Mujeres espirituales en la literatura budista

VENERABLE NADIMALE SUDHAMMA

Este artículo forma parte de la edición especial «Mujeres y budismo en los países de habla hispana».

Según el budismo, la mujer es respetada y amada como componente indispensable de la sociedad, destacándose por su papel fundamental, su proyección de liderazgo, y por su dedicación a la educación de los niños. Es por ello que el Buda esperaba de las mujeres que fueran espiritualmente maduras en su vida religiosa, ya que sus hijas e hijos pasaban la mayor parte del tiempo con sus madres, más que con sus padres. La madre budista se ha presentado siempre como un modelo de comportamiento para la sociedad en su conjunto. Así pues, el Buda reconoció la importancia de la enseñanza del Dhamma y el ofrecer consejo a las devotas laicas para elevar su vida espiritual, siempre que hubiera oportunidad de hacerlo.  

El sueño de Maya, Gandhara, siglo II-III. En Templo ZenYouMitsu (善 養 密 寺), Setagaya, Tokio.

El papel de la mujer durante el tiempo en que el Buda impartió sus enseñanzas se concebía como teniendo cuatro aspectos: como seguidora laica (upasika); como madre; como líder de la casa/esposa (gruha-niya); y como mujer renunciante (bhikkhuni). El Buda proclamó un mensaje que era universal para todos los seres humanos. Uno de los nueve epítetos clásicos que se confieren al Buda Gautama es satthā devamanussānaṃ o supremo líder de los dioses y humanos, uno que puede liderar a todos los seres. La enseñanza del Buda tiene como finalidad la erradicación de todas las formas de sufrimiento y traer la felicidad a la humanidad entera, sin excepción, y sin importar la casta, el credo, la raza, la edad, la distancia a la que vivían las personas, sus discapacidades, o su género.

El Buda enseñó el Dharma de la misma forma tanto a hombres como a mujeres. El Buda aceptó explícitamente que las mujeres podían comprender la verdad de la misma forma que los hombres. El más alto logro en el budismo, la suprema iluminación, está al alcance tanto de hombres como de mujeres. Durante la época del Buda hubo un cambio en lo que refiere a las actitudes hacia las mujeres y la estructura tradicional y funciones de la sociedad sufrieron cambios significativos. I.B. Horner describe cómo las mujeres pudieron gozar de más igualdad, respeto y autoridad que en cualquier otro tiempo anterior. Según revela el Anguttara Nikaya, debido a esta nueva libertad, las mujeres parece que demostraron una conducta y una inteligencia ejemplares. Las mujeres ya no fueron intolerables y se las reconocía finalmente como capaces de trabajar como fuerza constructiva en la sociedad de aquellos días.

En un tiempo en el que la sociedad consideraba que tener hijos varones era más deseable que tener hijas, y cuando el rey Pasenadi de Kosala se enojó con su esposa la reina Mallika, porque había dado a luz a una niña, el Buda le dijo que una mujer puede ser mejor que un hombre, que sea sabia y virtuosa, que se convierta en una esposa devota, y dé a luz a un hijo heroico (Samyutta Nikaya).

Para los budistas, la madre es el más alto símbolo de respeto en el hogar. El propio Buda dio ejemplo al mostrar el más alto respeto a su madre adoptiva al tomar parte del cortejo fúnebre. Las enseñanzas budistas valoran la familia como la forma más importante de intimidad humana para el crecimiento y la socialización de los niños. La imagen de la madre como la encarnación de la compasión aparece frecuentemente en la literatura budista. La maternidad en el budismo primigenio puede ser también valorada por derecho propio. La reina Mahamaya, la madre del Buda, y la reina Prajapathigotami, que fue su madre adoptiva, Yasodhara, la esposa del príncipe Sidattha, son todas ellas veneradas como modelos de madre en la historia del budismo.

El príncipe Siddhartha y la princesa Yasodhara, India, siglos I-II d.C., estilo de Gandhara. Museo de Lahore.

La influencia del budismo en el estatus de la mujer en la sociedad de Sri Lanka está testimoniada en las dos grandes crónicas históricas, el Dipavamsa y el Mahavamsa. Hugh Boyd, ya en 1784, observó que «las mujeres cingalesas no son simplemente… amas de casa, sino en muchos sentidos son compañeras y amigas de sus maridos». Expresiones similares se han documentado sobre el estatus de las mujeres en Birmania, Tailandia y el Tíbet, donde las mujeres participan libremente como iguales en actividades económicas, sociales y religiosas de la comunidad.

