Enfrentarse al miedo, la ansiedad y el pánico durante la pandemia
Erric Solomon
Este artículo es parte de nuestro compendio de artículos sobre la pandemia de covid-19 desde una perspectiva budista.
Durante la actual crisis sanitaria, debido a la propagación del virus que provoca el COVID-19, casi todos hemos tenido momentos de miedo y ansiedad. Quizás se trató de una preocupación por el estado de salud de un ser querido, la pérdida del trabajo o una sensación general de temor, ante un futuro distópico imaginario. ¡Y esto es probablemente sólo la punta del iceberg de la ansiedad! ¿Cómo podemos gestionar el miedo, la ansiedad y el pánico? Primero, tenemos que entender qué son realmente las sensaciones de miedo, ansiedad y pánico, y luego, podemos usar nuestra mente para asentarnos en un estado de equilibrio. Las buenas noticias son, que cualquiera puede aprender a hacerlo.
Miedo, Pánico y Ansiedad, son Energía
Por ejemplo, una sensación de miedo o pánico, no es necesariamente algo malo. Pero la forma en la que nos enfrentemos al pánico, puede marcar la diferencia. El pánico (o el miedo o la ansiedad) es energía, un tipo de sensación corporal que nos está alertando de un posible peligro, o de una situación extrema ante la que tenemos que estar en guardia.
Por supuesto, podemos reaccionar de forma desproporcionada, haciendo quizás cosas dañinas y egoístas, bajo una apariencia de auto protección. O puede que nos encontremos tan abrumados por el miedo, que nos quedemos bloqueados, y no podamos pensar con claridad ni movernos.
Sentir el miedo
Así que, sentir miedo, ansiedad o pánico, es una llamada de atención, y debemos tomarla en serio. Pero intenta sentir, en vez de pensar sobre ello. Esto significa que notes las sensaciones de tu cuerpo. ¿Tu corazón está acelerado? ¿Hay algún lugar en tu cuerpo donde reside el sentimiento de pánico? Cuando podemos sentir el miedo, en vez de pensar sobre ello, empezamos a experimentar el miedo más allá de nuestros pensamientos y emociones turbulentos. El miedo es energía, y la energía es el resplandor de la sabiduría. Y es en esta energía, y no en la historia, donde encontraremos la resiliencia interior para superarla: encontrar la acción adecuada para llevar a cabo, tener la atención para lavarnos las manos y no tocarnos la cara, comprobar cómo se encuentra un vecino que está enfermo o que es muy mayor. Es ahí donde encontraremos el amor hacia nosotros mismos, la compasión hacia los demás y los pensamientos, emociones y acciones más beneficiosos.
¿Un Perro o un León?
Uno de mis maestros, Nyoshul Khen Rimpoché, a menudo usaba una antigua metáfora Dzogchen, cuando nos enseñaba sobre cómo deberíamos tratar nuestros pensamientos y emociones. Siempre decía que debíamos ser como un león, y no como un perro. Cuando le tiras una piedra a un perro, el perro persigue la piedra. Así es como somos con nuestros pensamientos y emociones. Vamos detrás de cada pensamiento y emoción, y jugamos con ellos, pensamos en ellos, entramos en ellos. Por otro lado, si le lanzas una piedra a un león, no se preocupa en absoluto por la piedra; se da la vuelta para ver de dónde vino.
Nos podemos pasar toda la vida preocupados con nuestras piedras – nuestros pensamientos y emociones. Y quizás nunca examinemos la fuente de donde surgen estos pensamientos y emociones, la mente misma. Así que cuando nos sentimos asustados o con pánico, nuestro hábito es pensar acerca de la historia, los motivos por los que sentimos este pánico, en vez de mirar a la mente que siente el pánico.
