Apsaras volando por Chile: una artista chilena y una colección de arte chino

MARÍA ELVIRA RÍOS

Figura 1, Apsara de las nubes, pintura de Isabel Vega, Fotografía M. Elvira Ríos. Figura 2, Jarrón con apsara, Beijjng, China, ca. 1953. Marfil tallado y policromado. Madera tallada. 17,8 x 7,8 cm. Colección Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA). Facultad de Artes, Universidad de Chile.

En marzo de este año, 2024, en uno de los salones del Museo Palacio Vergara en la ciudad de Viña del Mar en Chile, se inauguró la exposición «Cuevas de Mogao, Patrimonio de la Humanidad en China», de la artista chilena Isabel Vega Juliet. Paralelamente, el Museo de Arte Popular Americano (MAPA) de la Universidad de Chile, iniciaba su investigación, a cargo de Paula Cabrera, sobre una selección de piezas de la colección china del museo. En ambos espacios, diferentes miradas se detenían en figuras que volaban entre pinturas y vasijas de marfil: todas ellas eran apsaras de las grutas de Mogao en Dunhuang, uno de los lugares más fascinantes del arte budista a nivel internacional y del cual es poco lo que se sabe en la sociedad chilena.

¿Qué son las apsaras, por qué Isabel las pinta y qué hacen vasijas de marfil con apsaras en un museo de arte popular americano en Chile?

Las apsaras (tiannü 天女o feitian 飞天 en chino), según las define el diccionario budista de Princeton se refiere a «ninfa celestial»: «divinidades femeninas que moran en el cielo, pero tienen la capacidad de visitar la tierra a voluntad y ocupan así un estado liminal entre los mundos celestial y terrenal; con el tiempo se incorporan a la cosmología budista como uno de los distintos tipos de seres no humanos que habitan en el reino sensorial (kāmadhātu). Según la mitología india, están casadas con los «músicos celestiales» (gandharva). Las apsaras ocupan una posición ambivalente en la cosmología budista, ya que a veces se las representa como las seductoras libertinas de los ascetas budistas, y otras como la recompensa celestial de llevar una vida espiritual. En el arte budista, las apsaras suelen representarse como seres aéreos que revolotean sobre deidades o santos budistas» (Buswell y Lopez, The Princeton Buddhist Dictionary, 2013).

Isabel nos relata que su primer encuentro con apsaras y el arte de las grutas de Mogao se produjo durante una visita que realizó al Museo Getty en Los Angeles, California. Ese día se encontró con una instalación de réplicas de las grutas de Mogao en el patio del museo, lo que la impresionó al grado de decidir explorar sobre estas pinturas y llevar este arte a su propia obra. Esta decisión se tradujo en 11 pinturas que corresponden a una selección de imágenes variadas, de distintas figuras y episodios de los murales de Mogao en Dunhuang. Su intención era mostrar este magnífico arte, del que prácticamente se desconoce en Chile. Sus pinturas, todas ellas con un estilo personal, pero que simulan muy bien a la pintura original, llamaron la atención a la delegación cultural de la embajada de China, como también a quienes dirigen el Centro de Institutos Confucio de América Latina (CRICAL) en Chile, lo que dio como resultado una primera exposición en la sede de CRICAL (noviembre de 2023) y luego en uno de los espacios artísticos más importantes de la ciudad de Viña del Mar, el Palacio Vergara, en marzo de 2024.

Tanto la figura 1 como la 3 corresponden a una de las apsaras de la cúpula de la gruta 285, una de las grutas del s. VI y con los murales más tempranos, correspondiente al periodo de la dinastía Wei del oeste. Una de las características más llamativas de esta gruta es el decorado de las diversas figuras mitológicas y religiosas indias y chinas que decoran el cielo, en el cual, la diversidad de estilos artísticos apunta a un periodo de transición, donde destaca la influencia del arte del Asia Central con la estética china que se irá imponiendo a lo largo de la historia pictográfica en las cuevas de Mogao. La figura 1 es un buen ejemplo de apsaras donde se combinan características de las zonas del oeste y centro de Asia como cuerpos fuertes, narices rectas o torsos desnudos, con las cintas de seda y faldas largas, que van indicando la influencia de la China central. Todo esto con el toque artístico de Isabel Vega, quien acentúa el carácter abstracto de la figura, casi como una pintura modernista. La figura 3, en cambio, está mucho más cerca a lo que serán las apsaras femeninas sinizadas, donde prevalecen más colores, decorados, tocados y posiciones corporales flexibles, llenas de gracia y elegancia.

