Budismo, cine e internet: combinaciones hábiles para transmitir el dharma
BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL
Este artículo forma parte de nuestra edición especial «El budismo y el cine».
En este artículo examinamos concisamente la presencia del cine budista en internet y las redes sociales. Visitamos páginas web que pueden ayudarnos a transitar el fascinante, pero poco explorado campo de interés que es el cine budista. La lista de sitios que apuntamos no pretende ser exhaustiva, sino una invitación a navegar por este ámbito de contenido budista, que cuenta historias que pueden ayudarnos a despertar.
Buddhist Film Foundation
Desde que en el año 2000 la prestigiosa Fundación Budista de Cine (Buddhist Film Foundation, BFF, por sus siglas en inglés) estableció como una de sus principales misiones la promoción del Festival Internacional de Cine Budista y, a partir del año 2003, empezó a llevar a cabo eventos en distintas ciudades del globo, han surgido también otros festivales dedicados a este tipo de cine en todo el mundo.
BFF es una organización educativa sin ánimo de lucro con sede en Oakland, California (Estados Unidos), creada por un grupo de cineastas, activistas y estudiosos del budismo en asociación con varias instituciones cinematográficas internacionales, cuya misión es «emplear la potencia de las imágenes en movimiento para fomentar el conocimiento y la apreciación de los principios budistas fundamentales: la práctica de la compasión y el respeto por la impermanencia y la red interdependiente de conectividad de nuestro mundo».
Gaetano Kazuo Maida, uno de los fundadores y actual director ejecutivo de BFF, nos explicó en una entrevista concedida recientemente a Buddhistdoor en Español que las restricciones de la pandemia han tenido un aspecto positivo: la aceleración del desarrollo del Canal de Cine Budista (Buddhist Film Channel-BFC), una plataforma de contenidos en streaming surgida de la necesidad de crear un archivo de las películas que promocionan los festivales patrocinados por BFF, debida en parte a la obsolescencia del DVD, pero también a la revolución que ha supuesto la irrupción del acceso a internet de banda ancha, lo que ha propiciado el enorme éxito de distribuidores como Netflix, Amazon Prime, HBO y Disney, entre muchos otros.
En estos momentos, la plataforma solo cuenta con una página de bienvenida, desde la que se invita a los espectadores a suscribirse para recibir actualizaciones y recaudar fondos que permitan convertir el BFC en una plataforma de streaming internacional sostenible. Una iniciativa que, aunque sea una filial de la Fundación de Cine Budista, sí tendrá ánimo de lucro, pese a que, como reconoce el propio Gaetano Kazuo Maida «no va a ser el próximo YouTube, ¡eso seguro!».
Festivales de cine budista
Thus Have I Seen Buddhist Film Festival (THISBFF) es el único evento bienal de cine budista en Singapur. Creado en 2009 por Dharma In Action Limited (DIA), está liderado por voluntarios y depende de las donaciones para su subsistencia. THISBFF presenta documentales y películas que exploran la inmensa diversidad cultural, social y espiritual del budismo. Su última edición, que fue semipresencial, tuvo lugar durante el Festival de Cine Budista de Singapur en 2021.
El Festival de Cine Budista de Europa (Buddhist Film Festival Europe, BFFE) es una fundación independiente sin ánimo de lucro, y una plataforma internacional para películas y documentales, largometrajes y trabajos experimentales inspirados o influidos por el budismo. Su objetivo es presentar este material a un público amplio y poner su archivo a disposición de maestros budistas como recurso educativo y de investigación. Debido a la crisis generada por COVID-19, se cancelaron las ediciones de 2020 y 2021 de este festival. En la actualidad, se está trabajando en un calendario para 2022.
Buddhist Arts and Film Festival (BAFF). Fundado por las cinéfilas Laura Weiss y Sarah Poppitz, el BAFF se celebró por primera vez en 2018 y en la actualidad se está trabajando en un calendario con vistas a junio de 2022.
