En muchas culturas, los budistas mantienen la fe
VENERABLE BHIKKHU MIHITA
«Bud-ío» *, así se le llamó a un colega mío judío cuando abrazó el budismo. Era evidente para quienes usaran ese nombre, que aún le quedaba algo de judeidad. Mi colega—como mismo hacen muchos otros judíos-budistas o ju-bus, tal y como a veces se les denomina con cariño—, alienta a sus niños, uniéndoseles en las fiestas de Bar y Bat-Mizvahs **; guarda una menorah*** en casa, y celebra las fiestas hebreas junto con su esposa e hijos judíos. Pero el hecho de volverse él un budista, implica que ya todo eso ha perdido su importancia religiosa. De modo que puede decirse que él ha retenido su judeidad, pero sólo culturalmente.
No hay nada inusual ni original en esa separación entre lo religioso y lo cultural. Muchos budistas chinos, por ejemplo, pueden ser religiosamente budistas, pero culturalmente son chinos cien por cien. Y con esto quiero decir que ellos retienen muchas de sus prácticas y creencias nativas, taoístas y confucianas.
Los cristianos norteamericanos que se han convertido al budismo —más de un millón de ellos— también retienen mucho de la cultura e idiosincrasia occidentales, las cuales han evolucionado dentro del contexto del cristianismo.
De cada una de las varias comunidades budistas que viven en Canadá, puede considerarse que son, a la par, culturalmente vietnamitas o birmanas o cingalesas o japonesas. Pero con todo y ello, siguen siendo budistas.
Así que, ¿cómo identifica usted a un budista?
Habiendo crecido en Sri Lanka como un budista cingalés, siempre pensé que ser budista era, meramente, guardar mis principios de práctica. O sea, abstenerme de matar, hurtar, conducta sexual inapropiada, mentir o calumniar, así como de tomar intoxicantes en un grado tal que afectaran mi conciencia.
Pero luego, los practicantes norteamericanos del budismo a los que encontré, definían su identidad budista sólo por lo que se refiere a la meditación—o sea, como les decíamos en broma, por mirar fijamente a una pared veinticuatro horas por día. Además, están los budistas tibetanos, que creen en magias y oráculos, y se involucran en el sexo tántrico. Los budistas japoneses de la Jodo Shinshu, invocan el nombre del Buda, con lo cual terminarán en el cielo Sukhavati, un lugar dichoso y no muy diferente del cielo cristiano.
Así pues, ¿cuáles de estos diversos budistas, son budistas?
Claramente, todos ellos lo son. El Buda sólo le pide a usted que «venga y vea», por usted mismo. Pero sabe que el modo en el cual él ha de ser entendido, y practicadas sus enseñanzas, va a ser diferente de persona a persona, de cultura a cultura, y de tiempo a tiempo. No es que sus enseñanzas sean relativas, sino que el entendimiento de cada uno, sí lo será.
Ahora bien, en ese caso, ¿puede cualquiera declarar que es budista?
Casi. Usted sólo tiene que ponerse a sí mismo una etiqueta. Pero yo pediría un poco más. Un budista es alguien que, en primer lugar, considera al Buda como la luz que le guía; y, en segundo lugar, está convencido de que sus enseñanzas son las que mejor ayudan a explicarnos a nosotros mismos y a nuestro mundo.
Estas enseñanzas son las siguientes:
- El sufrimiento es la condición común de todos los seres sintientes.
- Nada permanece sin cambio.
- Para negar tal cambio, la imaginación humana ha creado al «alma», que es una ficción autocreada.
- «Dios» es, también, otra ficción de la imaginación humana, con el fin de dar cabida a dicha alma.
- De la nada, nada sale. Todo está interrelacionado. Y, por tal motivo, no hay ningún Dios o Causa Primera.
- La única manera de ponerle fin al sufrimiento, es olvidándose de Dios y confiando en uno mismo.
- El camino para salir del sufrimiento es a través del cultivo mental, lo cual también le ayudará a ver estas realidades a través del ojo de la mente unificada.
Los budistas del mundo, con seguridad exhibirán una gama de compromisos respecto a cada uno de estos puntos. Pero en tanto uno esté convencido de tales enseñanzas, uno es budista.
* (Artículo aparecido en Suwanda H.J. Sugunasiri. Embryo as Person. Buddhism, Bioethics and Society. Toronto: Nalanda College of Buddhist Studies, 2005, p. 45-47).
** De bud (ista) y (jud) ío. En inglés Buddhish (nota del traductor).
*** El ritual de mayoría de edad para los chicos y, actualmente, también para las niñas (Nota del autor).
**** Un candelabro con siete brazos, usado en las observancias judías (nota del autor).
El venerable profesor bhikkhu Mihita de Canadá es presidente del Consejo Budista de Canadá y especialista en temas bioéticos contemporáneos desde una perspectiva budista. También es graduado de la beca Fulbright, otorgada excepcionalmente por el gobierno estadounidense.