Figura 2, Apsara o ser celestial, pintura de Isabel Vega, imagen cortesía Isabel V.

Lo que más levantó la curiosidad e interés a Isabel fue la similitud que ella encontró entre los símbolos de las figuras budistas y la simbología cristiana, como aureolas, imágenes de ángeles, otras de demonios, o la manera en que se representaba al Buda con dos figuras/discípulos a los lados, muy similar a las representaciones de Jesús con sus discípulos: «Me pregunté en qué momento es que se produce esta conexión y ahí  fue que, leyendo e investigando, me di cuenta del enorme intercambio cultural de la Ruta de la Seda y su fusión cultural», agrega Isabel.

Si bien las apsaras y su arte tienen su origen en textos védicos indios, cuando comienza la difusión del arte budista hacia el este, el arte de las apsaras recibió la influencia del ángel alado de estilo griego, combinado con la recreación de la imagen de las apsaras de varios estilos de las regiones occidentales (Zhao, An Analysis On The Sincization of Apsaras Art In Dunhuang Mogao Grottoes, 2019). El arte de las apsaras en las grutas de Mogao es diverso y, como señala Isabel, los estilos van variando según los períodos dinásticos chinos que dominaban en las diversas épocas históricas. El que más destaca es el estilo de la dinastía Tang, cuyas apsaras son también las que se representan en las vasijas de marfil de la colección del MAPA.

Esta colección de arte chino tiene sus orígenes en la década de los cincuenta, después de que Pablo Neruda realizara el Congreso Internacional de la Cultura en 1953, actividad que reunía, entre otras cosas, una exposición de arte chino. Esta se llevó a cabo en el MAPA, cuyo director, Tomás Lago, sería quien recibiría todas las piezas expuestas como donación para el museo. Así, se forma una primera colección de arte chino, que después fue sumando otras donaciones, logrando obtener más de 500 piezas (Quijada, “Sin romper el hilo de la historia. Aproximaciones críticas en torno a la colección china del Museo de Arte Popular Americano de la Universidad de Chile”, conferencia 2019).

Figura 3, Contenedor con apsaras, Beijín, China, ca. 1953. Marfil tallado y policromado. 2,9 x 11,5 cm. Colección Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA). Facultad de Artes, Universidad de Chile.

Entre las piezas, hallamos dos objetos de marfil; un recipiente hexagonal tipo jarro o florero (figura 2) y otro redondo cuya utilidad no queda del todo claro (figura 4). Es posible pensar que hayan sido creados para ser ubicados en un altar budista o como obsequios de alto valor, principalmente por su materialidad. En cuanto a las apsaras de estos objetos, parecieran representar a las apsaras voladoras de la gruta 320 de Dunhuang, pues su posición y diseño es muy similar (ver figura 5): una pareja de apsaras volando, con telas ondulando, lanzando flores alrededor, con collares, tocados y torsos desnudos. Un dato interesante sobre estas figuras y el museo es que en la colección de MAPA se encuentra una carpeta que corresponde al volumen N.º 3 de las famosas xilografías al agua de Rongbaozhai, que reúne una selección de pinturas de Dunhuang, creadas en la década de 1950. Si bien el volumen que tiene MAPA no está completo, gracias al Índice descrito en volumen y a la información hallada en internet, es posible saber que, entre las láminas, habían xilografías de apsaras, una de ellas, correspondiente a las de la gruta 320 (ver figura 6). Esta habría sido creada por Shi Weixiang史苇湘 (1924-2000), famoso artista que dedica largos años a la copia de murales de Dunhuang y quien fuera director de Sala de Datos del Instituto de Investigación del Patrimonio de Dunhuang (https://www.dha.ac.cn/info/1007/4491.htm#)

Lamentablemente no se tiene conocimiento de quién y cuándo habría hecho la donación de este volumen de xilografías, ni tampoco hay un registro de la cantidad de láminas que contenía el volumen a la hora de catalogarlo. En la actualidad, el volumen del museo sólo contiene 4 láminas y ninguna de ellas corresponde a la de apsaras, lo que significa que aquellas láminas o nunca llegaron al museo o podrían encontrarse colgadas, guardadas u olvidadas en algún lugar en Chile. Difícil será saber lo que sucedió con las apsaras de las reconocidas xilografías de Rongbaozhai.

