El Dharma y la sustentabilidad ambiental: la sangha Mendjila Ecovilla en Brasil

 EDUARDO FCO. FREYRE ROACH

Este artículo forma parte de nuestra serie editorial «Proyectos ecológicos budistas»

Cantero mandala en Mendjila: Fuente: https://institutocaminhodomeio.org.br/en/o-instituto/

El Centro de Estudios Budistas Bodisatva Camino Medio (CEBB), fundado en 1986 en el municipio de Viamão, Estado de Río Grande del Sur (RGS) en Brasil, cuenta con sedes, filiales y centros de estudios en diversas regiones de Brasil, además de asentamientos concebidos para que sus habitantes lleven un estilo de vida sostenible en términos ecológicos, económicos y sociales.

Es el caso de la aldea Mendjila. Durante mi estancia como profesor invitado para impartir el curso titulado El Budismo y la Ciencia en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), en Florianópolis, tuve la oportunidad de participar en las actividades de esta peculiar sangha budista.

Alfredo Aveline (1949), quien es el gestor de los CEBB, ostenta gran renombre en la comunidad budista brasileña. Desde 1969 hasta 1994 fue profesor de Física Cuántica en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS). Siendo discípulo de Chagdud Tulku Rinpoché, fue ordenado en el linaje Nyingma del budismo tántrico o vajrayana tibetano en 1996 y adoptó el nombre de lama Padma Samten. 

El ecodharma de la Sangha Mendjila

Templo Mendjila: Fuente: Fuente: https://institutocaminhodomeio.org.br/en/o-instituto/

La inauguración del asentamiento Mendjila en la municipalidad de Canelinha, en el Estado de Santa Catarina (SC), data de 2010, gracias a la gestión fundamentalmente del lama Samten y de su discípula Alessandra Pizziagatti, quien actualmente es coordinadora y tutora de esta aldea. Es una comunidad budista que se ha tomado en serio la adecuación del Dharma budista al ecoactivismo que urge para revertir la crisis ambiental.

El comportamiento sostenible o insostenible respecto a la naturaleza y el medio ambiente tiene que ver bidireccionalmente con las proclividades mentales o «karmas primarios» (Samten, 2012). En tal sentido, los gestores de los CEBB remiten a la interpretación que ofrece el budismo yogachara, al proponer lo que se conoce como alayavijanana, almacén o archivo de conciencia de «impresiones kármicas» (samskaras o sanskaras). Significa, en esencia, que tal repositorio mental (latente o subconsciente) condiciona la percepción, la voluntad y, por lo tanto, la acción con respecto al medio ambiente, los recursos naturales y los seres vivos.

Samten también reitera en sus enseñanzas sobre espiritualidad, sociedad y sostenibilidad, la necesidad de interceptar el objetivismo, egocentrismo, y el hedonismo, y cultivar los cuatro inconmensurables o virtudes (brahmaviharas: metta, karuna, mudita y upekha) con relación a todos los seres y los ecosistemas.

Así, en la medida en que cotidianamente se toman en cuenta los procesos ecológicos, se trabaja en la salud mental y la espiritualidad. De ahí que se conciba la práctica de la meditación en contacto con los «cuatro elementos»: viento, sol, agua y tierra, en las actividades sea dentro o fuera del templo.

Por otro lado, el lama alinea el principio de origen dependiente (paticca-samuppada) con la creencia de los guaraníes, un pueblo indígena con gran presencia ancestral en Santa Catarina, que al asumir que «todo es de Dios» (de Tupa), sugiere la interconexión global y desautoriza la privatización de los recursos naturales.

El líder de los CEBB coloca el «ecodharma» budista en paralelo con el contenido del documento Los Límites del Crecimiento, elaborado en la década de los 60 por el Club de Roma, donde se destaca que la solución a la crisis ambiental va más allá del progreso tecnológico y contempla retomar las experiencias de las comunidades que han sabido vivir ancestralmente de forma colectiva y ambientalmente favorable.

