La danza como conocimiento. Segunda parte: Wu Nuo
JOSEPH HOUSEAL
Encontrar elementos no budistas y prebudistas en la práctica budista es una empresa fascinante. ¿Absorbió el budismo tántrico otras formas de ritual y comportamiento? El sagaz pionero de la exploración del mundo budista del Himalaya, Giuseppe Tucci, comprendió que la aparición de la danza en el arte y el ritual del budismo tántrico era un signo de antigüedad y de una religión más primitiva, arcaica. La noción de que «dentro de cada religión hay otra religión» apenas genera controversia y la religión Bon es frecuentemente utilizada como un comodín para cualquier elemento indeterminado o culturalmente tibetano. Sobre el Bon existen excelentes publicaciones. El Dr. Samten Karmay, por ejemplo, ha publicado traducciones de rituales de danza Bon. Sin embargo, muchos estudiosos occidentales suelen mantener nociones preconcebidas sobre la «religión» y la «danza», inadecuadas para las sociedades asiáticas o antiguas.
Las prácticas budistas están vivas, ininterrumpidas durante cientos, incluso miles de años en muchas regiones; y aún se conservan o perviven en el mundo contemporáneo. Se trata de un hecho extraordinario. Cuando intentamos averiguar más sobre el desarrollo de la danza y las prácticas rituales budistas a lo largo de los milenios, encontramos muchos ejemplos de danza y ritual con raíces más antiguas. Core of Culture, la organización que dirijo, ha estado trabajando durante más de veinte años en el ámbito del budismo del Himalaya y ha producido abundante documentación sobre su patrimonio.
Después de tropezar con el tema en mis estudios académicos sobre la cultura china (el wu nuo, o exorcismo chamánico), cuál no fue mi sorpresa al darme cuenta de que Core of Culture ya contaba con 20 años de investigaciones que apoyaban una idea académica china. El exorcismo, en su sentido más llano, significa expulsar lo maligno, mantener el mal fuera. Así pues, una bendición auspiciosa es un tipo de exorcismo, ya que está pensada para proteger. Las deidades terroríficas y feroces eran necesarias para proteger de peligros provenientes del misterioso universo físico y psíquico. Aquí subyace la idea ritual evolucionaria, basada en descubrimientos arqueológicos del siglo XX, una idea promulgada en China y que han ido ganando reconocimiento.
El exorcismo como performance de un danzarín con máscara en trance (nuo) surgió como un prototipo hace más de 5.000 años, en el neolítico chino tardío (inmortalizado en jade y más tarde en bronces cincelados, cabezas de brujos de bronce, y máscaras de brujo de oro o bronce). Con el tiempo llegó a afianzar y a fundar una cultura de exorcismo chamánico a lo largo de China, Tíbet, Asia central, Japón y Corea, una cultura que, a pesar de su diversidad, se puede reconocer como una sola hasta nuestros días.
Esta es una afirmación de carácter muy general sobre la evolución cultural en Asia y constituye el fundamento de una etnografía académica impresionante a lo largo de varias décadas en China. Además, la afirmación podría ser cierta. Según el académico Piet van Loon, el chamanismo chino y más tarde el budismo tántrico fueron elementos formativos en la representación de dioses y demonios mediante máscaras. El budismo y el chamanismo chino están relacionados y esta relación es un aspecto más de la difuminación de las líneas a lo largo de los siglos entre brujería chamánica, teatro nuo cortesano, costumbres locales, religión y teatro nuoxi. Las artes marciales son una parte integral del teatro y del monacato. Un estudioso chino suele adoptar una aproximación más holística hacia la verdadera naturaleza de la práctica del movimiento en la vida cotidiana. La palabra nuo implica un brujo, una máscara, una danza y una acción dramática. Es importante destacar que la danza se toma en serio y como pieza de un todo que forma con los demás elementos. La danza es la forma como se mueven las deidades y los brujos en trance. La danza lleva la antigua máscara.
Wu es un término chino para chamán o brujo. La brujería se distingue de la magia en lo siguiente: la magia implica el control de la naturaleza, como por ejemplo controlar la lluvia. La brujería incluye la realidad de otro ser que no está presente, una realidad visualizada o experimentada de otro modo, de un ser conjurado o invocado. «Chamán» implica una transformación personal a partir de la unión de lo animal, lo humano y lo divino, en un viaje a otra dimensión con un propósito específico. Nuo significa ritual de exorcismo. Significa protección. Nuo significa un drama con máscara, danzado, exorcistado, representado por un brujo. Los académicos chinos han adoptado el término wu nuo para indicar que sus investigaciones visuales y etnográficas tienen un carácter tan variado y diverso como el chamanismo. Esta obra no se restringe a representaciones oficiales del estado y a su documentación escrita.
