Cuerpos tántricos, danza tántrica
JOSEPH HOUSEAL
Es natural que muchas tradiciones duraderas de práctica tántrica incluyan la danza como elemento del ritual. La danza es también un elemento del arte iconográfico, el cual es afín a la danza y el ritual. Ocurre algo similar con la actividad sexual ritualizada, algo que es representado a menudo en el arte budista tántrico, pero que es menos practicado como método de iluminación. La visualización mental es complementaria a la naturaleza transformadora, metabólica y psicofísica de la danza y el sexo. Las visualizaciones pueden centrarse en una deidad de meditación fundida en un abrazo sexual – y a veces bailando mientras se halla en un abrazo sexual.
La idealización simbólica de los genitales: linga y yoni en el tantra hindú; yab yum (abrazo sexual en la iconografía tibetana) es un fenómeno mundial. La Virgen María flotando en su huevo astral tejido con cielo puede entenderse como un icono tántrico. La alquimia interior de los taoístas se basa en reemplazar las partes del cuerpo físico por activadores simbólicos, paisajes interiores y mecanismos dinámicos. Jing, o la energía generativa, constituye la abstracción sexual en un proceso con energía vital y energía mental. Estos actos rituales también pueden ser entendidos dentro de un marco tántrico.
El propósito de estos símbolos, rituales y prácticas de meditación es la transformación total de un acto físico en una experiencia de plenitud mística que eleva a la conciencia. El cuerpo se convierte en el lugar de la acción simbólica; es más, el cuerpo se convierte en el campo de la conciencia biológica transformada. Una deidad visualizada puede reemplazar al cuerpo físico como fuerza expresiva y efectiva. Estas técnicas, ya sea de danza o de meditación, requieren un alto nivel de destreza y ejecución.
La danza, al ser extraordinaria – no una forma mundana de moverse -, ya está engendrando transformación. La intención de crear nuevos patrones de movimiento requiere una plena atención mente-corpórea, la cual se halla, igualmente, mucho más allá de la conciencia cotidiana normal. La danza engendra, induce y sostiene una conciencia purificada con un movimiento vivaz y unificado de todo el cuerpo completo. Este movimiento hacia la naturaleza esencial y el yo, organizado en formas rituales según una inteligencia cósmica, es la acción del tantra.
Estas ideas deben ser contrabalanceadas con las de ciertos sacerdotes tántricos hindúes tradicionales y muy conservadores, cuyos linajes muy respetados produjeron grandes eruditos. Ellos ripostarían que el Shiva Lingam simboliza muchas cosas, ¡pero no, ciertamente, un pene humano erecto! ¡Qué grosero y vulgar imaginar que una escultura de un pene humano erecto tenga alguna asociación con un pene humano erecto! De manera similar, hay algunos eruditos y líderes iniciados en el budismo que consideran al budismo vajrayāna como una degradación del verdadero budismo; y que toman a cualquier sugerencia de tantra sexual dentro de las prácticas tántricas budistas como de índole mera y únicamente artística, simbólica y metafórica. El reclamo implica que la iluminación nunca fue enseñada como tantra sexual real, y que cualquier sugerencia que defienda el tantra sexual es herejía, diletantismo, fetichismo o invención.
Sin embargo, desde hace mucho tiempo ha existido una práctica del tantra sexual dentro del budismo vajrayāna. Como siempre, las voces diferentes coexisten. Durante largo tiempo se ha asociado con tabúes a las prácticas tántricas, la locura divina y el abandono de las normas consuetudinarias. El rechazo de los sectores puritanos es parte de la característica del tantra. La vida como laboratorio de la conciencia, más allá del bien y del mal, es para valientes. Y el tantra comenzó, en parte, como una respuesta subversiva a la ortodoxia brahmánica.
Prajwal Vajracharya, un conocido maestro del budismo tántrico newar y el principal exponente mundial de la danza budista tántrica charya nritya, lo expresa claramente: «Nunca uso la palabra “tantra” porque todos piensan que significa sexo, y no es así. No hagas tantra, haz lo tuyo a tu manera».
Una comprensión del tantra implica que este es tan antiguo como las misteriosas figuras de diosas que se encuentran en el arte rupestre. Las antiguas figuras danzantes, ambiguas para el mundo moderno, continúan encarnando estados transformados del ser. Desde aproximadamente el año 600 d.C. – la fecha más antigua de los textos budistas tántricos -, ya existe algún registro escrito de una corriente subyacente establecida del desarrollo de la conciencia, particularmente en Bengala, Cachemira y Assam, donde el tantra se desarrolló en oposición a la religión y el ritual brahmánicos. La antigua corriente del tantra es un culto al éxtasis: el cultivo de determinados estilos de vida, un complejo de signos y símbolos emotivos, donde el arte, la filosofía, el mito, la magia y el ritual convergen en una visión de una sexualidad cósmica – una dentro de toda la naturaleza, dentro de uno mismo, en unión con otro ser y con todos los demás seres .
El tantra comparte algunos de los matices del zen en el concepto de que, si bien la realidad misma y lo que esta parece ser, son dos cosas completamente distintas, sin embargo, la realidad es también exactamente lo que parece ser. El tantra es afirmar, no negar. El tantra es una forma voluptuosa de vivir con desapego a través de una existencia fugaz; ofrece andamios de prácticas y técnicas que se desvanecen al uno interiorizar la vacuidad. El tantra ofrece un conjunto de habilidades arraigadas en los sentidos y en la encarnación física de virtudes y cualidades trascendentes.
Las danzas tántricas dentro del budismo tradicional incluyen la danza monástica cham realizada por monjes vajrayāna y, cada vez más, por monjas. La charya nritya de los newar nepaleses es también una forma ritual budista vajrayāna. La charya es una danza tántrica de transformación completa en una deidad de meditación. Otras características fundamentales de las danzas tántricas budistas son el uso de mantras, mudras, mandalas y meditación. Cada uno de estos elementos traspasa barreras psicológicas y físicas, uniendo cuerpo y mente, consciente e inconsciente; efectuando la transformación del cuerpo y la mente; produciendo una conciencia de la vacuidad esencial de todos los fenómenos. Se forma así un nuevo cuerpo para que este sea un recipiente de la mente purificada.
La danza es el modo en el que se mueven estos seres iluminados.
Joseph Houseal
Joseph Houseal es el director del Core of Culture, una organización dedicada a salvaguardar la cultura mundial intangible y a asegurar la continuidad de las antiguas tradiciones danzarias en sus propios lugares de origen. Como expresión religiosa, filosófica y ritual, la danza tiene un papel importante en la práctica del budismo, el taoísmo, el hinduismo y otros sistemas de creencias asiáticos. Las largas e ininterrumpidas transmisiones de formas de movimiento se reflejan en representaciones artísticas religiosas, en las que la iconografía performativa es un código místico además de una ilustración del movimiento. Danzas Antiguas analiza los aspectos de la danza y la espiritualidad para mejorar la práctica y el aprecio entre los lectores, y para elevar la conciencia cultural en nuestro mundo cambiante. Utiliza la danza como lente para explorar estados de conciencia y representaciones simbólicas. Danzas Antiguas se publica mensualmente.