Entrevista al maestro zen Lluís Nansen Salas: Meditación Zen. El arte de simplemente ser.

DANIEL MILLET GIL, EDITOR EJECUTIVO DE BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL  

Lluís Nansen Salas nació en Barcelona en 1965. Se licenció en Física Teórica en la Universidad Autónoma de Barcelona, y ha trabajado en una multinacional de seguros. A los 26 años conoció la práctica de la meditación zen en el histórico Dojo Zen de Barcelona, de la calle Montcada. Recibió la ordenación de monje en 1995 en el Templo de La Gendronnière, fundado por Taisen Deshimaru en Francia. En 2008 Lluís Nansen creó el Dojo Zen Barcelona Kannon, sede de la comunidad Zen Kannon. En 2016 fue acreditado como maestro zen, al recibir la transmisión del Dharma de su maestro Roland Yuno Rech, que dijo «La energía y la fe en el Dharma de Lluís Nansen me han impresionado». Energía que se manifiesta en la determinación de enseñar la Vía de Buda a todos los que se acercan a su centro, con un enfoque que combina la profundidad del zen de Dogen, con la explicación científica, y la vivencia experiencial. En su centro dirige las meditaciones todos los días del año, e imparte cursos de meditación, atención plena, Dharma y budismo zen, a estudiantes budistas y laicos. Es autor de los libros Meditación zen. El arte de simplemente ser (2017); Mindfulness zen. La consciencia del ahora (2018); Dharma Zen. El ojo de la maravillosa revelación (2019). Ha dado clases de budismo en la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña  (2021), y ha traducido al catalán multitud de enseñanzas del Buda, Dogen y otros maestros de la transmisión. Su comunidad está presente en la Coordinadora Catalana d’Entitats Budistes, en la Federación de Comunidades Budistas de España, en la Association Zen Internationale, y la Association Bouddhiste Zen d’Europe. 

Maestro Lluís Nansen Salas. Fotografía cortesía de Dojo Zen Barcelona Kannon.

Buddhistdoor en Español: Maestro Nansen, usted recibió la transmisión del Dharma en el linaje del maestro japonés Taisen Deshimaru. Por favor, háblenos de la formación sōtō zen que usted recibió en términos de educación doctrinal, rituales y prácticas meditativas.

Maestro Lluís Nansen Salas: En el año 2016 recibí la transmisión del Dharma de mi maestro Roland Yuno Rech que, a su vez fue, uno de los más próximos discípulos de Taisen Deshimaru. La transmisión del Dharma, lo que se conoce como shiho en japonés, es un reconocimiento que un maestro da a alguno de sus discípulos para certificarlo como maestro del linaje tradicional zen al que pertenecen, para que pueda fundar su propia comunidad. Me pregunta sobre la educación doctrinal, rituales y prácticas meditativas que he recibido. El zen soto europeo del linaje de Taisen Deshimaru, ha tenido uno de sus principales ejes de irradiación en el templo zen de la Gendronnière fundado por Taisen Deshimaru en Francia. Durante muchos años he participado en retiros en la Gendronnière, así como en el templo de Seikyuji del maestro Doko Triet en Sevilla, y en retiros del maestro Roland Yuno Rech en Bélgica y Francia. Ambos discípulos de Taisen Deshimaru. Hasta hoy, la educación y formación la recibimos principalmente en los retiros, en una transmisión directa: oral cuando se requiere, aunque lo más esencial se transmite sin palabras. Es lo que llamamos una transmisión de mente a mente, i shin den shin en japonés. La base de la enseñanza es la práctica de la meditación zen, el zazen, así es como lo recibió Taisen Deshimaru de su maestro Kodo Sawaki y así lo transmitió Dogen, quien en el siglo XIII introdujo esta escuela zen en Japón. Precisamente, el Shobogenzo, la obra completa de Dogen, ha sido uno de mis temas principales de estudio, haciendo traducciones y adaptaciones al catalán y al castellano para trasladar sus sabias enseñanzas a mi comunidad. A pesar de los siglos transcurridos, la prosa poética de Dogen sigue muy vigente. Su poesía tiene la virtud de traspasar el tiempo y conectar lenguas y culturas muy distantes. Quizás por eso el zen de Dogen sigue siendo una de mis fuentes principales de inspiración, junto con las enseñanzas del Buda y otros maestros de la tradición.  Para terminar la respuesta a la pregunta, podría decir que mi formación culmina en el proyecto de crear un centro de práctica budista zen, que se materializa en la creación del Dojo Zen Barcelona Kannon, una manifestación viva de la práctica.