En palabras del Buda, «una esposa virtuosa es la que lleva una buena vida». Una mujer laica que posea devoción religiosa, virtud moral y generosidad, así como sabiduría y educación, y tiene tendencia a la caridad, tiene éxito en su vida en esta existencia misma (SN).» Su carácter virtuoso le da a su vida en el hogar serenidad y dignidad. Sus virtudes, enumeradas en el Anguttara Nikaya son los deberes del hogar de una mujer como esposa que llevan a la paz y la concordia doméstica. Visaka, Cullasubadda, la reina Mallika, Samavati, Kujjuttaa, Matikamata, Uttara,Sujata, Suppavasa, Suppiya, Nakulamata fueron algunas de las distinguidas mujeres laicas discípulas del Buda que se presentan como grandes upasikas, y algunas entraron en la corriente de la liberación, o alcanzaron estados superiores a la entrada en la corriente y todas fueron grandemente elogiadas por el Buda.

La actitud del Buda hacia el rol de la mujer fue una actitud iluminada. Es por ello que Velu Kantaki Nandamata y Kujjuttara, que habían experimentado logros meditativos superiores se contaban entre las más eminentes upasikas y el Buda las designó como modelos para los practicantes laicos.

Primera ordenación de una mujer

La primera petición de ordenación monástica por parte de una mujer vino de la princesa Yasodhara (esposa del príncipe Sidattha). Cuando el Buda visitó Kapilavastu (su ciudad natal) por primera vez a petición de sus familiares, Yasodhara expresó su deseo de unirse a la orden de monjes. El Buda permaneció en silencio, señal de que no aprobaba su petición. Se dice que desde el día en que Yasodhara supo de la renuncia del príncipe Sidattha, siguió el estilo de vida del Buda, vistiéndose con telas de color ocre, tomando una sola comida al día, yaciendo en camas bajas y abandonando cualquier ornamento y perfume.

Incluso después de haber impuesto las «ocho condiciones» a Prajapati Gotami, la madre adoptiva del Buda, ella se convirtió en una puerta para la propagación del monacato femenino en el budismo. La Theri Mahapajapati Gotami demostró al mundo que las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres de llegar a la iluminación, la más alta condición según el budismo. Esto viene a enseñarnos que la Theri Mahapajapati Gotami rompió el ciclo y allanó el camino para que las mujeres fueran líderes, al tiempo que traía la igualdad. Su ordenación inmediatamente abrió el camino a la princesa Yasodhara para que pudiera unirse a la orden.

Mahapajapati Gotami solicitando permiso al Buda para establecer el orden de las monjas.

El Buda nos recordó constantemente que «mientras el sasana consistente en bhikkhus, bhikkhunis, upasakas y upasikas persista, el Dhamma será preservado». Esto se conoce como la comunidad de «el cuádruple sangha del Buda Sasana».

 La antigua comunidad de monjas

La antigua comunidad de monjas prosperó durante muchos siglos. El Anguttara Nikaya preserva una lista de monjas famosas que llegaron al completo despertar y dirigieron a discípulas. Fueron muy sabias y tenían un conocimiento profundo en diferentes dominios, por lo cual ayudaron al del Buda en la explicación y divulgación del Dhamma. Por ejemplo, la Theri Mahapajapati, líder de la orden de bhikkhunis, rompió el ciclo y allanó el camino para que las mujeres fueran líderes, al tiempo que traía la igualdad. Las Theris Khema y Uppalavanna se convirtieron en las dos monjas principales para el Buda. La Theri Khema fue la más avanzada entre las monjas que poseían gran sabiduría y la Theri Uppalavanna fue la más eminente en su capacidad de obrar milagros utilizando su cuerpo astral. 

La Theri Bhaddakaccayana (Yasodhara) era la principal entre las monjas que alcanzaron un conocimiento sobrenatural. La Theri Patacara era la principal entre las monjas en cuanto al conocimiento del código de disciplina. La Theri Nanda era la principal entre las monjas que lideraban la orden en lo que refiere a la madurez de su meditación. La Theri Sona era la más eminente en el esfuerzo correcto, la Theri Bhaddakapilani era la principal en su capacidad de recordar vidas pasadas. La Theri Sigalakamata era la más avanzada entre las que tenían fe. La Theri Kisagotami era la más avanzada entre las que tenían la capacidad de vestir telas duras. El escritor y académico cingalés A.G. Kariyawasam afirma que, en total, hubo más de doscientas monjas eminentes de las que se tiene recuerdo durante los tiempos del Buda. La lista incluye a Mutta, Punna, Tissa, Dheera, Mitta y Bhadra, que fueron monjas iluminadas del pasado.