Aprender a conocer tu Mente
Dedica un momento a investigar tu mente. ¿Te das cuenta que estás ansioso? Al principio, esta pregunta parece tan obvia que no vale la pena hacerla. ¿Esta capacidad de conocimiento de la mente, conoce el estado de ansiedad mejor o peor que cuando te sientes relajado y en paz? Cuanto más investiguemos, más nos familiarizaremos con esta cualidad de conciencia de la mente, que nos define como seres sensibles. La cualidad de la conciencia que conoce el pánico, no es diferente al conocimiento de la paz. En otras palabras, podemos ver que nuestra conciencia no es dañada o mejorada por aquello de lo que somos conscientes. ¿No es esto un alivio?
Por lo tanto, alejemos nuestra atención de la historia, y gradualmente enfoquémonos en la mente, la que conoce el miedo.
El primer paso es un ejercicio poderoso llamado “Crear espacio”. El ejercicio de Crear Espacio es una forma excelente de lidiar con nuestro estrés, miedo y con el bucle de pensamientos de pánico. Puede aligerar la tensión y el nerviosismo en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Crear espacio es un método muy simple que interrumpe nuestros patrones habituales de pensar sobre los pensamientos y emociones, miedos y preocupaciones.
Cuando nuestra mente es muy miedosa y tiene pánico, se vuelve muy cerrada y tensa. Se convierte en un circuito de retroalimentación de negatividad. Cuando nuestra mente está tensa, cualquier pensamiento o emoción que surja, toma el control. Por lo tanto, el miedo hace que nuestra mente se tense, y una mente tensa, hace que el miedo sea más y más predominante. Cuando nuestra mente se siente espaciosa, el miedo o el pánico que surgen, no pueden dominarnos por completo. Es como la diferencia entre una pequeña habitación de 3 x 3 metros y una enorme habitación de 30 x 30 metros. En la habitación pequeña, cualquier cosa que coloques allí, la definirá por completo. Si pones un escritorio, se convertirá en un despacho. Si pones una cama, se convertirá en una habitación. Si pones un horno, será una cocina. En una gran habitación, puedes tener muchas cosas, y diferentes ambientes, y sin embargo, ni una de estas cosas definirá a la habitación. Cuando creamos espacio, los pensamientos y emociones, tales como el miedo o el pánico, pueden seguir surgiendo, pero ya no definirán por completo nuestro estado mental.
Así es cómo puedes hacer el ejercicio de “Crear Espacio”:
Del libro Radicalmente Feliz: Guía de usuario para una mente plena
Siéntate cómodamente y cierra los ojos.
Imagina que estás rodeado de un cielo infinito, perfectamente claro y azul. El cielo está despejado, es espacioso, prístino, del color azul cielo más intenso. Te envuelve por completo, extendiéndose ininterrumpidamente en todas las direcciones – por arriba, por abajo y hacia todas partes. No hay muros, no hay límites, no hay edificios, no hay nada en absoluto en ninguna dirección.
Continúa descansando tu mente en este cielo infinito, haciendo que la experiencia de sentir el espacio en el ojo de tu mente sea tan vívida y brillante como sea posible.
Si te pierdes pensando en el trabajo, en las cosas que necesitas hacer, o en cualquier cosa, eso es normal. Simplemente devuelve tu atención suavemente al espacio ilimitado que has imaginado.
Después de haber creado un cielo lo más vívido y claro posible, dedica un tiempo a apreciar el espacio que has imaginado. Hazlo sintiendo la cualidad espaciosa del cielo. Aprecia la belleza del espacio que estás imaginando y también cómo de infinitamente vasto, espaciosos e inmaculado es el cielo a tu alrededor. Simplemente intenta sentir suavemente qué se siente al estar en la espaciosidad del cielo.
Permítete sentir la espaciosidad que impregna todas las cosas: en el interior y en el exterior de tu cuerpo y de la mente.
Descansa durante un rato en esta sensación.
Lentamente abre los ojos y vuelve a conectar con tu entorno.
