Nirvana y brahmanirvāṇa ¿las dos caras de una misma moneda?
EFRAÍN VILLAMOR HERRERO
¿Qué es el nirvana? La RAE define el término nirvana (del sánscrito nirvāṇa, literalmente: «extinción») como vocablo característico a algunas religiones de la India, en las cuales se menciona este como el estado resultante de la liberación de los deseos, de la consciencia individual y de la reencarnación, que se alcanza mediante la meditación y la iluminación. A nivel narrativo mucho se ha especulado sobre lo que debe implicar el nirvana. No obstante, el buda Gautama nunca lo explicó (sus múltiples descripciones en los textos del canon, son adhesiones posteriores de sus seguidores). Para él, todo aquello que trascendía, lo hacía también a las palabras. No obstante, teóricamente, desde el punto de vista filosófico, se narra que el nirvana debe implicar la liberación total de los ciclos del renacimiento y, por lo tanto, de todo aquello que nos ata al sufrimiento emocional (dukkha), es decir, los tres venenos: el odio (Sánscr. dveṣa, Pāli: dosa), la delusión (Sánscr. moha,mogha, Pāli: moha) y el apego (Pāli: rāga). Estos «tres venenos» derivan de la antigua metáfora del buda Gautama sobre los «tres fuegos», mediante la que centró su discurso, haciendo uso referencial de la terminología clásica del fuego, propia del contexto védico, para resaltar la necesidad de erradicar «la combustión del fuego interno» (Sánscr. nirvāṇa) (Gombrich, 2013: 113). La firme convicción de que uno puede alcanzar la liberación por sí mismo, fue una de las muchas ideas religiosas que compartían las tradiciones ascéticas del noreste de la India. En esta región emergieron las religiones ascéticas (Sánscr. śramaṇa), antítesis de la ideología brahmánica, en las que se desarrollaron diferentes tecnologías meditativas y prácticas austeras con un mismo objetivo: alcanzar el nibbāna (nivvāṇa, para los jainistas). En las traducciones chinas de textos budistas el término fue unificado como nièpán 涅槃, aunque en sus adaptaciones más antiguas se puede encontrar la transliteración fonética de níhuán 泥洹.
Diferentes tipos de términos para referirse a tal liberación
La liberación final de los ciclos del renacimiento era y es vista como la fusión con la verdad absoluta. Desde antaño, los ascetas yóguicos de los bosques buscaban obtener la inmortalidad, desde antaño la principal preocupación de la práctica ascética de diversos grupos religiosos en la India. Su vanguardia filosófica se sustentaba en ideas que han pasado a influir enormemente en el pensamiento oriental, tales como el renacimiento, la ley universal del karma, así como la creencia firme en la posibilidad de liberarse. La emancipación final del renacimiento, referida como nirvāṇadurante siglos, tiene un objetivo común: trascender al sufrimiento para siempre. Algunos de los términos comunes para hacer referencia a la liberación final del renacimiento son: mutti (en sánscrito: mukti, también expresado como vimukti) o mokkha (también vimokkha) para referirse a mokṣa, el sanscritismo que se mantiene en el hinduismo contemporáneo. Según el criterio gnóstico de las Upaniṣads antiguas (los textos filosóficos más antiguos de la humanidad), aquél que era capaz de comprender de forma vivencial que su propia esencia como ser (ātman) no es otra cosa que la mismísima energía que sostiene el cosmos (Brahman), se decía que lograba alcanzar tal plenitud espiritual (tras haber realizado la Gnosis en vida) en el momento de fallecer, momento en el que su alma renacía en el cielo, regresando definitivamente a su lugar de origen. Así concluía para ellos la adhesión con la verdad en su sentido máximo, una idea antiquísima que pasará a instaurarse también en el budismo. En ciertos textos budistas de gran antigüedad se han encontrado trazas de la influencia del pensamiento brahmánico primitivo. En ellos se puede ver cómo se relacionó dicha experiencia mística (Pāli: parinibbāyati) con la noción upaniṣádica de fundirse con Brahman (Wynne, 2018: 104), la interpretación gnóstica de los pensadores brahmánicos, quienes buscaban trascender a este mundo por medio de la cognición de la realidad trascendental, mediante la Gnosis.
Según el contexto de la época, alcanzar la liberación definitiva y trascender al renacimiento, se consideraba un objetivo de compleja realización. Tanto, que se consideraba estrictamente necesario renunciar por completo a la vida seglar y dedicarse en cuerpo y alma a la ascesis para lograrlo. La meta original (y definitiva al mismo tiempo) de convertirse en un buda fue progresivamente interpretada como inalcanzable. La diversidad de creencias que se recogen en el canon pali denota la tendencia, principalmente de seguidores laicos, en practicar el budismo con el objetivo de renacer en el cielo, según la creencia gnóstica antes mencionada. No en vano, en la era del buda Gautama se encomiaba a los fieles laicos a guardar los cinco preceptos básicos (Pāli: pañcasīla) precisamente para promulgar que, mediante ello, lograrían el que fuera su objetivo y mayor esperanza: renacer en el cielo junto a sus antepasados. Las referencias en el contexto budista a renacer en el umbral de Brahmā (Pāli: brahmalokūpaga) (figura divinizada del principio cósmico conocido como Brahman), no son pocas.
