Sagi mai: danza de la garza blanca

JOSEPH HOUSEAL

Bailarina garza blanca, sagi mai 2016. Derechos de autor de la foto Nishimura Yusuke

Así como las hermosas garzas blancas que aparecen en las orillas del río Kamo en Kioto son fuente de protección y de bendiciones, así también lo es la antigua danza veraniega japonesa sagi mai, consagrada a estas aves. En Japón existen diversos bailes de la garza blanca, algunos de los cuales se analizan a continuación. El origen y raíz de todos ellos, sagi mai, se asocia con el festival Gion del santuario Yasaka en Kioto, un importante centro sintoísta y una parte del complejo sintoísta-budista en el núcleo de la cultura japonesa.

Grandes carruajes de madera lujosamente decorados que transportan los tesoros de Kioto, desfilan por el centro de Kioto durante el festival veraniego sintoísta Gion, auspiciado por el santuario de Yasaka, 2017. Derechos de autor de las fotos My Kyoto Machiya.

Si bien el festival de Gion data sus inicios al siglo IX, sin embargo, sagi mai se hallaba vinculada a una danza más antigua que se efectuaba para exorcizar y dispersar al mal. Las dos celebraciones se realizaban o juntas o en secuencia, siendo caracterizadas ambas danzas por la volátil presencia de la garza. En el pueblo de Tsuwano, la gente ha mantenido hasta hoy la tradición del sagi maidel Gion, mediante una transmisión ininterrumpida desde 1542. La danza se realiza en once lugares de Kioto, y se efectúa moviéndose por el lecho del río tal como lo hacen las garzas, y regresando por la noche al ritual principal en el santuario de Yasaka. Gracias al éxito de conservación en Tsuwano, la danza fue reintroducida en el festival de Gion y se ha vuelto a realizar allí de forma continua desde 1955. Otros pueblos y ciudades también ofrecen danzas sagi, como procesiones con niños o mujeres.

Danza de la garza blanca, sagi mai. De la serie Yokainoshima, 2013–15. Fotos con copyright de Charles Freger.
Danza de la garza blanca, sagi mai. De la serie Yokainoshima, 2013–15. Fotos con copyright de Charles Freger.

La danza original implica dos garzas: una con el pico abierto, la cual representa a la energía yang masculina, y otra con el pico cerrado, la cual representa a la energía yin femenina. Las alas del traje se confeccionan con ciprés japonés, y la cabeza de la garza en paulonia. El traje completo pesa hasta 15 kilogramos.

Como tradición antigua, el festival de Gion siempre ha sido observado como una protección contra el fuego, y además como una celebración del éxito comercial de la ciudad. Los dioses de la naturaleza son obsequiados con elaborados carruajes de madera, mediante los que se simboliza la prosperidad. El sagi mai fue creado como un patrocinio ritual, como un espléndido obsequio para el festival y para la ciudad que ha durado más de mil años. También se cree que las garzas protegen contra las enfermedades, y que son símbolos del agua dulce y de la pureza.

Otra variante de la danza ritual sagi mai. Fotógrafo desconocido. Del Core of Culture.

La garza blanca tiene una presencia ilustre en las artes escénicas japonesas. El repertorio del teatro budista Noh incluye una serie de obras de temática sintoísta. Aquí, la garza blanca simboliza a la naturaleza misma como siempre verde. El emperador llama a la garza y esta se da la vuelta en pleno vuelo, para regresar y rendirle homenaje; y así se da a entender que toda la naturaleza se somete a la deidad, que es el soberano monarca.

El maestro principal del linaje Kanze del teatro Noh, Kanze Kiyokazu, detrás de su hijo Saburota, quien interpreta la obra del Noh Sagi, garza blanca 2013. Imagen cortesía de la escuela Kanze de Noh.

Una historia poco conocida refiere que, después de la Segunda Guerra Mundial, se asignó a un mayor del ejército de los Estados Unidos la tarea de revisar las representaciones culturales de diversos tipos y de prohibir cualquier producción artística que defendiera la deificación del emperador. El mayor vio esta obra, en un frío teatro Noh durante una fuerte lluvia, y quedó impresionado por la reverencia de las personas que se reunieron para ver la actuación, transportados por la poesía y el exquisito arte del espíritu que se exhibía ante ellos. Llegó a la conclusión de que aquí no se trataba tanto de exaltar al emperador como del hecho de formar parte de la memoria viva y del tejido cultural de la sociedad japonesa. El mayor aseguró la supervivencia del Noh al no prohibirlo, incluso aunque no tenía experiencia en las artes escénicas. ¡Cuán inusual debió parecerle una obra de Noh…!

Los integrantes de la familia Kanze Noh son descendientes directos del fundador del Noh durante el siglo XIII, Zeami. En la palabra Kanze, el «ZE» corresponde a Zeami, y «KAN» a su padre Kan’ami. Hoy, Kanze Kiyokazu es el director de la 26ª generación de la escuela Kanze de Noh. Tenemos la buena fortuna de que exista un video del 2013, producido por Keizo Okubo, donde aparece este gran sensei enseñando a su propio hijo Saburota, de 13 años, cómo realizar el sagi. El sagi en el Noh tan solo es realizado o por un niño o un hombre mayor de 60 años.

En el fondo, el sagi se relaciona con la pureza de espíritu, con la integridad natural y la poesía de lo salvaje, todo lo cual Kanze Saburota lo interpreta de una manera sumamente hermosa. Incluso en un segmento del video, la pureza que expresa es palpable, y parte de dicha pureza se halla en su sangre y en el linaje que lo conecta con Zeami.

El onnagata del Kabuki Bando Tamasaburo interpreta Sagi Musume (La doncella garza). Del Core of Culture.

En el Kabuki, el legendario onnagata (imitador de mujeres) Bando Tamasaburo interpretó Sagi Musume, La doncella garza, un papel característico de este clásico de la estética japonesa. El espíritu de una garza habita en una mujer joven, la cual es poéticamente transformada de una joven inocente en una seductora, y luego en una mujer traicionada, y todo en la nieve cayendo de la memoria y la pérdida. Esta pieza de pura danza Kabuki, La doncella garza, es considerada una danza para virtuosos, la cual solo puede ser ejecutada con perfección una vez en muchas generaciones.

El onnagata del Kabuki Bando Tamasaburo interpreta Sagi Musume, La doncella garza. Del Core of Culture.

Pureza, protección, belleza, memoria… las danzas de la garza blanca en Japón ofrecen una brisa fresca en medio del calor del verano. El sintoísmo y el budismo coexisten fácilmente hoy, como lo han hecho a lo largo de gran parte de la historia japonesa; los japoneses visitan alegremente los santuarios sintoístas y los templos budistas, según se los dicten las necesidades y la cultura. Los kami del sintoísmo, o dioses del mundo natural, son un hermoso ejemplo de cómo la naturaleza, incluyendo a los animales, enseña sabiduría.

Las jóvenes del santuario de Yasaka interpretan sagi odori, otra versión de la danza de las garzas. Esta vez, las niñas bailan en grupos y procesiones, imitando los gráciles movimientos de la garza. Los jóvenes se visten como demonios chamánicos para ahuyentar cualquier mal y proteger la tierra. Juntas, estas danzas evocan la forma más antigua de sagi mai, asociada con un antiguo ritual exorcista de al menos 1200 años. Imagen cortesía del santuario Yasaka.