Presentación del libro En palabras del Buddha. Una antología de Discursos del canon pali, de Bhikkhu Bodhi
CARIDAD MARTÍN NIETO
El pasado 7 de mayo tuvo lugar en Casa Asia Madrid la presentación de la traducción al español del libro En palabras del Buddha. Una antología de Discursos del canon pali, de Bhikkhu Bodhi, que contó con la presencia de Carmen Díez, directora de la institución, Agustín Pániker, director de la Editorial Kairós y los traductores del volumen, Ricardo Guerrero Diáñez, Aleix Ruiz Falqués y Abraham Vélez de Cea.
El libro En palabras del Buddha es un hito en las traducciones del budismo al español, ya que existen pocas traducciones directas de las fuentes, y, en especial, esta antología de Bhikkhu Bhodi cubre muchos temas inéditos, lo que lo convierte en un libro de consulta fundamental para estudiar el budismo primigenio.
Tras dar la bienvenida a la presentación, la directora de Casa Asia cedió la palabra a Agustín Pániker, que aseguró que «este libro es una contribución genuina a la cultura y, editorialmente, es un placer haberlo publicado en lengua española, en la que hay una laguna muy grande de textos budistas originales».
A continuación, los traductores, Ricardo Guerrero Diáñez, presidente de la Asociación Hispana de Buddhismo, editor y traductor habitual de Bhikkhu Bodhi; el Dr. Aleix Ruiz Falqués, PhD por la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y profesor de pali en la Shan State Buddhist University de Myanmar; y el Dr. J. Abraham Vélez de Cea, profesor de Budismo y Religiones del Mundo en la Eastern Kentucky University de Kentucky (Estados Unidos); presentaron su trabajo.
El traductor como facilitador
Ricardo Guerrero Diáñez, editor y coordinador del proyecto, comentó su faceta como editor y traductor del libro. «La Asociación Hispana de Buddhismo fue fundada hace siete años, y uno de sus objetivos principales era el traducir textos budistas al castellano. El libro de Bhikkhu Bodhi es un referente por ser una colección de sutras que todos los budistas buscaban. Yo llegué a la traducción de rebote, pues decidí que la mejor manera de entender lo que estaba leyendo era traducirlo, porque ya estaba elaborando frase a frase.
»Pienso que la labor del traductor no debe ser meramente mecánica, traducir una frase de un idioma a otro, sino que es una labor de facilitador: saber qué estás leyendo, de quién lo estás leyendo y a quién va dirigido. De esta manera te aseguras de que el lector va a entender el contenido de ese texto. Es imprescindible tener un buen conocimiento del budismo para traducir un texto budista, porque, de lo contrario, la aproximación intelectual que podemos hacer no sería completa. El budismo debe ser experimentado de una manera personal y sólo con esa experiencia personal uno puede entender de lo que estamos hablando.
»Hace siete años, junto con el Prof. Vélez de Cea fuimos a ver al Venerable Dr. Bhikkhu Bodhi para decirle que queríamos traducir el libro. Considerábamos que la antología de Bodhi es un referente en el budismo y no se encontraba en español. Bhikkhu Bodhi se mostró entusiasmado y la Editorial Kairós negoció con la editorial Wisdom los derechos y… ¡aquí estamos!
»He traducido del inglés todas las introducciones de capítulo que hace Bhikkhu Bodhi. Del pali se encargaron los especialistas Aleix y Abraham y, a partir de ahí, empezamos con una labor de unificación de criterios y homogenización de estilo, que ha sido la labor principal. Ha sido un trabajo apasionante en el que ha habido jornadas que hemos estado parados porque había que decidir, por ejemplo, un término en español. Aleix está en Myanmar, Abraham en Kentucky y yo en España; cuando uno se acuesta el otro se levanta, y la única hora a la que podíamos hablar era a las tres de la tarde, hora española. Ha habido que hacer muchas revisiones y glosarios, y estamos satisfechos con el resultado.