Se dice que el ambientalismo de los CEBB comparte con autores que vienen trabajando en la perspectiva de la Ecología Profunda (Pozi, 2017). No sorprende que, dado el compromiso de la sangha con la salud integrativa, que contempla demandas de índole médica, pero también ambiental, Mendjila sea su nombre y el de su templo, cuya iconografía central o thangka representa al Buda Mendjila o Bhaiṣajyaguru, pintado del azul de la piedra preciosa Lapislázuli y sosteniendo hojas del árbol Myrobalan.

El mandala ambiental

En Mendjila, al igual que en las demás villas del CEBB, las personas se organizan en grupos para realizar actividades específicas cooperadas y coordinadas, los cuales se denominan mandalas. La formación de estos colectivos y la toma de decisiones no son ni represivas ni autoritarias. Cada mandala se especializa en determinados temas: salud, educación, arte, etc. Pero detengámonos en el Mandala Ambiental, volcado hacia la promoción de las relaciones saludables con la biosfera, los seres humanos, uno mismo y otros seres, en concordancia con lo estipulado en la enseñanza de los «cuatro karmas»: sanchita, prarabdha, agami y kriyamana, respectivamente las acciones meritorias, demeritorias, mixtas y neutras.

Olería de Mendjila: Fuente: https://institutocaminhodomeio.org.br/en/o-instituto/

Los integrantes del mandala ambiental vienen trabajando en varias áreas, siendo las sobresalientes aquellas que conciernen a la construcción de viviendas y la agricultura. ¡Veámoslo!

Mendjila abarca un territorio de diez hectáreas, ocho áreas rurales, 30 de residencia privada y un área de recuperación ambiental. Lo primero que salta a la vista cuando uno ingresa en el entorno es el templo y el lago de flores de loto, donde en uno de los costados de la orilla se encuentra una escultura de Bhaiṣajyaguru. Pero no menos prestigian a la comunidad las edificaciones de los moradores, que se compaginan muy bien con el entorno natural. El colorido predominante de la tierra y la vegetación lo confirman, lo cual tiene que ver con la precaución de no alterar drásticamente el medio ambiente.

Se busca simplicidad en el hábitat y en el modo de vida, comenzando con que los recintos están construidos totalmente con materiales de la localidad y con el esfuerzo voluntario de los integrantes del mandala ambiental, así como de otras sanghas vecinas. Los ladrillos son de adobe (masa de barro de arcilla y arena) sin quemar, elaborados por la sangha con materia prima abundante en la zona.

La obtención de madera para las casas proviene de la reforestación de eucalipto y las tejas son hechas de fibras ecológicas de color verde; la altura máxima de las casas es de 5,5 metros, y no pueden abarcar mas de 100 m2. Los pisos sí son confeccionados con cemento quemado.

Además, se estipula que las comunidades CEBB se construyan fosas sépticas, destinadas a reducir el impacto ecológico de las aguas albañales.  Mas bien son pozos de evapotranspiración que filtran los residuos domésticos a través de bacterias, y que funcionan como forma de fertilización y riego de las plantas (por el vapor limpio que sale de las chimeneas de las fosas).

Fosa séptica ecológica en Mendjila. Fuente: https://institutocaminhodomeio.org.br/en/o-instituto/

La agricultura sostenible

La agricultura en Mendjila es concebida con un enfoque agroecológico, en aras de la conservación, la biodiversidad y la resiliencia del ecosistema, así como la autosuficiencia en materia de consumo de vegetales orgánicos y la provisión de otros recursos indispensables.

En el marco de este compromiso ecológico y espiritual, y en sintonía con el ecosistema selvático de Canelinha, los miembros de la sangha vienen realizando labores de Agricultura Sintrópica, tales como la poda selectiva de árboles, reforestando el entorno para el uso de los troncos y ramas, ya sea en la construcción y amueblamiento de las viviendas, o como abonos fermentados mediante la técnica de bocashi.

El paisaje agrícola de la aldea exhibe la implementación de procedimientos con enfoque agroecológico como la producción y uso de compost, y la siembra en huertos de rotación y asociaciones de policultivos, adaptados a las condiciones edáficas y climáticas de la zona, y a la cultura de alimentos vegetales de la sangha.

