Carving the Divine: la vocación budista japonesa del tallado de madera

Raymond Lam, traducido por Marlene Taja

Este artículo forma parte de nuestra nueva edición especial: «El budismo y el cine».

Durante más de un milenio, desde los gloriosos días del budismo de Kioto y Nara, a pesar de su descenso de popularidad, una llamada espiritual única ha perdurado en Japón: la disciplina del busshi, talladores de estatuas que representan budas y bodhisattvas. A través de su película Carving the Divine (Tallando lo divino), Yujiro Seki, cineasta japonés afincado en Los Angeles, proporciona una ventana a las vidas de los busshi del Japón contemporáneo, la mayoría de ellos jóvenes entregados completamente a este arte.  Este documental, tal vez el primero que se centra exhaustivamente en los escultores budistas japoneses, retrata a un pequeño grupo de aprendices que siguen las enseñanzas del gran maestro Kourin Saito.

«Es un gran honor presentar al mundo está película, que representa quizá la más importante, o una de las más importantes, artes espirituales de Japón, y a los artistas que tallan en madera estas divinidades», dice Yujiro, licenciado en Cinematografía de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos. «De hecho, este proyecto se ha convertido, en cierto modo, en “divino” para mí; ha dado un gran sentido a mi vida. He entregado mi corazón y mi alma a este proyecto, pero sin buscar la gloria personal. En esta película veo algo más grande que mi persona. Sé que mi cuerpo físico decaerá algún día y se desvanecerá, pero como artista aspiro a dejar un legado con mi trabajo, que no sea temporal, sino eterno. Y Carving the Divine me ha brindado esa oportunidad.»

Tallar madera no es una actividad trivial. Los clientes (que pueden ser rectores de los templos, maestros budistas, directores de organizaciones budistas caritativas o incluso donantes laicos) esperan la mayor calidad de las artesanías, y puede suponer un gran desprestigio para un busshi producir un producto de baja calidad. Para el cliente, la estatua no es una simple obra maestra estética, sino un canal o repositorio de los bodhisattvas.

Yujiro Seki. Imagen cortesía de Yujiro Seki

Los aprendices trabajan en una atmósfera parecida a una fraternidad militar. Uno de los artistas explica lo siguiente: «Como profesión, ser un busshi trae consigo más pena que dicha». Existe poca tolerancia o compasión para los aprendices que no se acostumbran al funcionamiento de un centro busshi. «No te enseñaremos con paciencia. Te reprenderemos si haces algo mal», advierte. Y no faltan las reprimendas, la relación entre el maestro y el estudiante no se establece en términos de igualdad. Aparte del trabajo torpe, también se consideran infracciones menores olvidar el kit de herramientas completo, dejar una habitación desordenada o no atender las órdenes de manera respetuosa e inmediata, todo esto puede conllevar fuertes reprimendas. El japonés puede no tener el mismo rango de insultos que el inglés o el español; sin embargo, para los oídos japoneses, la manera en que regañan a los estudiantes que se equivocan puede ser considerada como una muestra de insultos profanos.

Yujiro coincide en que su trabajo debe ser tomado con seriedad. Comenta: «Antes que nada, la vida de un aprendiz es difícil. El maestro exige obediencia y absoluta dedicación. No es una escuela con un currículo. El aprendiz debe “robar” mediante la observación, de forma rápida y sigilosa, las técnicas del maestro y de los estudiantes avanzados. Esta es una vida de trabajo monótono que nunca termina. Los aprendices deben despertarse muy temprano cada mañana, preparar el desayuno, lavar, trabajar para los maestros por la mañana, preparar y tomar el almuerzo y trabajar nuevamente por la tarde para los maestros. Por la noche deben continuar trabajando en sus propios proyectos. Esta es la rutina que repiten diariamente durante muchos años».

Estudiantes en el trabajo en el gremio. Imagen de carvingthedivine.com

El sonido del martilleo en la escuela busshi podría parecerse al de un gremio de la era del Renacimiento, Yujiro explica: «Es un mundo de supervivencia del más apto. Si quieres aprender a realizar tareas más importantes, debes lograr superar a tus colegas. Cuanto mejor sea tu habilidad, más trabajos importantes te asignarán. Si no mejoras, seguirás realizando las mismas tareas domésticas, o incluso tareas menos importantes, si tus colegas te superan en habilidad. Es un mundo difícil. Solo aquellos con dedicación, entrega y velocidad pueden avanzar». Además, no existe nada dentro de la «industria» busshi para ayudar a los estudiantes a encontrar empleos o encargos. Tradicionalmente, estas técnicas solo se transmiten de mentor a aprendiz. Hasta donde Yujiro ha podido ver, las diferentes escuelas no se mezclan mucho y no comparten abiertamente su conocimiento de las técnicas.

