordenación fue realizada por monjes y monjas de Sri Lanka en el siglo V. En aquellos tiempos había diferentes vinayas para las aspirantes a la vida monástica pero el vinaya de la escuela dharguptaka es el que prevaleció.

En el Tíbet, en sus distintas tradiciones, como la gelugpa, nyingmapa, kagyupa y sakyapa, la orden de monjas desapareció de todas esas escuelas y los intentos por reintroducirla en el buddhismo tibetano son recientes y todavía no son aceptadas por muchos tibetanos. Las renunciantes vajrajanas a lo largo de su historia, no han recibido la misma educación y nivel de ordenación que los monjes, particularmente en relación con la ordenación completa. No obstante, en algunos lugares donde prevalece el buddhismo tibetano hay monjas vajrajanas que han recibido o pueden recibir una ordenación como novicias o shramaneri por la influencia de renunciantes venidas de Occidente.

En junio de 2022, en Bután, se llevó a cabo por primera vez la ordenación completa de 144 bhikkhunis bajo la bendición del líder espiritual, SS Je Khenpo, de la escuela Drukpa Kagyu, la más popular en este país.

Grupo de monjas en Bhutan esperando alegres su ordenación. Foto cortesia Jetsunma Tenzin Palmo/Dongyu Gatsal Ling. https://espanol.buddhistdoor.net/por-primera-vez-en-la-historia-moderna-las-mujeres-reciben-la-ordenacion-completa-en-el-budismo-tibetano/

En Tailandia, la situación de la orden de bhikkhunis es actualmente compleja y objeto de controversia. No hay un reconocimiento formal, y aunque algunas renunciantes, ordenadas en otros países, se encuentran como bhikkhunis en Tailandia, estas no son aceptadas por el Sangha oficial. A menudo enfrentan oposición y, sobre todo, falta de apoyo. Los argumentos en contra del reconocimiento incluyen la creencia de que la ordenación de bhikkhunis se rompió en la historia y que no puede ser restaurada sin romper las reglas del Vinaya.

Sarana Vana, Calaceite (Teruel)

Fue un privilegio recibir las enseñanzas de la mano de la bhikkhuni Phalanyani quien conoce el Vinaya en profundidad. Junto a ella, se encontraba la bhikkhuni Anuvidita, quien les hacian la exposición del Dhamma en español e inglés al grupo internacional muy animoso de bhikkhunis, samaneris, anagarikas y otras mujeres que aspiran ordenarse como bhikkhunis.

Sarana Vana, Calaceite (Teruel)

Los días transcurrieron entre las diversas actividades que conlleva la vida en la naturaleza, acampando bajo la luna y expuestos al pleno sol. Manejábamos el agua cuidadosamente, almacenándola en depósitos para asegurarnos de que nunca se agotara, llevando así una existencia austera. Llevamos una vida de mendicantes e itinerantes similar a la de los tiempos del Buddha. Entre nuestras actividades se incluían paseos por los pueblos cercanos, participando en la tradicional ronda de recogida de alimentos.

Ronda con el cuenco de comida en la histórica ciudad de Alcañiz (Teruel). Foto cortesía de la autora

Conclusión

Muchas han sido las vicisitudes que la orden de bhikkhunis ha tenido que padecer para llegar a su expansión actual. Vicisitudes en las que, por motivos políticos, persecuciones religiosas o por el patriarcado dominante y no cuestionado, hemos llegado hasta hoy.

He querido dar una visión del enorme trabajo que están realizando contra viento y marea para poner en el siglo XXI lo que ya Buddha dio a entender: «… las mujeres son iguales a los hombres en su potencial para lograr la Iluminación». ***  Esta frase nos refleja una vez más la visión de Buddha, trascendente e iluminada, que puso en el mismo plano a mujeres y hombres.****

Nuestro agradecimiento a todas aquellas mujeres que se pusieron delante del Buddha para escucharlo, buscando la liberación. 

BIBLIOGRAFIA Y OTRAS INFORMACIONES

https://www.buddhismuskunde.uni-hamburg.de/pdf/5-personen/analayo/savl.pdf
Studies in Agama and Vinaya Literature. Analayo

https://sakyadhitaspain.org/

https://suttacentral.net/pli-tv-bi-pm?view=normal&lang=en

https://espanol.buddhistdoor.net/mahapajapati-fue-ordenada-al-pedirlo-por-primera-vez/

https://espanol.buddhistdoor.net/de-monjas-libres-y-traductores-infieles/

https://www.lionsroar.com/women-receive-full-ordination-in-bhutan-for-first-time-in-modern-history/

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* Las reglas del Vinaya no fueron dictadas como un conjunto completo por el Buddha desde el principio. En su lugar, surgieron gradualmente como respuesta a diversos incidentes y situaciones que ocurrieron en la comunidad monástica (Sangha) durante la vida del Buddha. Estas reglas y los incidentes que las originaron están registrados en el canon pali, específicamente en la sección del Vinaya Pitaka, en forma de anécdotas y narraciones. El venerable Upali las reunió en un código de disciplina llamado imokkha. Este código contiene 227 reglas para los monjes y 311 para las monjas, organizadas en kandhakhas o capítulos temáticos.

** Anālayo, Studies in Agama and Vinaya Literature (Aditya Prakashan, 2016), page 38.

*** Anālayo, Studies in Agama and Vinaya Literature (Aditya Prakashan, 2016), page 46 II. Tamben ve: “Women in Āgama and Vinaya Literature” 31 Analayo.

**** El Therigatha es un texto en el canon pali que recoge los versos de las monjas que habían alcanzado la iluminación. La existencia de este texto demuestra que las mujeres también podían alcanzar la liberación completa, y son unos textos maravillosos.