Venerable Damchö: quinta y última parte de la Crónica del II Simposio de Sakyadhita Spain.
BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL
Este artículo forma parte de la edición especial «Mujeres y budismo en los países de habla hispana».
Quinta y última parte de la Crónica del II Simposio de Sakyadhita Spain de mujeres budistas de habla hispana titulado «Dharma-Gaia: budismo, mujeres y la crisis climática», celebrado vía Zoom el 12 de diciembre 2020 y dedicado analizar el papel que puede desempeñar la sabiduría femenina budista a la hora de afrontar la actual emergencia climática. Pueden leer la cuarta parte de esta crónica aquí.
Tras la participación de la venerable Karma Lekshe Tsomo, viajamos a Virginia, en Estados Unidos, donde tuvimos la oportunidad escuchar a la venerable Damchö, una persona muy comprometida con la situación de la mujer y la actual crisis climática, que nos ofreció una exposición en forma de conferencia sobre lo que se denomina ecofeminismo y su relación con el dharma del Buda. La presentación consistió en analizar cuál es la implicación ecológica de la mujer practicante budista; qué propuestas puede hacer la mujer desde el budismo, y desde el amor y la compasión hacia todos los seres, que puedan conducir a un mundo más justo, equilibrado y sostenible. La venerable Damchö fue presentada a la audiencia del II Simposio por Patricia Redondo, en representación de Sakyadhita Spain.
Presentación de la venerable Damchö
Nacida en Nueva York, la venerable Damchö Diana Finnegan PhD. es una monja plenamente ordenada en la tradición budista tibetana desde 1999 y miembro fundadora de la comunidad Dharmadatta. La venerable Damchö es una persona muy activa, entusiasta, querida y admirada en la comunidad budista de habla hispana, que ha dedicado una gran parte de su vida a difundir el dharma en español. Viaja frecuentemente entre India y América Latina, impartiendo enseñanzas presenciales y llevando a cabo actividades en línea tales como meditaciones, retiros, cursos de budismo y programas a través del Instituto Budadharma, en su canal de YouTube, FaceBuda y en las salas de meditación virtuales. Sus esfuerzos de difusión incluyen importantes trabajos de traducción al inglés desde el tibetano y el sánscrito, como es su traducción del Ārya Sanghāta Sūtra y otros proyectos editoriales. Venerable Damchö es editora de los libros del 17º karmapa, Ogyen Trinley Dorje. Antes de recibir la ordenación, ejerció como periodista y realizó extensos estudios universitarios en humanidades, filosofía continental, sánscrito, tibetano y estudios interdisciplinarios de cultura e historia de Asia. Su tesis de doctorado consistió en una relectura crítica del Mūlasarvāstivāda con perspectiva de género. Actualmente sigue formando parte activa de círculos académicos como conferenciante y ponente en foros internacionales y es miembro de varios grupos de investigadores y del consejo directivo del Maitripa College. A continuación encontraran un resumen de su charla.
El budismo y el movimiento ecofeminista
El budismo y el movimiento ecofeminista pueden aprender el uno del otro, porque disponen de premisas compartidas. Desde el budismo, exploramos la relación fundamental entre el «yo» y lo que considero ajeno a mí, «el otro», y el budismo consiste en la transformación de esta relación. El «yo» y «el otro» son interdependientes, no pueden separarse, no pueden existir uno aparte del otro. Nuestro sufrimiento surge de un malentendido, o ignorancia, con respecto a la relación entre el «yo» y lo que considero ajeno. La solución del sufrimiento también surge de trabajar con esta relación. El budismo no solo aporta esta filosofía, sino que durante milenios ha analizado las manifestaciones y consecuencias del dualismo. Empezamos con esta confusión sobre lo que somos y cómo relacionarnos, y terminamos con una cultura consumista, violencia, codicia e ignorancia. El budismo propone y trabaja con valores y métodos para poner fin a ese dualismo. Esto es la parte que tenemos del budismo.