»Os voy a dar un ejemplo. Para traducir atta, anatta nos decantamos por la literalidad, no-yo, porque no-ayoicidad nos sonaba un poquito pedante y difícil de entender. Aunque hay otras muchas posibilidades. Sin embargo, ha habido palabras que hemos discutido cuarenta y ocho horas, por ejemplo, sankara. En el Majjhima Nikaya, traducido hace veinte años por Amadeo Solé Turis y Abraham, se tradujo como “composiciones mentales” aunque “formaciones” es su traducción más estándar, pero no nos convencía por muchos motivos. Finalmente, llegamos al consenso de “construcciones intencionales” que no es perfecta, pero capta el significado que el Buda le quiso dar, pues hace hincapié en que la intención está presente antes del pensamiento. Así que hemos ido al origen, al principio del concepto. Había que tomar una decisión. Otros debates fueron “”originación en dependencia” para el paticca samupadda o “budismo primigenio”, que preferimos a budismo temprano u original.
»También hemos intentado consensuar una serie de equivalentes en español para la terminología y nomenclatura técnicas del pali. No es tarea fácil, pues a menudo la traducción depende de la interpretación que se haga del concepto y esta interpretación es problemática incluso en la tradición budista, pero creo que la gracia de nuestra edición es que hemos tenido en cuenta esta complejidad y hemos llegado a un compromiso a sabiendas de que la verdad del lenguaje humano es convencional y perecedera, mientras que la verdad última que enseñan los textos es, como se diría en pali, para que las personas sabias lo comprendan por sí mismas.»
Una meticulosa labor filológica
Por su parte, el especialista Aleix Ruiz Falqués contextualizó la labor filológica que ha conllevado este libro. «Existen en nuestros días infinidad de interpretaciones del budismo. No me refiero solamente a las distintas ramas, escuelas y linajes de esta enseñanza milenaria, sino a la multiplicidad de formas de entender estas tradiciones. El mercado editorial está saturado de libros sobre el budismo, pero una cosa son los libros sobre el budismo y otra cosa los libros del budismo.
»Los libros del budismo son los libros atribuidos al mismo Buda, que tuvieron su origen en la tradición oral y alrededor del comienzo de la era cristiana, y que se pusieron por escrito en el sur de Asia.
»Estos textos fueron pronunciados, declamados e incluso cantados en lenguas del norte de la India y, hoy en día, sobreviven en el canon theravada en pali, así como en algunas obras en sánscrito y en pácrito, es decir, en dialectos del norte de la India que fueron usados como lenguas literarias. También son textos del budismo, y no solamente sobre el budismo, las traducciones tibetanas y chinas de los originales sánscritos y pácritos, pues estas tradiciones conservan traducciones de originales indios que se han perdido.
»Y nos preguntamos: ¿qué hay de estos textos en nuestro mercado editorial español? La respuesta es: prácticamente nada, porque, si bien es cierto que existen versiones on line del Tripitaka en español, es bien sabido que no son traducciones directas y, quizás, no tienen la rigurosidad académica que la propia traducción budista exige. No hay que olvidar que, en Asia, la tradición budista es escolástica, es decir académica, incluso una escuela como la escuela zen, que en occidente se vende como una especie de culto antiintelectual, ha sostenido y sostiene una literatura altamente codificada y llena de convenciones.
»Las tradiciones esotéricas existen, sin duda, pero por su propia naturaleza ágrafa no han dado una literatura que se pueda exportar a otras lenguas. Dicho de otro modo: no se puede traducir un mantra porque, lo primero, perdería la eficacia que deriva de su sonido mágico, y, lo segundo, su lenguaje no pertenece a una semántica convencional, sino supramundana.
»Volviendo a las escuelas que sí nos han dejado un testamento escrito, la tradición theravada en lengua pali es la única que conserva el Tripitaka integral en una lengua india. No existe un Tripitaka integral ni en sánscrito ni en pácrito. Existen Tripitakas integrales en tibetano y en chino, pero son traducciones de originales indios.