Intenta hacer el ejercicio unos cuantos días, hasta que empieces a sentir una apertura, una sensación de espaciosidad. No te preocupes si persiste cierta ansiedad. En el espacio infinito, un poco de ansiedad o miedo son sólo una pequeña onda en una situación infinitamente espaciosa. Ahora estás preparado para el siguiente paso: sentir el pánico en vez de pensar sobre la historia o los motivos para sentirse ansioso.
Sentir las sensaciones de Miedo, Pánico o Ansiedad
Siéntate en silencio en equilibrio meditativo durante unos minutos o haz el ejercicio de Crear Espacio
Ahora, permítete sentir la sensación de miedo, en vez de simplemente pensar sobre los motivos para estar asustado. Suavemente, explora tu cuerpo empezando desde la coronilla de tu cabeza hacia abajo. ¿Dónde reside la sensación de miedo? Cuando lo localices, no tienes que expulsarlo, simplemente siéntelo. Puedes pensar en ello como un acto de quererte tanto a ti mismo, que permites que cualquier cosa que esté en ti, se quede. En vez de pensar en los motivos para sentirse asustado, simplemente siente el miedo. Cuando colocas tu atención sobre el sentimiento, en vez de en la historia, se convierte en una mera sensación, o podrías llamarlo, energía. Dentro del miedo hay energía, la expresión de nuestra sabiduría, nuestro amor, nuestra inteligencia. Todas estas cosas, confusión y sabiduría, se encuentran en nuestra conciencia. Al colocar nuestra atención de una forma específica, puedes desvelar la sabiduría que es incluso también la base del pánico. Todo lo que tienes que hacer es sentir la energía del pánico en tu cuerpo, en vez de pensar sobre la historia en tu mente.
Si quieres, puedes hacer aspiraciones y dedicar la práctica según la tradición que sigas.
Al permitir que la sensación de miedo sea tal cual es, sin la historia, te estás liberando del poder de la historia. Es importante empezar Creando Espacio, de esta forma, y si aún queda un poco de historia, es sólo un breve relato en un espacio infinito. Ya no podrá sobrepasarte o predominar, controlarte o definirte. Una y otra vez, vuelve al espacio, y vuelve a permitir que sea tal como es; sintiendo tus sentimientos en vez de ir a la historia. Cuando te permites simplemente sentir cómo te sientes, se convierte en mera energía, sólo una sensación en una situación totalmente abierta y espaciosa. El equilibrio surge como consecuencia natural de la cualidad espaciosa y abierta de la sabiduría.
A raíz de la situación actual, es muy natural que nuestras emociones estén dispersas. Esta práctica es una forma muy valiosa para permanecer simplemente con las cosas tal y como son. Tras acostumbrarte a simplemente sentir las sensaciones de ansiedad, en vez de entrar en la historia, descubrirás una fuente de resiliencia que te ayudará a superar todos los retos de esta situación actual.
Para parafrasear al gran santo Shantideva: “¿Por qué preocuparse? Si puedes hacer algo al respecto, hazlo, pero si no puedes hacer nada, preocuparse no mejorará la situación”. Las buenas noticias son que sí puedes hacer algo: puedes escuchar a tu cuerpo, y dejar que el resplandor de tu naturaleza de sabiduría te guíe (y seguir el consejo de los profesionales sanitarios).
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Erric Solomon es un yogui budista y maestro, y trabajó hace años como ingeniero en Sillicon Valley. Erric ha estudiado bajo la guía de algunos de los más destacados maestros espirituales tibetanos, y con algunos de los mejores investigadores de Inteligencia Artificial. Más adelante, pasó años en retiro, madurando lo que había aprendido. Es co-autor del libro Radicalmente feliz: Guía de usuario para una mente plena.
Puedes saber más de él en estos links:
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Link a una charla virtual que dio para Shambhala Baltimore sobre el tema de este artículo, incluyendo una meditación guiada: https://youtu.be/VKsWEJMcjU0
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