La máscara wu nuo ha sido clave para comprender y relacionar comportamiento y objetos. Si partimos de la pieza neolítica de jade de Liangzhu, de 5000 años de antigüedad, la máscara del brujo tiene dos partes: la parte superior muestra al chamán semibestial, la parte inferior muestra la deidad protectora que guía y transforma. Es como si el chamán estuviera montando en el espíritu protector. Destacan también otras características entre los antiguos prototipos nuo: grandes ojos, narices inmensas, dientes y colmillos salidos. Todavía hoy algunos diseños evocan las formas arcaicas de Liangzhu y algunas máscaras budistas contemporáneas hechas de metal son casi idénticas a los prototipos de la dinastía Shang. Este tipo de descubrimientos son fascinantes, inspiradores y quizás algunos son fruto de increíbles coincidencias. Pero es más verosímil pensar que la cultura wu nuo nunca dejó de ser representada, compartida, modificada, adaptada, ya fuera en el submundo o bien en la religión y el teatro. Existe algo de primitivo y perenne en estos rituales. Como en la práctica de los mudras indias, poderosos movimientos de manos, que según parece tienen una remota antigüedad y no parece que se hayan dejado nunca de practicar a lo largo de la historia universal, y continúan con fuerza hoy, ¿acaso no podría ocurrir lo mismo con el wu nuo? Trazar el recorrido del wu nuo a lo largo de la historia ritual y cultural no es diferente de trazar el recorrido de la danza bugaku, también de larga vida, que hoy existe solamente en Japón. Es posible. Es viable. A medida que las colecciones de conocimiento del mundo se van haciendo más accesibles, emergen las relaciones entre fenómenos antiguos. Arte, lengua, literatura, danza, ritual, religión: sabemos mucho más sobre todas estas cosas ahora.
Tal y como dijo el coreógrafo de ballet George Balanchine: «si tienes a un hombre, a una mujer, y algo de música, tienes un drama». Algo parecido cabe decir del drama de exorcismo del nuoxi: si tienes un brujo, un demonio y un problema, tienes un drama. El exorcismo es dramático por naturaleza y en Asia es algo que siempre se representa con máscaras y danzado. La performance exorcística se da a diferentes niveles, desde el rito agrícola de fin de año hasta un ritual anual patrocinado por el estado, pasando por simples bendiciones auspiciosas. La historia del nuo tuvo un punto de inflexión cuando los que no eran brujos, por ejemplo, oficiales del gobierno, actores, artistas marciales y otros, se ocuparon de celebrar el ritual, desempeñando el papel de brujo. El brujo siguió siendo la figura principal.
Un documento de la dinastía Zhou (510–314 a.C.), Los rituales de Zhou, describe el estado oficial del brujo: «el Brujo de oro de cuatro ojos [fangxiang], vestido en una chaqueta negra y una falda roja, cubierto con una piel de oso, sujetando una lanza y blandiendo un escudo, celebra el ritual nuo estacional, llevando a cien esclavos a casas y tumbas para expulsar la peste, los fantasmas y los espíritus.» Esta descripción ganó mucho más sentido cuando, durante las excavaciones en Liangzhu y Sanxingdui en el siglo XX, se desenterraron jades neolíticos y bronces Shang de máscaras y figuras wu nuo con unos 3.000 y 5.000 años de antigüedad. Estos descubrimientos desataron entre los académicos el frenesí por el wu nuo, el frenesí por el nuoxi. Este no fue muy diferente al frenesí que acompañó al descubrimiento del faraón Tut en Egipto.
En 1983 el gobierno de la China hizo un registro, provincia por provincia, de todas las variedades de teatro tradicional. Esta fue una empresa etnográfica de gran envergadura. Uno de los resultados de este proyecto, de muchos, fue un libro académico, con lujosas láminas, publicado en 1996: Chinese Ritual Masks. No hay nada parecido a este libro: 22 editores, cuatro autores y casi 100 fotógrafos-investigadores de varias disciplinas. ¿Quién podría imaginar que tan vasta investigación descubriría una cohesión ritual antigua entre tantos tipos de gentes y costumbres?
Descubrimientos arqueológicos sobre la cultura nuo fueron seguidos de un proyecto nacional de investigación a gran escala a mediados de los años ochenta del siglo pasado, y de una publicación internacional sobre máscaras en los años noventa. He aquí una producción sobre estudios culturales envidiables. Existen otros libros chinos sobre máscaras tradicionales, pero no se han traducido y no son tan espléndidos. La escala de la investigación introdujo el término nuo en un uso más amplio, más allá de los rituales estatales llamados rituales nuo. Nuo pasó a ser una nueva categoría que se definía por un brujo, una ceremonia de exorcismo, danza y máscara. Está claro que los nuo estatales no constituyeron ni el principio ni el fin del nuo, aunque los rituales estatales establecieron durante siglos la necesidad y reverencia del ritual y la adaptabilidad de las ceremonias, rituales y dramas nuo.
Es difícil encontrar estudios sobre danza china en inglés, de modo que la publicación The Art of Chinese Ritual Masks, editada y compilada por Xue Ruolin con Chen Hongren y Yu Daxi, fue un hito. Publicado por SMC Publishing en Taipéi, el volumen viene con una traducción muy solvente y cada descripción de imagen en el extenso álbum de fotografías de máscaras está traducida, si bien con algunos típicos cambios de nombre chino, referentes a bienes culturales, para dar un toque chino a objetos que no lo son.