Llama la atención la construcción de canteros o bancales en círculo o espiral, inspirados en la estructura de mandalas, los cuales permiten que se aproveche de forma óptima el agua, el espacio, el viento y la luz solar, se logre una producción más concentrada y facilite las labores de cultivo. Se plantea que este diseño de huerto previene las plagas, dado que los insectos tienden a moverse de forma lineal.

A esto sumémosle el significado cosmológico, esotérico y soteriológico que tiene la geometría del mandala en el budismo tibetano, pero también en la cultura guaraní. En el contexto de Mendjila, el mandala es un símbolo que representa iconográficamente la interrelación armónica entre los integrantes de la sangha, el ecosistema natural y el Dharma.

Finalizando 

Pues bien, es inspirador constatar que la sangha Mendjila materializa la devoción y el compromiso del practicante del Dharma respecto al cuidado del medio ambiente. Y, en tal sentido, tanto desde el punto de vista doctrinal como práctico, es una comunidad que, en su gestión del medio ambiente, tributa al movimiento ecologista global y al desarrollo sostenible en todas sus aristas.

Resulta atinado pensar que la crisis ambiental es consecuencia de una espiritualidad egocéntrica, hedonista, codiciosa y consumista. En tal sentido, el ecoactivismo de Mendjila contempla que la solución a la crisis ambiental comienza con el compromiso moral y el esfuerzo espiritual de cada uno.

De ahí que el maestro zen Wu Bong acierta al sentenciar: «el problema no es la contaminación del ambiente, sino de la mente». Al final de la jornada, ¿no es a este nivel que «condicionadamente» dukkha surge y cesa?

Es sabido lo importante que es en el budismo las actividades rituales y meditativas en el entorno natural y, sobre todo forestal. La sangha Mendjila reedita lo que al respecto informan las escrituras del budismo en abundantes leyendas (jatacas) y alegorías.

Por eso, cabe pensar que el ecosistema donde se encuentra la sangha Mendjila – digamos tambien ecovilla, aunque no oficialmente declarada como tal- , al ser resultado de esa conexión cotidiana entre la naturaleza y la espiritualidad, ha devenido en un templo o recinto cuasi sagrado, como lo es el emblemático árbol de bodi donde Gautama, según se informa, devino en El Buda.  

Referencias

Lama Padma Samten. O que é o CEBB? Como surgiu e qual o propósito do Centro de Estudos Budistas Bodisatva?.https://cebb.org.br/texto-historico-do-lama-samten-sobre-o-surgimento-do-cebb/

____________ Budismo e vida sustentable. Revista Bodisatva, Viamão, n. 25, p. 14-21, 2012.

Aldeia Cebb Mendjila. https://icmcanelinha.wordpress.com/sobre-a-aldeia-cebb-mendjila/

Loy, R. David. Ecodharma. Enseñanzas Budistas para la Crisis Ecológica. Editoriales La LLave, Barcelona, 2021.

Pozzi, Z.V. Budismo Mahayana e Ecologia Profunda: uma reflexão sobre a relação homem e meio ambiente.  Centro Universitário de Brasília, Instituto CEUB de Pesquisa e Desenvolvimento – ICPD.  Brasília 2017.

EDUARDO FCO. FREYRE R OACH

Es doctor en Ciencias Filosóficas (1987) y licenciado en Ciencias Filosóficas (1983) por la Universidad Estatal de Moscú. Eduardo ha sido profesor en la Universidad Agraria de la Habana y actualmente enseña budismo en la Maestría de Estudios Sociológicos y Filosóficos de la Religión de la Universidad de La Habana y en el Centro de Estudios Psicológicos y Sociológicos de La Habana. Ha tenido la oportunidad de dictar cursos en universidades de Brasil, México, Ecuador y Bolivia. Asimismo, es becario postdoctoral del Grupo PAIDEIA FE de la UNICAMP. Además, posee un diploma de maestría en estudios budistas otorgado por el Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Hong Kong. Sus investigaciones se centran en diversas áreas de interés, incluyendo el budismo y Wittgenstein. Recientemente ejerció como profesor visitante en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), en Florianópolis, estado de Santa Catarina, Brasil, donde imparte la disciplina El Budismo y la Ciencia.