[Aquellos que estaban] libres de putrefacción, [eran] compasivos
y habían superado las ataduras del deseo;
desprendidos de la pasión sensual, renacieron en el reino de Brahmā.
Nirāmagandhā karuṇedhimuttā, Kāmasaṁyojanātigā; Kāmarāgaṁ virājetvā,
Brahmalokūpagā ahuṁ (Dhammikasutta, Aṅguttara Nikāya 6.54)
En otros textos, como el Maghadevasutta (Majjhima Nikāya 83), se explica que aquellos que ponen en práctica los cuatro tipos de amor universal, conocidos como brahmavihāra, tras morir, renacen en el umbral del cielo, antes mencionado. Muchos brahmanes se convirtieron al budismo. Ellos fueron, principalmente, debido a sus recursos nemotécnicas y prodigiosas capacidades para memorizar, quienes hicieron perdurar en el tiempo, la tradición oral budista que recoge las enseñanzas del buda Gautama, y sus discípulos directos. La interpretación y adhesión de numerosas ideas del contexto brahmánico, por lo tanto, son una parte importante de la composición narrativa del canon, la cual debe ser asimismo considerada concienzudamente. La extensión del budismo por todo el subcontinente indio fue acrecentándose. Sin duda alguna el budismo fue una de las tradiciones religiosas más influyentes en la sociedad india, antes de nuestra era. Dada la gran repercusión histórica del budismo, (aunque probablemente también dado el parecido teórico que a estos se les atribuyó), diferentes conceptos fueron unificados también por los pensadores brahmánicos. A continuación, abordaremos el interés que suscitó el concepto del nirvana en una de las grandes obras literarias de la literatura sánscrita, la más extensa de ellas, la epopeya india conocida como: el Mahābhārata.
Asimilación del nirvana en el Bhagavadgītā
Creo que es bastante conocido, incluso fuera de los sectores académicos, y dada la gran revolución social que ha supuesto a nivel mundial la práctica del yoga (moderno), el hecho de que la Bhagavadgītā (sexto libro del Mahābhārata), sea considerado como uno de los textos sagrados más importantes del hinduismo, llegándoselo incluso a clasificar como su ‘Biblia’. Curiosamente en este texto se pueden encontrar diferentes alusiones al término brahmanirvāṇa, compuesto que utiliza la fusión de las diferentes ideas antes mencionadas, e interpreta el nirvāṇacomo la adhesión con Brahman (Bhagavadgītā 2.72, 5.24, 25,26 y 6.15). El autor de la Gītā se apropia de este famoso término, acuñado por la nombradía que había adquirido ya para entonces el budismo, reinterpretándolo como el principio absoluto del pensamiento upaniṣadico, al que, según fue explicado entonces, uno se fusiona al alcanzar tal nivel de trascendencia espiritual. En la Bhagavadgītā, Kṛṣṇa indica a Arjuna que el nirvana es el estado más excelso y pleno de paz (śāntiṃ nirvāṇaparamāṃ) con el que se fusionan (adhigacchati) los yogis (yogī) (Bhagavadgītā 6.15). Por otro lado, podemos encontrar otras referencias a tal estado, en otros apartados de esta extensa pieza de la literatura épica sánscrita, en los que nuevamente para ello se utiliza el término nirvana. Numerosas de estas alusiones se pueden ver en los capítulos duodécimo y décimo tercero. Por ejemplo, en el Mahābhārata 12.21.16 se expone que alcanzar el objetivo final del nirvana, es una tarea ciertamente compleja; además de que este implica la máxima felicidad (Mahābhārata 12.33.16). Otro pasaje equipara la puerta del cielo (svargadvāra) a la puerta de la liberación final de los ciclos del renacimiento (mokṣadvāra), unificando el concepto del nirvana con la adhesión post mortem a la realidad última, en el mundo de Brahman (brahmaloka), de aquellos que antes, han consolidado su liberación (Mahābhārata 13.17.140). En otro lugar, se resalta que los yoguis (yogino) alcanzan mediante la meditación (dhyāna) el Yoga, la unificación (saṃyukta) con el nirvana, el cual se dice es alcanzando (gacchanti) con gran felicidad (sukhena), sin ningún tipo de aflicción (nirāmaya) (sukhena) (Mahābhārata 12.188.22). La influencia del pensamiento ético de las tradiciones ascéticas es clara en las líneas del Mahābhārata3.32.24. En ellas se menciona que aquellos que hieren a otros seres vivos (paśu-jīvikā) (entre los que se entiende, se contabilizan también los animales), no alcanzan el nirvana. Otro apartado dice claramente que los yoguis y grandes videntes védicos alcanzan el nirvana mediante el conocimiento (gnóstico) (jñāna) y la meditación (dhyāna) (Mahābhārata 12.188.2). Se dice que, practicando de ese modo, el yogui consigue mantener una mente calmada, de manera que mediante la práctica yóguica alcanza la paz interior máxima, el nirvana (śāntiṃ nirvāṇa-paramām) (Mahābhārata 6.28.15). La idea parece clara. Los pensadores brahmánicos, adoptaron el concepto del nirvana para patentar su objetivo, el Yoga, la resolución de la dicotomía entre sujeto y objeto: la unción con el Todo. Por último, me gustaría reseñar que en otro aparatado se menciona el término (toya) para indicar que, refrescarse con tal agua sagrada, empleada en los rituales védicos, (śītalaṃ toyaṃ) cura la sed; lo cual parece ser una metáfora de probada antigüedad. Anteriormente, he publicado un artículo sobre el uso de algunos de los términos para el agua ritual (udaka y toya) de la tradición védica, y cómo el buda Gautama introdujo estos términos como metáforas para negar la cosmovisión védica. Aunque curiosamente, aquí, parece que los brahmanes, hicieron lo opuesto, apoderarse del concepto de nirvana, para sus intereses narrativo-religiosos (Mahābhārata 3.126.15). El último pasaje que aquí citaré expone claramente el proceso de asimilación del concepto de nirvana en el Mahābhārata. Éste enfatiza que mediante el ejercicio de la meditación y yoga (dhyānayogād) se obtiene la entereza que conduce a profundos logros espirituales y al objetivo definitivo, el más excelso de todos los estados espirituales: el nirvana (Mahābhārata3.247.43). Aquí podemos comprobar hasta qué punto debió ser influyente el concepto del nirvana entonces, y su mayor abanderado, el pensamiento budista. Los brahmanes se enfrentaron constantemente a este, aunque, en ocasiones puntuales como aquí hemos reseñado brevemente, utilizaron su popularidad para inspirar a su audiencia, los cuales no creemos que desconocieran que este término era característico, especialmente, al budismo.
Para concluir
La unificación de conceptos propició que estas ideas se fusionaran, convirtiéndose en un mismo sustrato filosófico desde el que diferentes tradiciones se nutrieron desde antaño en la India. Hasta alcanzar la meta, no podremos saber lo que implica, así que, quizás no estaban tan desencaminados, aquellos que buscaban unificarse con el Yoga. La tendencia a la unicidad y al pensamiento monista de las tradiciones filosóficas indias tiene un mismo objetivo, resolver nuestras necesidades espirituales, algo que supera la dualidad, sujeto/objeto, motivo por el que no puede ser comprendido de forma intelectual. De ahí el que se exhorte al silencio y a la meditación. Budistas, jainistas y meditadores hindúes (y si nos descuidamos, probablemente la gran mayoría de la población de Asia Oriental), asienten a este respecto, a que la respuesta reside en la quietud de la mente, en el silencio.
El budismo tuvo mucho que ver en la transmisión de estas ideas y principalmente de que la meta ascética de la liberación última, el nirvana, atravesara las fronteras físicas y mentales de diversas religiones y épocas. Los pensadores brahmánicos se sirvieron en el Mahābhārata del concepto del nirvana para promocionar su candidatura como la más excelsa figura religiosa, quienes reclamaban ser los (auténticos) conocedores de la Verdad. El buda Gautama varios siglos atrás, ya había discrepado claramente sobre que el estatus social de una persona pudiera determinar su capacidad para alcanzar la liberación. Parece que a los pensadores brahmánicos implicados en la composición del Mahābhārata, tampoco les interesó recordarlo.
La mente debe ejercitarse en la respiración (prāṇa), contemplando la fuerza vital (Brahman) que habita en ella. Ciertamente, el nirvana se alcanza desde el nirvana, aun no siendo algo que pueda ser percibido. Es el brahmán aquel que tiene la dicha de ver la esencia del cosmos (brahma) y por ello, fusionarse [con ella: la Verdad]. (Mahābhārata 12.182.16)
Bibliografía recomendada
Gombrich, R.F. (2013). What the Buddha thought. London: Equinox.
Villamor, E. (2022). Fábulas budistas: veinte jātakas. Gijón: Satori Ediciones.
Wynne, A. (2018). ‘Text-critical History is not Exegesis: A Response to Anālayo’. Journal of the Oxford Centre for Buddhist Studies 15, pp. 78–105.
Efraín Villamor Herrero (Bilbao, 1986), es licenciado en filología japonesa y japonología (2012-2016) por la Universidad Prefectural de Yamaguchi en Japón, doctor en lenguas asiáticas modernas por Universidad de Salamanca (2020-2022) y especialista en Asia oriental y estudios budistas. Su principal interés académico es la relación del budismo antiguo y la ideología védica, así como la influencia de la filosofía india, en el pensamiento japonés. En su tesis doctoral ha analizado diferentes relatos jātaka que se transmitieron durante el medievo japonés. Entre sus publicaciones recientes destaca Fábulas budistas: veinte jātakas. Gijón: Satori Ediciones (2020). Ha sido profesor invitado y docente en diferentes universidades japonesas y españolas. Así mismo, es miembro activo de la Asociación de Estudios Japoneses y del Grupo de Investigación Reconocido EURASIA Humanismo (España), así como de la Society for the Study of Pali and Buddhist Culture y Japanese Association of Indian and Buddhist Studies (Japón).