En cuanto al ecofeminismo, analiza la situación de la mujer y el deterioro ecológico desde una óptica dualista. Su objetivo es intentar entender y afrontar formas de violencia y de daño que son sistémicas y, este es un aspecto al que, dentro del budismo, históricamente, no se ha prestado suficiente atención. En el budismo no tenemos trabajado cómo es que sistemas sociales, visiones colectivas y estructuras institucionales reflejan formas de violencia sistémica. Podemos pues aprender del ecofeminismo que cuando—en términos budistas—tenemos un grupo en la posición de «yo» con su «otro», e insertamos dinámicas de poder, empezamos a ver formas de dominación y vemos cómo terminan el «yo» y el «otro» —o los grupos que están en juego— y funcionan en esta relación de dominación o explotación. Y estas relaciones de dominación, que ya encontramos en el patriarcado, las vemos también en la explotación del medio ambiente. Dondequiera que uno esté trabajando para la justicia económica o social, o desde el activismo climático, tendrá campos para aplicar estos mismos términos de análisis. Una vez aplicamos las categorías de «yo» y «otro» y las tratamos como si fueran inherentemente diferentes o distintas, terminamos con relaciones de dominación, control, poder y la emergencia de sufrimiento. Podemos aplicar esta forma de análisis a cualquier visión dualista que elijamos: humanos y naturaleza, humanos y animales, hombre y mujer, blanco y negro, europeo e indígena, a cualquier agrupación. Desde la perspectiva budista podemos agregar aquí que quien es el «yo» es el sujeto y el «otro» es el objeto de mi experiencia, así que aquí también podemos hablar de sujeto y objeto.
Una contribución para los que estamos trabajando en temas de justicia e intentando desarmar estructuras de dominación desde una perspectiva budista es una aportación muy rica que viene del ecofeminismo y que consiste en un análisis donde se empieza a ir viendo más sistémicamente cómo es que yo y el otro—o los grupos que están en juego—terminan funcionando en esta relación de poder.
Y en esta presentación, que viene específicamente de la pensadora ecofeminista Val Plumwood, se describen cinco dinámicas que podemos observar. Primero, una vez hay una división entre dos grupos, ya sea entre humanos y naturaleza, o mujer y hombre, hay cierta tendencia a negar que uno depende del otro (por ejemplo, los que tienen poder económico niegan la dependencia de los que no lo tienen). La segunda dinámica es exagerar las diferencias. Y en esto el budismo nos ayuda a detectar que en toda relación hay interdependencia, nos invita a ver lo tremendamente interconectados que estamos. La ignorancia exagera estas diferencias que vemos, haciendo que la brecha parezca más distinguible. Entonces exageramos lo homogéneos que son los grupos. No tratamos el «yo» como heterogéneo, compuesto de muchas partes distintas, sino que lo tratamos como algo sólido. Y también tratamos así al «otro» grupo (los hombres, los indígenas, los ricos) y obviamos las diferencias dentro de este. Luego, las cualidades del grupo que está en la posición de «yo», el dominante, pasan a apreciarse como las importantes. En un sistema patriarcal, las cualidades que se identifican como masculinas son las que cuentan en la sociedad (ej. ser decisivo, proactivo), mientras que las femeninas son menospreciadas. A partir de aquí, se trata al «otro» como un instrumento para servir al «yo». Creo que es importante para quienes están estudiando la filosofía budista y quieren practicar enseñanzas de compasión reconocer e implementar estas otras maneras de entender estos procesos psicológicos e internos que sirven como mecanismos que organizan la sociedad y subyacen a toda violencia sistémica.
Para concluir, en el budismo tenemos una rica caja de herramientas para hacer cambios estructurales. No es suficiente que comprendamos la teoría y reconozcamos los mecanismos. Todas estas dinámicas están profundamente integradas en nuestros modos de cognición y de reaccionar emocionalmente. Son parte de nuestras ideas, imágenes y de nuestra forma de relacionarnos y, por lo tanto, cambiarlas requiere un trabajo interno profundo y exhaustivo. De este modo, podemos ir complementando los modos de trabajar en el nivel de la percepción, cognición, las emociones y, a la vez, ir aprendiendo cómo aportar algo positivo cuando llegamos a un campo en que el daño no viene de una persona con sus malos actos, sino que todos lo reproducimos mediante el sistema. Para terminar, diré que, en mi opinión, propiamente dicho, el budismo es ecofeminista y el ecofeminismo podría ser budista si quisiera.
Tras su charla, venerable Damchö guio una beneficiosa meditación celebrando la interdependencia e interrelación de todas las cosas, en la que todos los participantes encontraron la ocasión de recogerse y juntar mente y cuerpo antes de concluir el encuentro.
Conclusión
El II Simposio de Sakyadhita Spain de mujeres budistas de habla hispana fue un evento verdaderamente memorable; extraordinario por la madurez espiritual de las ponentes que participaron y la profundidad de las reflexiones que se avanzaron sobre el papel de la mujer en un mundo en peligro. Felicitamos a las organizadoras por habernos permitido aprender y disfrutar de este encuentro. Como mera sugerencia, sería ideal que un próximo simposio consistiera en un encuentro entre mujeres budistas de los diversos países de habla hispana a fin de estrechar lazos de hermandad y amor mutuos.
Enlaces de interés
Comunidad Monástica Dharmadatta
faceBuda
Maitripa College
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