Amor de pareja: una entrevista al Ven. Shifu Zhihan
BELÉN AZAROLA
El Ven. Shifu Zhihan reflexiona sobre el amor en la pareja desde una perspectiva budista en su Monasterio de la Fundación Bodhiyana situado en la Argentina. Una conversación para meditar sobre el altruismo y el trabajo interior necesario para construir relaciones sanas que contribuyan al cultivo de la espiritualidad.
Durante el último Vesak se inauguró el Monasterio en la nueva sede de la Fundación Bodhiyana. Un árbol de gomero añoso marca la calle Caldas en la Capital Federal de Buenos Aires, a media cuadra me esperaba el Venerable Shifu Zhihan para la entrevista. La primavera en la ciudad tiene temperaturas agradables y cielos despejados, nos encontramos durante la mañana de un día como ese. El Shifu me esperaba en la sala de Avalokiteśvara, el bodhisattva de la compasión que postergó su Despertar para ayudar a todos los seres sensibles en su camino hacia la liberación del sufrimiento. Calentó agua y apareció con un té oolong muy especial traído de Taiwán para que compartiéramos; se dice que laentrevista es la más pública de las conversaciones privadas.
¿Cuál es la perspectiva del budismo frente al amor dentro de la pareja? El Ven. Shifu Zhihan recorre la idea del amor y el altruismo para contestar a este interrogante, el trabajo interior necesario para cultivar relaciones sanas y de beneficio mutuo que contribuyan al cultivo de la espiritualidad. Reflexionó sobre la disposición de la mente para tener éxito logrando relaciones amorosas y sobre los obstáculos para su desarrollo como son las tendencias de autocastigo.
El Maestro comenzó remarcando que se trata de una pregunta recurrente en Argentina, Brasil y Paraguay, tres países en los que trabaja en contacto con practicantes y simpatizantes del budismo. Sobre el amor y utilizando una difundida técnica para memorizar enseñanzas orales, el Shifu comenzó enumerando los elementos que componen un concepto clave para pensar ¿qué es amor desde la perspectiva budista?
Ven. Shifu Zhihan:“Nosotros consideramos la categoría de altruismo y tiene cuatro aspectos. Uno es ‘amor benevolente’; amor benevolente significa desear bien a los otros. La parte de ‘compasión’ es querer aliviar el sufrimiento del otro. Tercero es ‘regocijar’ o ‘alegría altruista’, es decir que al ver que la otra persona o los otros están haciendo las cosas bien y están prosperando, uno se regocija, uno no tiene envidia. Y el cuarto es la ‘ecuanimidad’, la cualidad más difícil de practicar. Entonces, eso se aplica”.
Acostumbrado a impartir enseñanzas en los cinco países de América en los que dirige Centros y Monasterios, tiene una forma clara y didáctica de explicar. Rápidamente buscó las palabras para transmitir el ejercicio: cómo pueden ponerse los cuatro aspectos del altruismo al servicio de la práctica dentro de la pareja.
VSZ:“Obviamente, hay una cosa de atracción. Amor benevolente es cuando uno está atraído a la otra persona, entonces quiere estar juntos. Pero uno tiene que querer que esa persona esté bien. En vez de un pensamiento egoísta de que ‘quiero estar con esta persona, me va a hacer bien a mí’, es más: ‘quiero que esta persona esté bien porque estoy con ella o con él’. Eso tiene que mantenerse porque nuestro ego es una de las cosas más difíciles de trabajar para los humanos. Nosotros tenemos la tendencia egocéntrica, por eso parte de la práctica espiritual es reducir el ego. Entonces desear bienestar a la pareja, eso es lo básico y, cuando uno ve a la pareja sufriendo uno tiene que ver: ‘¿Estoy contribuyendo a ese sufrimiento o no?’. Y si estoy, tengo que hacer cambios.”
Ante su respuesta, se hace evidente la necesidad de un trabajo interior comprometido y atento. Para eso, el budismo enseña numerosos recursos y estrategias para trabajar sobre uno mismo con el propósito de transformar y purificar la mente considerando dos pilares centrales: sabiduría y compasión. Ven. Shifu Zhihan remarcaba que es ese trabajo interior lo que se necesita para aliviar el sufrimiento de la otra persona y, al desear bienestar a la pareja, también pueden acompañarse sentimientos difíciles que surjan en la relación aportando al crecimiento espiritual de ambos y habilitando la experiencia de la alegría altruista.
Por otro lado, ¿qué pasa cuando los sentimientos difíciles aparecen dentro de la relación y estas cualidades no logran ser experimentadas? El Maestro me preguntaba “¿Usted puede creer que entre parejas hay celos a veces?”. Lo ejemplificaba con celos de trabajo y ganancias enfatizando que algo así es incomprensible.