La Theris Khema, Kanjangala, Vajita, Sukka y Dhammadinna fueron muy conocidas por su capacidad de dar discursos. La mayoría de estas monjas lograron el estado de arahant junto a los cuatro conocimientos analíticos que poseen sabiduría. La Theri Suppa, ordenada junto a Theri Dhammadinna, fue una eminente bhikkhuni, dotada de sabiduría y poderes sobrenaturales, que poesía la habilidad especial para la oratoria. Muchos seguidores quedaron hechizados por sus enseñanzas y se interesaron en escuchar sus discursos sobre el Dhamma, que las influyeron de forma determinante para entrar en la orden de monjas. La bhikkhuni Dhammadinna fue una de estas bhikkhunis que el Buda elogió con grandes respetos por su conocimiento del Dhamma. Fue situada como la mejor entre las que sabían predicar el Dhamma.

La Theri Sanghamitta, arahant e hija del emperador Asoka, fue una verdadera sucesora espiritual de Prajapati Gotamia. Esta monja se hizo famosa el siglo III a.C. El 18º capítulo del Dipavamsa, dedicado a la historia de la orden de bhikkhunis, nos dice que hubo miles de bhikkhunis expertas que expusieron las enseñanzas de la bhikkhuni Sanghamitta, facilitando así que su enseñanza del Dhamma se propagara en la isla de Sri Lanka, conocida como Laṅkā Dīpa. El Dipavamsa documenta como la reina Anula, esposa del hermano del rey Devanampiyatissa y sus 500 doncellas, se ordenaron bajo theri Sanghamitta. Hubo una theri llamada Sumana que enseñó la vamsakatha (historia del Buda y crónicas de los reyes) a otras bhikkhunis durante los tiempos del rey Dutugamunu. Desde entonces ha habido en la comunidad de antiguas monjas miles de otras theris que han llegado al estado de arahant, y el linaje prosperó durante siglosr

Sanghamitta (aproximadamente 308 a. C. - 229 a. C.) era la hija del rey Ashoka.

Condiciones sociales de las monjas en los tiempos del Buda

El Dipavamsa [E.W. Adhikaram (1946) (p.70)] nos habla en detalle de cinco conocidas bhikkhunis, llamadas Mahila, Samanta, Girikali, Dasi y Kali, todas ellas originarias de Rohana (sur de Sri Lanka), con un disciplulado de veinte mil bhikkhunis. Enseñaron el Vinaya, la disciplina monástica, en Anuradhapura. Entre ellas, Mahila y Samanta eran hijas del rey Kakavanna Tissa y medio hermanas del rey Dutugamunu. Giriki era la hija del sacerdote de Kakavanna. Las otras dos, aunque eran monjas de gran autocontrol, provenían de familias ordinarias. El Mahavamsa nos cuenta que noventa mil bhikkhunis se congregaron en el festival de la consagración del Marichavatti Vihara. La multitud que logró el estado de arahant incluía catorce mil bhikkhunis. Sea lo que sea que el numeral «catorce mil» signifique en este contexto, no cabe duda de que el sasana de las bhikkhunis se encontraba en pleno florecimiento durante el periodo de Anuradhapura, alrededor del 300 a.C.

La mayoría de bhikkhunis que se ordenaron durante la época del Buda fueron princesas sakya, aunque estaba permitida la entrada en la orden de monjas a cualquier persona proveniente de cualquier origen o estrato social. Las bhikkhunis Patacara, Ambapali, Kisagotami, Punna, Issidasi y Rajjumala se cuentan entre aquellas que tuvieron que superar ciertos obstáculos en sus vidas, antes de entrar en la orden. Pero finalmente encontraron solaz gracias a la enseñanza del Buda y alcanzaron la liberación. La Therigatha (Inspiraciones de monjas iluminadas), revela la voz de antiguas bhikkhunis y nos cuenta cómo algunas de ellas tuvieron que atravesar tiempos difíciles antes de llegar a la meta final del despertar. A partir de los poemas de las monjas iluminadas en tiempos del Buda, los seguidores y seguidoras del Noble Óctuple Sendero en el mundo contemporáneo pueden recibir gran instrucción y apoyo, que ayudará a los meditadores budistas a entender muchos aspectos centrales del Dhamma.