»El libro que presentamos hoy es una contribución a la historia del budismo en pali al español. Además, el libro de Bhikkhu Bodhi tiene dos virtudes que son complementarias: por un lado, es un libro pensado para un público contemporáneo, organizado temáticamente según inquietudes del presente; pero, por otro, entronca con una larga tradición de antologías de textos del budismo. El título del libro es programático, se titula En palabras del Buddha, no en palabras del maestro Bhikkhu Bodhi o en palabras de…, sino En palabras del Buddha. En la tradición pali es el Buda vacana, palabras del Buda. Ahora bien, el libro de Bhikkhu Bodhi no es una antología del Tripitaka, sino que recoge textos de una parte del Sutta Pitaka, que contiene los sutras y diálogos del Buda, y está formado a su vez por cinco grandes colecciones que son también antologías, y alguna de ellas, como el Samyutta Nikaya, también están organizada por temas, esto significa que también los textos más antiguos del budismo han llegado hasta nosotros en forma de antología. La razón parece clara: el Buda no escribió ningún libro.
»Los discursos del maestro fueron memorizados y difundidos por recitadores durante siglos, esto explica el estilo repetitivo que el lector encontrará. Este estilo repetitivo, reiterativo, anafórico, redundante, insistente, machacón y casi obsesivo del canon pali puede parecer innecesario e incluso molesto en la cultura escrita, pero resulta ser una cualidad estética muy apreciada por las tradiciones orales; solo hace falta escuchar una canción de rap en nuestros días o una canción popular de niños del tipo: “un elefante se balanceaba…”.
»El llamado canon pali, con sus famosas repeticiones, fue puesto por escrito allá por el siglo I de nuestra era. La razón principal de su escritura, según nos cuentan las crónicas, no fue una ambición literaria, sino la guerra y la hambruna que pusieron en peligro la existencia misma de los monjes rapsodas. Ahora bien, y esto es muy importante, el canon pali no fue escrito en el norte de la India, sino en Sri Lanka, por lo tanto, los textos en pali que hemos traducido provienen en última estancia de manuscritos singaleses. Pero no solo singaleses. Pues, como es bien sabido, los textos singaleses se difundieron por el sudeste asiático a partir de mediados del primer milenio de la era cristiana.
»Los textos que hemos traducido también proceden de textos birmanos, tailandeses, de Laos, etc. Aunque, obviamente, ni Sri Lanka, ni Birmania, ni Laos, ni Tailandia existían como naciones hasta hace bien poco. La cultura manuscrita del pali se desarrolló en una red cooperativa de linaje monástico con núcleo en Sri Lanka y ramificaciones en el sudeste asiático.
»Bhikkhu Bodhi es un ejemplo de maestro theravada con vastos conocimientos intelectuales en un linaje ininterrumpido. Bodhi conoce no solo los textos canónicos sino los comentarios, subcomentarios y los tratados escolásticos anexos, gramáticas, etc. Además, es un monje con décadas de experiencia en la Orden. Bodhi es lo que en terminología theravada llamamos mahathera, es decir, un gran maestro. En la traducción española hemos apostado por traducir del pali para hacer lo que Bhikkhu Bodhi hizo al inglés. No habría tenido sentido traducir de una traducción pues él mismo quería una traducción directa del original de las palabras del Buda.»
El budismo como pensamiento filosófico
Por su parte, el profesor Vélez de Cea comenzó diciendo: «A mí me toca hablar de la importancia del libro para la filosofía, más que para la religión. El pensamiento del Buda ha sido tradicionalmente discriminado, igual que lo ha sido el pensamiento de la India, de China o de Japón, de toda Asia. Es muy desafortunado que en los departamentos de filosofía (no solo en España, es una cuestión que se da en todos los países occidentales) no haya, por ejemplo, un experto en las distintas filosofías asiáticas, y el hecho de que se decida que un solo departamento aúne China, Corea, la India y Japón demuestra la falta de respeto que se tiene y la falta de conocimiento por la profundidad y la complejidad del pensamiento asiático.
»La contribución de este libro es precisamente poner el pensamiento del Buda en una posición donde se pueda estudiar y acceder a sus textos. Siempre va a haber distintas interpretaciones, pero el hecho de tener un texto donde poder cotejar lo que dice cada uno, es importante.