El One World One Flower International Buddhist Film Festival (OIBFF) nació como el primer festival de cine budista continuado en el este de Asia en 2021. Lo organiza la Escuela de Graduados de Imagen y Contenidos Digitales de la Universidad de Dongguk de Corea y cuenta con el apoyo de la orden Jogye de budismo coreano. En 2022, y por primera vez, ha lanzado una convocatoria para la presentación de cortometrajes.s
El The Buddha International Film Festival (TBFFF) se celebra en la India y su principal objetivo es brindar a cineastas la oportunidad de mostrar su trabajo y atraer la atención del público, así como generar una plataforma profesional y ofrecer la mejor selección cinematográfica.
Productoras y archivos de cine budista
The Meridian Trust, a la que Buddhistdoor en Español dedicó recientemente un artículo, es una organización benéfica de Reino Unido que posee el archivo cinematográfico budista más extenso del mundo, con miles de películas y documentales del patrimonio espiritual y cultural del Tíbet. Este archivo, creado en 1981 por un grupo de budistas occidentales liderados por Geoff Jukes, se inspira en una idea del dalái lama, patrón fundador de la entidad, consistente en grabar a maestros budistas ancianos para asegurar la conservación de su sabiduría antes de su fallecimiento. Así, podríamos decir que The Meridian Trust es una especie de evolución de la transmisión oral de las enseñanzas de maestro a discípulo, ya que, desde hace cuarenta años, se dedica a filmar a los maestros más destacados para que su conocimiento no se pierda y beneficiar de este modo a las generaciones actuales y futuras. En breve, The Meridian Trust permitirá acceder de forma gratuita a todo el contenido digitalizado de las 89 colecciones de su archivo: más de 2.000 horas de grabaciones en torno al budismo y la cultura que lo rodea, recogidas en el proyecto titulado Bringing the Archive Home.
Frame of Mind Films, fundada por Rosemary Rawcliffe, productora ejecutiva galardonada con un premio Emmy, y Pierre Schwob, Fundador/CEO de Classical Archives LLC, es una productora cuyo objetivo es rodar «historias que encarnen e inspiren la generosidad de espíritu; nacidas de nuestro amor fundamental por desarrollar y fomentar el potencial de la humanidad para el bien». Entre sus principales títulos se encuentran Women of Tibet: A Quiet Revolution, The Great 14th: Tenzin Gyatso y The 14th Dalai Lama In His Own Words.
Budismo en el Cine
En el mundo hispanohablante no disponemos de un canal de cine budista, pero sí existen iniciativas como la comunidad Budismo en el Cine (con presencia en Facebook e Instagram como @BudismoenelCine) creada por Francisco Javier Jurado Torres. Javier es licenciado en Bellas Artes y experto universitario en coaching, y se autodefine como un «cinéfilo patológico, estudiante y practicante de varias escuelas del budismo japonés».
BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL: ¿Qué te motivó a crear Budismo en el Cine en Facebook?
JAVIER JURADO: Desde bien joven me ha apasionado el cine, por ejemplo, en la universidad participé en un club amateur, e incluso recuerdo que en la facultad de Bellas Artes a los profesores les gustaba ilustrar sus clases con determinadas joyas del séptimo arte. Tengo en mente a un jovencísimo Ewan McGregor con un pincel escribiendo sobre la piel desnuda de la bella Vivian Wu en The Pillow Book (1996), una interpretación libre del clásico japonés Makura no Sōshi (El libro de la almohada de Sei Shōnagon). No es de extrañar, ya que su director, Peter Greenaway, se formó en artes plásticas (en concreto en pintura).
Como decía, nada es aleatorio. Mi práctica budista atrajo otras situaciones y con ellas a otras personas. Estas suelen ser determinantes a la hora de tomar ciertos caminos. Budismo en el Cine nace de una petición particular de un amigo, de su interés por conocer el budismo como occidental. Me brindó la oportunidad de compartir experiencias propias del pensamiento budista por el método más rápido y acorde con nuestras capacidades de aprendizaje, si se me permite. Ese es el potencial real del cine, del buen cine. Experimentar las vivencias de otros, sin ser actor (aunque realmente seamos actores dentro de la sala, pero esto es otra película).