El Maestro Roland Yuno Rech con Lluís Nansen Salas en Lluçà (Cataluña)

BDE: En su enseñanza como maestro zen en el Dojo Zen Barcelona Kannon, ¿qué aspectos mantiene de la formación que recibió y que innovaciones o adaptaciones han introducido?

MLNS: En mi enseñanza como maestro zen en el Dojo Zen Barcelona Kannon he tratado de transmitir todo lo aprendido en estos largos años. En primer lugar, una práctica fuerte de la meditación sedente zazen, integrada en la vida cotidiana. Por esta razón el dojo está ubicado en el centro de la ciudad, con muchos horarios semanales, que permiten una práctica frecuente, en armonía con el día a día. En segundo lugar, unos retiros de meditación zen, que actualmente realizamos en Lluçà, en una casa de campo del prepirineo, donde nos sumergimos con rigor en la práctica del zen, que se convierte así en una experiencia espiritual sublime. Sobre esta base los practicantes pueden optar por seguir una vía laica, solo meditación sin implicación religiosa, una vía del bodhisattva de compasión y armonía, o una vía de monje o monja de implicación en la comunidad religiosa, que se puede realizar sin abandonar literalmente el entorno social de familia y trabajo. Con estas prácticas mantenemos en esencia todo lo recibido. Eso sí, con las adaptaciones mínimas, como es la traducción de los cantos y recitaciones a nuestra propia lengua, algo que todos agradecen y que ayuda a interiorizar las enseñanzas.

Por lo que respecta a la innovación, el contacto diario con nuestros conciudadanos nos ha hecho conscientes de que la práctica del zen es aún una gran desconocida en nuestra sociedad occidental, y es esto lo que nos ha llevado a buscar nuevas formas de presentarla. El budismo se ha caracterizado siempre por saber emplear medios hábiles y adaptarse flexiblemente a su entorno, sin perder su esencia. En ese sentido, los cursos de meditación, de mindfulness y del Dharma que se imparten en nuestro centro han sido una innovación bien recibida. La sociedad occidental, acostumbrada a los ciclos de formación, ha acogido bien una oferta formativa orientada a dar los recursos y habilidades necesarias para realizar el camino, algo que los estudiantes agradecen: por un lado, el perfeccionamiento de la meditación; por otro, la aplicación de la meditación en la vida cotidiana; y finalmente, la comprensión intelectual de esta práctica y experiencia, así como de su contexto histórico y filosófico. A través del plan de formación y de las entrevistas con el maestro, es posible hacer un acompañamiento de cada practicante según sus circunstancias.

BDE: Hay autores mantienen que el zen que D. T. Suzuki, Taisen Deshimaru y otros maestros japoneses brindaron a Occidente, e indirectamente el zen que es transmitido en Occidente en la actualidad, son tributarios de la racionalización, laicización y modernización radical de budismo que se produjo durante la Restauración Meiji (1868-1912) en Japón, con el llamado «nuevo budismo» (kindai Bukkyō). Y que, durante el proceso de aculturación, el zen moderno occidental ha perdido su conexión profunda con la soteriología fundamental del budismo y del chan/zen clásicos ¿Qué opina usted al respecto?

MLNS: El budismo a lo largo de su historia, en la que ha migrado primero desde la India original a gran parte de Asia e Indonesia, se ha transformado para adaptarse a la cultura de los países a los que llegaba. Es lo que los antropólogos llaman una traducción cultural (Apud: 2021). En el caso del budismo zen, en su proceso de cristalización en China, entre Bodhidharma (siglo VI) y Hui-Neng (siglo VII), también se produce una importante traducción cultural. Algunos términos, como «La Vía», más propios del taoísmo, pasan a formar parte del discurso budista zen, sin menoscabo del mensaje soteriológico original. En el camino que el budismo zen sigue a través de China, y después en Corea, Vietnam y Japón, no parece encontrar ningún obstáculo para adaptar algunos símbolos budistas, como es el caso del Bodhisattva Avalokiteshvara (sánscrito), Guanyin (chino), Kannon (japonés), que es representado con apariencias diferentes, y nombres diferentes en cada una de las regiones por las que atraviesa el budismo zen. Seguramente transformando símbolos de divinidades preexistentes en cada lugar. Pero, al fin y al cabo, el principio de la gran compasión universal que representa es el mismo en todas estas formas. Taisen Deshimaru decía que el zen es como un diamante transparente que muestra el color del entorno en que se encuentra, sin tocarlo ni mancharse. Eso nos permite responder a la pregunta formulada, a pesar de que el budismo zen se haya transformado en la revolución Meiji, y nuevamente se haya modernizado en su entrada en Occidente, adaptándose a la cultura científica y psicológica contemporánea. Estas transformaciones son traducciones culturales que no tienen por qué afectar a la transmisión del método soteriológico hacia la iluminación: la práctica de la meditación sedente, zazen, y las maneras de integrarlo en nuestra vida cotidiana, como el camino garantizado hacia el despertar universal.