La relación más importante que un busshi debe mantener, como sucede en las artes marciales, es con su maestro. Yujiro ha notado que un maestro siempre otorgará una parte de sus encargos a sus antiguos aprendices, lo cual puede ayudarlos bastante durante sus primeros años como artistas independientes. En realidad, el aprendizaje de entre tres y cinco años no basta para que la mayoría de los aprendices se vuelvan independientes: «Yo diría que puede llevar al menos diez años obtener el nivel y una formación sólida como busshi. El apoyo de su maestro, así como de otros miembros de su escuela es crucial».

Tallando un Kannon bosatsu. De carvingthedivine.com

Realizar un documental es siempre un reto. Para Yujiro rodar y montar supuso esfuerzo, tiempo, dinero y suerte: «Reunir todo en conjunto casi sin ayuda fue todo un reto, especialmente rodar y organizar el contenido increíblemente vasto y variado. Fue importante para mí evitar tergiversar o generalizar en exceso la profundidad y las sutilezas de la comunidad busshi. Existen muchos documentales que simplifican demasiado temas complicados. Y no quería caer en eso».        

Otro reto para Yujiro fue encontrar una historia que compartir basada en el estilo de vida bastante mundano de los busshi. A pesar de su alto valor, el acto del tallado de madera es en realidad un trabajo tedioso y repetitivo. «No quería que la película se convirtiera en un tutorial de “cómo esculpir”. Contar una historia multidimensional de las esculturas budistas japonesas fue bastante complicado, pero después de un año de montaje intensivo y del trabajo de nuestro equipo de postproducción nos sentimos satisfechos con lo que hemos conseguido.»

Yujiro señala que los comentarios que ha recibido sobre la película, que aún no se ha estrenado oficialmente, han sido positivos. “Un pintor me dijo que él se había sentido identificado con los aprendices y había recordado cómo fue el aprendizaje de su oficio en la escuela de arte. Por otro lado, un monje coincidió con un mensaje en la película: un mayor reconocimiento internacional del budismo japonés traerá consigo un reconocimiento renovado en el propio país. Además, un padre elogió la disciplina y ética laboral de los talladores de madera, y espera que sus hijos demuestren las mismas cualidades. Y un empresario retirado y escultor de piedra aficionado me dijo que él estaba maravillado con el proceso del arte y que realmente soñó con tallar madera esa misma noche. Como cineasta, estoy realmente conmovido al escuchar estás distintas opiniones».

Kourin Saito examina y evalúa la artesanía de uno de los alumnos de sus alumnos. De carvingthedivine.com

Actualmente Yujiro invierte la mayor parte de su tiempo en lidiar con la bestia de las redes sociales, algo que nunca había hecho con tanta dedicación hasta terminar Carving the Divine. También se enfrenta a la situación poco envidiable de tener que promocionar la película al público y al mismo tiempo enviarla a festivales de cine, que requieren que las entradas no se distribuyan previamente. Al igual que la devoción de los busshi por su arte, esta película es ahora lo más importante para Yujiro: «Realmente estoy viviendo el momento y no puedo pensar en otros proyectos ahora. Me llevó mucho tiempo encontrar un objetivo en mi vida. Estaba perdido, confundido y sin esperanza. Ahora, estoy centrado en una idea, no solo la promoción de Carving the Divine sino de toda la cultura busshi y butsuzo».

«Moriré algún día. Eso es inevitable. Pero cuando eso suceda, mi mayor alegría será saber que mi trabajo me sobrevive, y podrá ser apreciado por las siguientes generaciones. Esto es actualmente mi mayor anhelo. Si muero ahora, mi arte también morirá. No puedo dejar que eso suceda. Solo pienso en Carving the Divine, nada más».

Ver mas en:

Carving the Divine 
Carving the Divine trailer (YouTube)
Carving the Divine (Instagram)
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Carving the Divine (Twitter)
Carving the Divine TV (YouTube)
Butsuzotion

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