Traducción de Jesús Aguado de las Therīgāthā al español. Portada del libro.

Algunas voces de las arahants

Según el Anguttara Nikaya, parece que Mahaprajapati Gotami visitó al Buda para despedirse de él. Entonces el Buda la llamó para que diera muestra de sus logros espirituales, de forma que los escépticos, los hombres de la sociedad, quedaran convencidos. El Buda dio la siguiente instrucción: «¡Oh Gotami, realiza un milagro que sirva para disipar las opiniones erróneas de aquellos hombres necios que dudan todavía del potencial espiritual de las mujeres!» Susan Jootla (1988) cita las palabras de Theri Khema, una antigua reina del rey Bimbisara, la cual concluye su poema con unos versos exclamatorios de agradecimiento hacia el Buda. Su última línea es un resonante «rugido del león»: «he quedado completamente liberada del sufrimiento, he realizado la enseñanza del Buda».

Un elogio todavía mayor fue concedido a Theri Bhaddakaccayana (previamente Yasodhara Devi), que llegó a la iluminación gracias al Buda. Su pureza, su amabilidad y su devoción fueron de un valor incalculable para el bodhisattva cuando éste aspiraba a la iluminación, la meta suprema de la humanidad. Ella fue declarada la monja principal entre las que obtuvieron poderes sobrenaturales (mahatī abhiññā) para recordar infinidad de eras del pasado. Solo cuatro de los discípulos del Buda poseían tales poderes. Los discípulos del Buda que habían llegado a la iluminación podían recordar hasta 100.000 ciclos universales. Pero Yasodhara, los dos discípulos masculinos principales del Buda (Sariputta y Moggallana), y el Thera Bakkula, podían, con sus poderes sobrenaturales, recordar incalculables eras.

La venerable Dhammananda Bhikkhuni (centro, abajo) es la primera mujer completamente ordenada de Tailandia.

La theri Bhaddakaccayana es una de las monjas iluminadas que se esforzó diligentemente para el bienestar de las otras monjas y que las ayudó también a realizar el Dhamma mediante instrucciones de meditación. Utilizó su sabiduría para contemplar las vidas pasadas de las otras monjas de forma que pudiera comprender mejor sus hábitos y sus capacidades. Habiendo utilizado este conocimiento especial, proporcionó las instrucciones de meditación necesarias para que las otras monjas pudieran alcanzar su pleno potencial y llegar a la iluminación. Su sabiduría irradiaba como una esplendorosa estrella en el firmamento del bhikkhuni sasana. La Theri Bhaddakaccayana falleció a la edad de 78, antes que el Buda. La Theri Bhaddakaccayana demostró al mundo que las mujeres también son tan capaces como los hombres de alcanzar la sabiduría superior. Lo hizo demostrando sus poderes sobrenaturales cuando fue a mostrar sus respetos a Gotama Buda como despedida. Su historia ha quedado ilustrada en detalle en la obra Pujavaliya («Guirnalda de ofrendas»).

Finalmente, el Anguttara Nikaya menciona a Bhikkhuni Soma, que responde a Mara con las siguientes palabras: «Cuando la mente de una persona está bien concentrada y la sabiduría es perfecta, cuando alegremente proclaman que son libres, o que sus mentes se han liberado, o que han alcanzado la bienaventuranza final, la meta suprema del nibbana, ¿qué importa, entonces, si es hombre o mujer?».

——————————————-

Venerable Nadimale Sudhamma

La venerable Sudhamma es capellana del budismo theravada para la Universidad de Queensland, es subdirectora de Yasodhara Dhamma and Sinhala Schools (SLBM, Inc.) con sede en Brisbane, Queensland, Australia, y es facilitadora e instructora en clases y programas de meditación regulares para sus estudiantes. La venerable Sudhamma tiene un grado de maestría en educación de la Queensland University of Technology, Brisbane, Queensland, Australia. Antes de ordenarse monja Theravada, trabajó para el departamento de educación de Brisbane como maestra de escuela primaria. Después de ordenarse, la venerable ha vivido en el lugar de su ordenamiento, Sri Subodha Meditation Centre, en Ambuluwawa, Sri Lanka, durante algunos años antes de regresar a Australia. Actualmente es la abadesa del centro de meditación. Reside en Brisbane y está afiliada al Sri Lanka Buddhist Monastery, donde vive bajo la tutela de su maestro, el abad del monasterio. 

Leave a Reply

Captcha loading...