»Esta situación también tiene que ver con un debate que ha habido en Occidente, especialmente en el siglo pasado, sobre si el budismo era una filosofía o una religión, y es que una de las argumentaciones por las que se ha rechazado el estudio del pensamiento de la India, y en concreto del Buda, es porque se consideraba que no era filosófico, sino religioso.
»Quienes hayan estudiado historia de la filosofía, verán que, en la antigüedad, esta era también una forma de vida. El libro de Pierre Hadot La filosofía como forma de vida defiende que, en la filosofía griega, el concepto de filosofía y la práctica filosófica se ha desvirtuado y se ha convertido en una especie de ejercicio racionalista, y así ha perdido su función de transformación y medicina del alma que tuvo en la antigüedad. El budismo encaja en esa idea de la filosofía antigua y esperamos que este tipo de publicaciones contribuya acercar al Buda a otros grandes sabios occidentales como Sócrates, Platón y Aristóteles. Y que, además del Buda, aparezcan Confucio y Lao Tse y otros muchos que merecen estar ahí.
»La traducción de este texto también contribuye a aclarar el concepto del Buda histórico frente al concepto del Buda del budismo. Yo creo que es importante enfocar estas cuestiones desde un punto de vista histórico-crítico. Al analizar la historia de las tradiciones con los métodos académicos actuales, y estudiando así los textos del Buda, uno se da cuenta de que en las tradiciones budistas falta ese estudio histórico-crítico porque existe una tendencia a poner un montón de textos atribuidos al Buda prácticamente al mismo nivel o como productos del mismo autor. Es un tema difícil, porque a muchas tradiciones, incluida la escuela theravada, les cuesta a veces aceptar lo que el academicismo, sobre todo el que procede de occidentales, dice sobre los textos, y eso de alguna forma encuentra resistencia. Pero yo creo que ya va siendo hora de empezar a acercarse al Buda histórico y saberlo diferenciar de otras construcciones del Buda que sí, que también son históricas, pero no son exactamente de la misma época.
»Este texto también puede contribuir a volver a las raíces de una serie de ideas que pertenecen a una época del budismo en la que no había escuelas. Bhikkhu Bodhi lo explica en su introducción, diciendo que son textos de un periodo preescolástico y, aunque hayan sido preservados en pali como otros textos del theravada, es inexacto clasificarlos como textos theravada. El Dalai Lama ha hablado de los textos del “budismo fundamental”, de los fundamentos; también se usa en inglés mainstream, lo que se encuentra subyacente a todas las tradiciones, en su base. Un enfoque del budismo no sectario, ni theravada, ni mahayana, ni vajrayana, ni budismo occidental sino el propio Buda en sus palabras, y cada uno que lo interprete como quiera, pues ahí tenemos las fuentes.
»También me gustaría comentar las aportaciones de carácter filosófico que se pueden destacar. Se podría dar un curso entero sobre la filosofía del Buda, pero aquí solo quiero señalar unas pinceladas:
»En cuestiones de epistemología, de teoría del conocimiento, yo creo que es muy importante resaltar que en el pensamiento del Buda, mucho antes que en las teorías del conocimiento similares a las de Immanuel Kant, encontramos una especie de realismo crítico y constructivismo que aparecen mucho más tarde en Occidente. La idea de que nuestro conocimiento no es solamente recibir el objeto externo, sino que el objeto externo se construye con una serie de conceptos como papañca, proliferación conceptual, fabricaciones, diversificaciones de cómo la mente construye aquello que conoce, y ver esa intuición 2500 años antes de Cristo es novedoso.