Maestro Taisen Deshimaru en la Gendronnière, Francia (Foto AZI)

BDE: ¿Qué opinión le merece la incorporación de la meditación zen a la práctica contemplativa cristiana, esto es, la cristianización del zen, o lo que algunos autores llaman el «zen cristiano»?

MLNS: La incorporación de la meditación zen como práctica contemplativa en el cristianismo zen, me merece un profundo respeto. Los métodos contemplativos del budismo, como la meditación sedente y la atención plena en la vida cotidiana (hoy en día se conoce más como mindfulness), pueden ser practicados por cualquier persona, sin necesidad de adoptar las creencias budistas. Cualquier laico, ateo, cristiano, musulmán, judío puede practicar la meditación y la atención plena, sin renunciar a sus creencias, y, por lo tanto, sin considerarse budista. Otra cosa es, como nos ha pasado a muchos en Occidente, que después de un tiempo de practicar la meditación y la atención plena, nos damos cuenta de que, por el simple hecho de estar realizando estas prácticas, uno ya es en realidad budista. Pero bueno, no quisiera hacer spoiler de esto, es algo que cada uno descubre en su momento.

Por lo que respecta al cristianismo zen, primero hay que decir que el budismo zen, al llegar a Occidente, se ha encontrado un contexto cultural mayoritariamente cristiano, y de ahí que, como ha pasado a lo largo de la historia, se produzca un proceso de traducción cultural, de los conceptos cristianos al budismo zen.  En ese sentido, D.T. Suzuki encuentra paralelismos entre las enseñanzas del teólogo cristiano Eckhart y el budismo zen en su libro Mysticism: Christian and Buddhist, relacionando la pura nada de Eckhart con la vacuidad, sunyata, del budismo. Pero aparte de las relaciones que puedan encontrar los eruditos, los practicantes occidentales, la mayoría con una base cultural cristiana, se encuentra en la razonable necesidad de traducir los nuevos conceptos a su cultura existente. En este sentido, por ejemplo, la experiencia budista de no dualidad y de unidad con el cosmos, un occidental pueda traducirla culturalmente por la experiencia de comunión con Dios. Se dice que el budismo no tiene un Dios. Es cierto que el discurso del Buda no precisa de la existencia de un Dios para enseñar el despertar de la mente humana, pero tampoco niega su existencia. El propio Buda relata que después de la iluminación, atendiendo a la petición del dios Brahma accede a enseñar lo que se le ha revelado. Esto significa que un occidental que ha interiorizado la experiencia de comunión con Dios no tiene que renunciar a ella, sino que puede incorporarla como traducción cultural de la experiencia de sunyata. Es un trabajo que podemos ir haciendo cada uno, y si sentimos algún conflicto, podemos recurrir al maestro. Otra cosa es, volviendo a la pregunta, lo que llamamos el «cristianismo zen». Esto es, una comunidad de confesión cristiana que incorpora una práctica de la meditación zen como método contemplativo. Aunque nos indiquen que su práctica zen es laica, la religiosidad cristiana de sus enseñantes hace más apropiado hablar de «cristianismo zen» que de «zen cristiano». En este contexto, la religión que uno profesa va por delante de las prácticas laicas que realiza y, por lo tanto, en este caso, el cristianismo va delante del budismo zen. Es distinto a lo que sucede en el resto de los centros zen occidentales, donde el budismo zen va por delante del cristianismo, sin que ello signifique ningún menosprecio de lo primero. Al fin y al cabo, cuando el cristianismo zen incorpora la práctica zen como ejercicio contemplativo, está reconociendo su incalculable valor, y aunque se observa un esfuerzo en equiparar la práctica del zen a la mística cristiana, uno puede preguntarse: si son equiparables, ¿por qué sustituyen la una por la otra?

Lluís Nansen Salas en el Templo Zen de la Gendronière (Francia)

BDE: ¿Qué puede aportar la práctica del zen a la sociedad occidental moderna, y cuál cree que es el futuro del zen en Occidente?

