Kammaṭṭhāna: una curiosa reflexión martiana sobre la meditación budista theravāda
DOUGLAS CALVO GAÍNZA
En el artículo «El budismo en Cuba: antecedentes históricos, desarrollos actuales y desafíos futuros» (Calvo, 2024, p. 158) se recapitulan diversos intereses de José Martí (1853 -1895) en el budismo, expresados sea en su célebre crónica Un paseo por la tierra de los anamitas o en otras partes de su copiosa obra; y los cuales incluyen desde un supuesto descubrimiento budista de América, la influencia literaria de las historias jàtaka, el surgimiento de la filología del paḷi gracias a eruditos como Faussbøll y Rhys Davis o la doctrina del anātman en el Milindapañhā.
Resulta evidente un interés martiano que alcanza al detallismo y especialización académica, lo cual es confirmado con creces por un pasaje significativo y que recientemente ha venido al interés del presente investigador. Se trata de esta poco conocida reflexión martiana del Cuaderno de Apuntes No 9 (1882):
¡Cómo llama la atención del “Hammathana”! ¡Qué método tan cierto, tan racional, de dar con la verdad! fijar la atención sobre un objeto, de modo de investigar plenamente las partes que lo constituyen, el principio y el origen, la existencia y la destrucción final; la naturaleza de las partes que lo componen, -lo que hay en él de esencial y de accidental. (Martí, 2011, p. 260)
El primer punto a señalar es cuál deberá ser la transcripción correcta de este ápax legómena transmitido de modo inadecuado en las Obras Completas martianas como «hammathana». En realidad, el Apóstol hace referencia a una muy típica práctica meditativa budista, cuyo nombre en la antigua lengua canónica budista del pali sería kammaṭṭhāna(«terreno de trabajo» o «instrumento de meditación»), y el cual indica un medio empleado para lograr la absorción meditativa o jhāna en el budismo theravāda – aunque sus raíces son prebudistas -. Sobre este explica Bhikkhu Ṭhitañāṇa (2020), que es el término para los objetos de meditación usados en la meditación o bhāvanā conducente al estado final de nobleza o arhantado, y el cual ha sido utilizado por eminentes comentaristas budistas como Buddhaghosa en su Visuddhimagga, o Anuruddha Thera en su Abhidhammattha Saṅgaha, para designar «38 o 40 objetos de meditación y los métodos para practicarlos (…) implica tanto el objeto percibido como las imágenes representativas o impresión de estos, que son formuladas en la mente» (p. 8). O sea, kammaṭṭhāna alude a los objetos físicos empleados en la meditación para obtener el antedicho estado de jhāna.
Evidentemente a Martí lo cautivó acercarse a la racionalidad de este método budista que, empezando por la atención a un determinado objeto, prosigue hasta lo que el Héroe cubano resume como «investigar plenamente las partes que lo constituyen, el principio y el origen, la existencia y la destrucción final». En cuanto a «la naturaleza de las partes que lo componen, lo que hay en él de esencial y de accidental», también mencionadas por el Apóstol—antiguo profesor de Historia de la Filosofía en Guatemala entre 1877-1878, y que acá obviamente está releyendo la información oriental con lentes aristotélicos—, no será sino impermanencia, insatisfacción y carencia de alma autónoma, tres marcas de todo fenómeno psicofísico en el devenir del saṃsāra.
Evidentemente, el interés de Martí por el budismo fue todo menos cosa superficial o pasajera. Acá se le ve razonando sobre un aspecto sumamente técnico del aparato conceptual budista, y demostrando que ha intuido y saboreado con placer sus elementos constitutivos primordiales. Solo quedaría preguntarse cuál fuente pudo haber consultado el Apóstol para su reflexión. En las líneas inmediatamente precediendo él hace referencia (en italiano) a las Novelle delle Nascite o historias jàtaka, de las cuales ha efectuado diversas citaciones en la lengua itálica (ver p. 258-260 del referido escrito). Igualmente evoca a traductores de dichas leyendas: Viggo Faussbøll y Rhys Davis, cuya labor le resulta contemporánea. Asimismo, en el contexto previo a esta reflexión sobre kammaṭṭhāna, el Apóstol alude al Milindapañhā.
Se trata de un cuaderno de notas que va recogiendo sucesivamente las anotaciones espontáneas – obviamente no diseñadas para publicación – del líder independentista caribeño. Es evidente, por tanto, que el texto que ameritó el presente artículo fue escrito por Martí en medio de un período de fuerte impresión y reflexión en las leyendas sobre los diversos nacimientos del Buda, así como de interés científico en los eruditos del momento y sus logros. De modo que, sea cual haya sido la fuente exacta de su alusión a kammaṭṭhāna, debió enmarcarse en la producción teórica de aquellos primeros budólogos occidentales.
* Traducción al español. Texto original: 38 or 40 subjects of meditation and the methods of practicing them (…) implies both the object perceived and the representative images or impression of them, which are formulated in the mind…
Bibliografía:
Calvo, D. (2024). El budismo en Cuba: antecedentes históricos, desarrollos actuales y desafíos futuros. En J Vallverdú & D Millet (eds.) Estudios Budistas en América Latina y España (pp. 155-172). Universidad Rovira I Virgili & Fundación Dharma-Gaia.
Ṭhitañāṇa, B. (2020). Kasiṇa Meditation Manual. Eesti Theravaada Sangha.
Douglas Calvo Gaínza (La Habana, 1970). Investigador cubano, especialista en el fenómeno religioso, quien además ha realizado varios estudios sobre budismo en general y en Cuba en particular, presentados en diversas instancias académicas nacionales e internacionales. Desde el 2020 colabora con Buddhistdoor en Español, mediante artículos y propuestas audiovisuales.