BDE: ¿Cuál es el objetivo de la comunidad?
JJ: Como en toda comunidad, su función primordial es compartir, regalar a seguidores y no seguidores (simples transeúntes) un momento o quizás un instante fugaz de reflexión fuera de los circuitos masificados de la industria cinematográfica de corte prêt-à-porter, que nos obligan a consumir un producto enlatado, caro y no demasiado sano. Existen otras maneras de narrar, otras formas de transmitir que dentro de cada uno de nosotros habitan bellísimas semillas, y huir del pesimismo que nos acompaña en las últimas fechas.
Europa vive hoy, como ya pasó en Oriente en el siglo xix, pero a la inversa, un idilio con el pensamiento y la filosofía venidas del este, en especial con el budismo, gracias a todo lo positivo de la globalización y los medios de difusión. ¿Quién habría podido pensar hace un tiempo que en un pequeño pueblo de la Galicia rural (España) existiría una universidad tibetana, o que una humilde sala de provincias en La Mancha (también en España) proyectaría un filme casi artesanal grabado en Bután?
BDE: ¿Cómo definirías el perfil de tus seguidores en cuanto a género, creencias e intereses?
JJ: Muy ecléctico y variopinto. La mayoría profesa el budismo, con presencia de casi todas las escuelas existentes, incluso de las más reacias a compartir o relacionarse con otras sectas hermanas. En cuanto a edad, mi comunidad es muy dispar, aunque destaca una mayoría de personas entre 30 y 40 años, lo que resulta comprensible, ya que es un periodo vital crítico en lo relativo a madurez existencial. Recordemos que el Buda tenía 35 años cuando alcanzó la iluminación. En cuanto a género, está muy igualado; pero, como en muchos otros campos, ganan las mujeres.
BDE: ¿Consideras que hay un cine budista? ¿Cómo lo definirías?
JJ: Bueno, esto no depende de una opinión personal, y son los especialistas los que suelen coincidir en esa nueva clasificación a la que antes aludíamos. Creo que a partir de la década de 1980 (y desde finales de la de 1970) se fueron añadiendo pequeñas píldoras o mensajes subliminales de innegable influencia budista en la gran pantalla. Ejemplo de ello son películas o series televisivas como: Kung Fu, Star Wars, Karate Kid, El chico de oro o Golpe en la pequeña China. Estos mensajes, más estéticos que reales, incluidos en títulos siempre estadounidenses, estaban muy influidos por la población china y japonesa migrada a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, y tuvieron su culminación con el estreno de Matrix (1999).
Así, podríamos hablar de una evolución natural (permíteme la metáfora semántica) desde el «budismo en el cine» hasta el «cine budista», lugar en el que nos encontramos en la actualidad, donde la producción cinematográfica ya no esconde su filiación y no tiene miedo a exhibir sus colores, y se buscan y establecen canales de difusión masiva, reductos de resistencia cultural frente al modelo hegemónico impuesto desde Occidente. Puedo citar de memoria unos cuantos festivales: International Buddhist Film Festival, THIS Buddhist Film Festival, The First One World One Flower International Buddhist Film Festival (OIBFF), Buddhist Film Festival Europe (BFFE)… Y también canales televisivos dedicados a la difusión de nuestra temática en todos los formatos (largometrajes, cortos, animación, documentales y otros géneros periodísticos) con 24 horas de programación: Buddhist Channel (The Buddhist Media Network), Buddhist Film Channel (BFC).
Desde el inicio de su andadura, allá por julio de 2017, en este sencillo proyecto en Facebook se habrán promocionado (sin ánimo de lucro) más de 80 obras entre largometrajes, cortos y documentales, que vienen a ser un pequeñísimo corolario de lo que realmente se ha producido, pero que inciden en la peculiaridad del género.
Si me preguntas por qué me decidí por este nombre, Budismo en el Cine, después de todo lo explicado, te diré que mi intención es dar espacio a todo tipo de filmes y demostrar que los principios y valores budistas forman parte inextricable de la cultura visual mundial. Llegados a este punto solo puedo decir una cosa: sed bienvenidos.