Figura 4, lámina 9 del V.3, xilografías Rongbaozhai https://www.dha.ac.cn/info/1007/4491.htm#

Aparte de las apsaras en los objetos de marfil, MAPA cuenta con una reproducción, que es parte de un conjunto de reproducciones diversas (muchas de ellas de pinturas de flores y animales) que contienen el mismo sello (pero desconocemos a quién pertenece) en la cual hay una reproducción de una apsara (Figura 6). Esta pieza está catalogada como un grabado, fechado ca. 1957, y probablemente comprada por Tomás Lago (primer director del MAPA) en su viaje a China. Este grabado se asemeja sobremanera a otra de las xilografías de la colección de Dunhuang de Rongbaozhai, que tampoco está en la colección de MAPA, pero que sí encontramos en internet, y corresponde a la lámina 12 (Figura 6), creada por Fan Wenzao 范文藻 (1923-1983), quien fuera investigador y artista del Instituto Nacional de Investigación Artística de Dunhuang(https://baike.baidu.com/item/%E8%8C%83%E6%96%87%E8%97%BB/4123390). Con esto, lo que nos interesa destacar es que, en primer lugar, hallamos apsaras en las piezas de la colección de MAPA que están catalogadas; otras que no se tiene conocimiento de quién las realizó ni su procedencia, e imágenes que están extraviadas o nunca llegaron al museo. En segundo lugar, es evidente que la selección de apsaras pintadas en las xilografías de Rongbaozhai habrían sido inspiración para la creación de otras piezas de arte, como lo vemos en las piezas del museo.

Figura 5, fotografía de Paula Cabrera, colección MAPA
Figura 6, lámina 12 del V.3, xilografías Rongbaozhai https://www.dha.ac.cn/info/1007/4491.htm#

Así como estas apsaras, que pertenecen a murales pintados de gran escala en las grutas de Mogao, son tomadas y representadas en objetos o de manera individual, Isabel Vega toma episodios más amplios y logra hacer de ello un cuadro, como si se tratara de una escena individual. Así ocurre con la Figura 8, que corresponde a la pintura que la artista titula Apsaras o ninfas de las aguas, las que esta vez aparecen nadando entre olas, tocando instrumentos y con montañas sobre esas aguas onduladas. Esta escena, en realidad, se trata de un parte de lo que sería el cielo con diseño cuadrado artesonado, cuyos cuatro lados tiene una serie de diseños triangulares, que serían las montañas en la pintura de Isabel y abajo las apsaras musicales, rodeando toda la bóveda cuadrada en el cielo de la gruta 322.

Figura 7, «Apsaras o ninfas de las aguas», pintura de Isabel Vega, imagen cortesía Isabel V.

La exposición de Isabel fue muy visitada y produjo gran interés y curiosidad en las personas:

La gente estaba muy sorprendida, así como me sorprendí yo, al saber que hace mil años hubo gente cavando en las cuevas de las montañas para dejar esta evidencia, este legado que ha quedado a la humanidad, haciendo arte en las cuevas y que nos permite tener este registro. Fue algo muy loable y desde mi obra no sólo me permite abrir una ventana para que se conozca en Chile, sino también una ventana a mí misma. (Isabel Vega)

Mientras tanto, Paula Cabrera y su equipo de investigación seguirán analizando piezas de la colección china y quién sabe si nuevamente se levantan los velos de las apsaras voladoras en alguna pieza escondida.

María Elvira Ríos

Es magister y doctora en estudios de Asia y África, con especialización en China, del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México (2015). Sus publicaciones tratan temáticas de budismo, idioma y cultura china. Actualmente, es investigadora del Núcleo Milenio ICLAC, UC, coordinadora del Laboratorio Ecobudismo LEB e investigadora-docente en distintas instituciones académicas y organizaciones sin fines de lucro. Miembro de la Red iberoamericana de estudios budistas, RIEB y miembro fundador de ALADAA CHILE.