Los académicos chinos conocían las actuaciones nuo en la corte imperial. Se trata de obras patrocinadas por el Estado, algunas de ellas muy elaboradas, con más de cien eunucos participando en la función como vírgenes. En otras actuaciones, el brujo danzaba con doce animales (bailarines con máscara), en otra con ciento ocho personajes enmascarados de varios diseños (algo bastante parecido al ritual de danza exorcística del budismo tántrico). En la corte de las dinastías Han (202 a.C.–220 d.C.), Sui (581–618) y Tang (618–907), las rúbricas para el nuo estatal apenas cambiaron. De nuevo, a pesar de la abundancia de documentos sobre actuaciones de nuo estatal de las dinastías Han, Sui y Tang, el tema es casi desconocido fuera del mundo académico chino. Cualquier estudioso de la literatura china estará familiarizado con las narraciones del teatro de máscaras local, las danzas de máscaras en la guerra y la ópera itinerante con máscaras.
La postura del mundo académico chino hacia la historia cultural es evolutiva. El esquema de interpretación comienza con la sociedad primitiva neolítica, que era totémica y centrada en una deidad animal totémica que se consideraba una fuente de vida y de sostén, y estaba vinculada al jefe de la tribu. Esta divinidad totémica se desarrolló hasta convertirse simplemente en una divinidad que animaba las fuerzas naturales, y así se deificaron los ancestros, la vida después de la muerte y la idea de que la vida reside en el cráneo. Chamanes, medio bestia, medio hombre, danzando con máscaras, podían conectar con estos planos de realidad psíquica, personal y comunitaria: haciendo augurios para el jefe de la tribu, garantizando protección para la tribu de modo que tuviera fertilidad, buena caza, buena cosecha y que protegiera a los seres en la siguiente vida. Uno de los rituales más comunes consistía en los brujos saltando en tumbas y proyectando su poder protector en todas direcciones.,
Parte del entusiasmo académico tiene que ver con el gran lapso temporal entre el periodo Liangzhu, 5.000 años atrás hasta la dinastía Zhou, que precedió las dinastías Qin y Han más de 2.000 años atrás. El trabajo académico ha contribuido con evidencia visual, ritual, social, textual y artística de una cultura exorcística que todavía no ha desaparecido. La máscara pasó a absorber las fuerzas e intenciones de los rituales en evolución, conectando lo animal con lo divino, lo vivo con lo muerto y el pasado con el presente, al tiempo que manifestaba tanto costumbres locales como inquietudes metafísicas.
El nuo continú como un ritual estatal durante las sucesivas dinastías hasta la alta cultura de la gran dinastía Tang. Cuando los mongoles llegaron al poder durante la dinastía Yuan (1271–1368), dejaron de representar el nuo estatal propio de la cultura Han y básicamente lo cambiaron por un ritual exorcístico budista. El nuo nunca desapareció, simplemente el tipo de nuo cambió, pero un gran ritual exorcístico de carácter estatal siguió representándose cada año. Pasados doscientos años, la transmisión del antiguo ritual estatal nuo empezó a escasear y nunca volvió a resurgir después de la dinastía Yuan. Sin embargo, florecieron una plétora de formas locales, mezcladas con costumbres, superstición y teatro regionales. El budismo y sus rituales pervivieron y se expandieron. La ópera china es esencialmente exorcística y los poderes sobrenaturales abundan en ella.
¿Cuál es el sentido, pues, de toda esta gloriosa etnografía? Demostrar, utilizando máscaras de danzas exorcísticas de brujos, que una cultura vasta y arcaica de teatro de máscaras exorcístico tuvo una amplia difusión, fue maravillosamente diversa y al mismo tiempo reconocible como un mismo fenómeno. Lo que ha sorprendido a los investigadores es la vitalidad con la que pervive el wu nuo y la cantidad de ejemplos de estas prácticas que se encuentran todavía en la China moderna y más allá. Las máscaras se consideran parte de la representación del baile, no son campos de estudio separados, puesto que el ritual es esencialmente el mismo. El bailarín anima la máscara, la máscara transforma al bailarín en animal o divinidad, o en ambas cosas. La manifestación más antigua de «danza» como ideograma en lengua china se encuentra en la forma de escritura más arcaica: los oráculos en huesos. Se trata de un dibujo de un chamán que baila mientras sostiene unas ramas. La evidencia más antigua de la cultura wu nuo se encuentra en el jade Liangzhu, de 5000 años, y en el bronce y las máscaras de oro de la dinastía Shang, de 3000 años. La evidencia contemporánea de la cultura del wu nuo es fuerte, más aun con las prácticas de danza ceremonial del budismo tántrico.
Referencias
Xue, Ruolin, Chen Hongren and Yu Daxi. 1996. The Art of Chinese Ritual Masks. Taipei: SMC Publishing.