MLNS: Opino que la práctica del zen puede aportar mucho a la sociedad occidental moderna. Desde que la aplicación de mindfulness en la reducción de estrés fue reconocida por la ciencia, muchos neurocientíficos están investigando en los efectos que produce la meditación en el cerebro. Eso está produciendo miles de trabajos de investigación sobre los efectos que la meditación tiene en la concentración, en la atención, en la gestión de emociones, en la tolerancia al dolor, en la reducción de estrés, ansiedad, déficit de atención, etcétera. Se ha escrito mucho y queda aún mucho por descubrir.

Las prácticas de la meditación y de la atención plena están demostrando ser un recurso muy necesario para el ciudadano «sobreestimulado», que sigue el modelo de vida occidental actual. La irrupción de los dispositivos electrónicos personales, como el ordenador, el móvil, y otros, ha acentuado más el estrés emocional que sufre el ser humano, el cual, biológicamente no es tan diferente del de hace 100 o 1.000 años. El modelo de vida actual está forzando cada vez más los límites de nuestro sistema nervioso, y si no disponemos de recursos para mantenerlo sano, el sistema nervioso acaba por enfermar y deteriorarse.

La práctica de la meditación y la atención plena es un recurso que puede reforzar y mantener sano nuestro sistema nervioso, pero ¿por qué hacerlo dentro de la práctica del zen? ¿Por qué no practicarlo como una gimnasia mental, sin implicaciones espirituales ni religiosas? En primer lugar, porque la práctica de la meditación y del mindfulness requieren de una constancia que es muy difícil de conseguir. Los ejercicios de meditación y de mindfulness son sencillos, todo el mundo puede hacerlos. ¿Pero, quién puede sostenerlos? ¿Quién puede sostener una práctica de mindfulness como una gimnasia mental durante toda su vida? Esa es la dificultad con la que se encuentran los estudiantes de meditación y mindfulness occidentales, ¿cómo continuar? ¿Cómo sostener esta práctica que me da tanta paz? Una de las cosas que nos aporta la práctica del zen es precisamente esto. Un acompañamiento a la práctica de meditación y atención plena, la vía del zen es un camino en el que podemos sostener sin esfuerzo nuestra práctica y convertirla en un hábito de vida. Pero eso no es aún lo más importante. La espiritualidad del zen nos permite llegar a la raíz de lo que está causando realmente nuestro desasosiego existencial, y erradicarlo. Es un camino de desprenderse de viejos hábitos mentales, para trascender el pequeño yo limitado, y llegar a fundirse en el simplemente ser, sin límites. 

Por lo que respecta al futuro, comparto aquella sentencia de André Malraux que decía «La civilización del siglo XXI será espiritual o no será». Lo único que puede salvar al ser humano de su egoísmo, es una revolución de la conciencia. La humanidad debe tomar verdadera consciencia de ser junto a todos los seres, y abandonar las lacras de la avidez y del odio. Es necesaria una profunda transformación espiritual. Desde mi vivencia, creo sinceramente que la práctica del zen es el método universal para esta inaplazable revolución de la consciencia.

Templo zen de la Gendronnière (Francia)

Enlaces: 

Web de Zen Kannon centro de Lluís Nansen: www.zenkannon.org

Facebook de Zen Kannon     https://www.facebook.com/dojozenbarcelona.kannon/

Facebook de Lluís Nansen  https://www.facebook.com/lluis.salas

Canal Youtube de ZenKannon https://www.youtube.com/c/DojoZenBarcelonaKannon

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Libros de Lluís Nansen  https://zenkannon.org/es/libros/  

Videos:

https://youtu.be/-1TB-Uu3j0M

https://youtu.be/oyinwmE6dXI

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Daniel Millet Gil es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona, máster en Estudios Budistas (con distinción) por el Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Hong Kong y Ph.D. en Estudios Budistas por el Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Hong Kong. Recibió el premio Tung Lin Kok Yuen a la excelencia en estudios budistas (2018-2019). Obtuvo su Ph.D. en Estudios Budistas (con distinción) con un estudio comparativo entre El Castillo Interior de Santa Teresa de Ávila y El Camino de Purificación de Buddhaghosa. Es contribuidor habitual y editor ejecutivo de Buddhistdoor en Español. Y es el fundador de la Fundación Dharma-Gaia, una organización sin fines de lucro dedicada a la enseñanza y difusión del budismo en los países de habla hispana. Ha publicado numerosos títulos en revistas académicas y divulgativas que se pueden consultar en: https://hku-hk.academia.edu/DanielMilletcon

 

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