VSZ:“Que dos personas deciden estar juntas y una persona está celosa hacia la otra por un buen logro del otro. ¿Cómo puede ser? Eso ya no es definición de pareja en la perspectiva budista. Uno tiene que regocijarse: ‘Ah, está haciéndolo bien. Entonces, a ver, también lo voy a ayudar a mejorar’”.
Cuando volvía sobre las palabras del Shifu Zhihan, pensaba en la importancia del pensamiento en la propuesta de la práctica budista. Se busca una nueva visión de las cosas desarrollando la capacidad de gestionar los pensamientos de formas alternativas a partir del ejercicio interior. Para eso, los maestros enseñan recursos y estrategias con el objetivo de lograr generar el propio antídoto ante situaciones de dificultad recurrente o de emociones perturbadoras.
VSZ:“A veces las cosas son difíciles y para la pareja también es difícil estar bien porque, si no ha llegado a esa etapa de cambio, la mente es muy negativa. Se autocastiga, autoexige y no puede sentirse bien, entonces ¿qué pasa? Está sufriendo, uno quiere aliviar su sufrimiento y dice algo, repite algo y repite y te dicen: ‘Basta, no quiero escuchar’. Prefieren ir a un psicólogo o psicoterapeuta. No hay nada para regocijar en ese caso. Entonces hay que respetar el proceso”.
El desapego como ejercicio y el deseo como un impulso sobre el que es necesario generar gobernanza de sí mismo, son dos campos de acción sobre los que avanza el budismo. Es así que le pregunté ¿cómo se trabaja y qué lugar tiene el deseo? Si bien el Shifu reconoce que el deseo une a dos personas, debe ser una unión gestada a partir del ejercicio de una mente ecuánime en un punto de encuentro que sea para beneficio de ambos potenciando las buenas cualidades.
VSZ:“El deseo en el contexto del altruismo. Sin deseo, dos personas no van a querer estar juntas, obviamente. Entonces hay deseo, pero ¿dónde está el punto cuando el deseo se convierte en algo insoportable? Yo utilizo el adjetivo ‘asfixiante’. Muchas veces repito eso, cuando escuchas a alguien decir ‘no puedo vivir sin ti’ tienes que tener un poquito de alerta. Uh, no puede vivir sin ti. Es así. Es como querer a alguien asfixiándolo. Alguien con cierta independencia intelectual y valor a su libertad va a tener miedo a eso. Pero, ¿dónde está el equilibrio? El equilibrio debe ser cómo poder amar a la otra persona, lo bueno y malo, y no solo querer lo bueno y no querer lo malo. Si uno puede ayudar, ayuda; y en lo que no puede ayudar, uno tiene que aceptar y dejar el proceso”.
“Ahora”, siguió diciendo, “todo esto con un criterio muy importante: que uno no está perjudicado espiritualmente. ¿Qué significa? Si la pareja, la conducta de la pareja, está afectando a uno, las buenas cualidades de uno, las cosas positivas de uno, el optimismo de uno, la bondad de uno, entonces uno tiene que decir ‘¿qué tipo de pareja es?, ¿qué relación es esta? No estoy mejorando al otro, pero me está empeorando como una persona’. Ahí es algo tóxico”, afirmó.
BA:“Sería bueno hacer ese ejercicio en general, ¿no? Con todas nuestras relaciones, no solo con nuestra relación de pareja”, comenté.
VSZ:“Totalmente”, concluyó el Ven. Shifu Zhihan.
Volviendo sobre el principio, los cuatro aspectos del altruismo que pueden cultivarse al interior de la relación son el amor benevolente (desear el bien); la compasión (querer aliviar el sufrimiento de otros); la alegría altruista (regocijarse por el éxito de otros); y la ecuanimidad (una mente pura). A lo largo de la entrevista, el Shifu no solo transmitió ideas sino también un método. Hacerles preguntas a las situaciones, a la pareja y a uno mismo como un recurso útil para ejercitar una mente flexible y una mirada atenta en la impermanencia de las relaciones. ¿Dónde está el equilibrio?, ¿Estoy contribuyendo a ese sufrimiento o no?, ¿Qué tipo de pareja es? Quizás volver sobre ellas sea una fuente de inspiración para generar las propias preguntas en vías de construir relaciones más amorosas y compasivas que sean de beneficio para muchos.
Un caluroso agradecimiento al Ven. Shifu Zhihan por hacerse el tiempo para la entrevista y a Lichien por asistirnos en todo lo necesario.
Namo Fo !!! Muy linda nota !!!
Gxs !
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