»Otra cuestión desde el punto de vista epistemológico es un antidogmatismo que no conduce a un escepticismo. Sé que esto puede estar abierto a debate, pero el hecho de cuestionar y criticar todos los tipos de conocimiento y no concluir que no existe conocimiento me parece algo destacable. El Buda realiza una crítica de todos los tipos de conocimiento: el conocimiento sensible, el conocimiento crítico, el conocimiento ocupacional, el conocimiento racional y la suprarracionalidad e, incluso, el conocimiento místico. El Buda también es crítico con muchos conocimientos que se dan a través de la experiencia meditativa, y nos dice que tengamos cuidado y que no nos quedemos ahí, porque hay muchas descripciones de personas que creen que han llegado al Nirvana o liberación y no es donde han llegado. Esa crítica también me parece destacable. Después tenemos la metáfora de la balsa, que compara las enseñanzas budistas con una balsa que te ayuda a pasar al otro lado del río pero, después de pasarlo, te apegas a esa balsa y sigues cargando con ella. Es lo mismo que seguir cargando las enseñanzas budistas. Hay que desapegarse incluso de aquello que es cierto y verdadero y no ser dogmático.
»En cuanto a ontología, tenemos el gran concepto del paticca samuppada que hemos traducido como “originación en dependencia”, un concepto clave para todo budismo y que en los textos aparece como equivalente al Dharma: aquel que ve la originación en dependencia ve el Dharma y aquel que ve el Dharma ve la originación en dependencia. En otro punto también dice que: aquel que ve el Dharma ve al Buda y quien ve al Buda ve el Dharma. ¿Qué implica este concepto ontológicamente? Pues aquí lo que me gustaría señalar es que presupone una concepción no sustancialista de la realidad, una explicación del cambio, una explicación del proceso de renacimiento, del tránsito de una vida a otra, sin presuponer una sustancia permanente, un “yo” que es autosuficiente, que existe en sí mismo y por sí mismo. El tipo de “yo” que presupone este concepto es un “yo” dinámico fluido, relacional. Así, el concepto de interdependencia, que Raimundo Panikkar traducía como relatividad radical, es una intuición de la realidad que no encontramos en la filosofía occidental hasta el siglo xx, con Alfred Whitehead y su filosofía procesual o el concepto de receptividad de Xavier Zubiri.
»Y, por último, en el ámbito de la ética, me parecen clave su aportación a la historia del pensamiento filosófico: la relación entre la ética y el cultivo de la mente, el mindfulness, bhavana, en pali, que significa desarrollo, cultivo. La inseparabilidad que existe entre el mindfulness y un tipo de vida, una forma de vida saludable, una forma de vida beneficiosa y ética, en definitiva, y cómo el mindfulness no es algo para el control del estrés, relajación o dolor crónico, sino una herramienta para detectar estados mentales que no te llevan a buenas acciones, a buenas palabras o a buenos pensamientos. Esa conexión entre ética y meditación me parece una gran contribución del Buda y, también, lo que algunos autores, como Peter Harvey, llaman “gradualismo ético”, que es una concepción de la ética que evita tanto el absolutismo, que considera las cosas como absolutas, idénticas y obligatorias para todo el mundo independientemente de sus circunstancias o de su contexto, como el relativismo. El gradualismo es adecuar la ética a la idiosincrasia de cada persona. No todo el mundo está obligado a los mismos preceptos, no todo el mundo tiene que practicar con la misma intensidad. Cada uno hace lo que puede en la medida que puede y eso me parece de gran sabiduría.
»Este libro va a servir fundamentalmente para asentar la terminología y para poner al Buda en los departamentos de las universidades españolas, en las facultades de filosofía y de filología, donde la gente va a tener una colección de textos que podrán cotejar con el original pali y también todas las ideas fundamentales del Buda histórico. Así, desde el punto de vista de la historia de las religiones, es un texto fundamental, puesto que en español no existía una antología del Buda. Hay muchas traducciones del inglés, hay mucho maestro contemporáneo que habla sobre el budismo y sobre el Buda, pero, en el fondo, las fuentes son las fuentes, y es lo que yo creo que hace falta para asegurarse de que no te dan gato por liebre o se tergiversan las cosas. Es bueno que cada uno vea por sí mismo, por cierto, esto es una cosa muy budista: ver por uno mismo, ¿no?, pues ahí tiene usted los textos, las fuentes, y haga usted en consecuencia lo que le parezca.»
Excelente. Soy de Uruguay y estuve un tiempo en la Soka Gakkai. La gente de esta publicación tiene algún grupo aquí. Gracias.