El sonido del zen: Rodrigo Rodríguez y la flauta shakuhachi
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Buddhistdoor en Español
Rodrigo Rodríguez es un compositor, músico y maestro del shakuhachi. Este instrumento japonés es una flauta de bambú que fue introducida en Japón desde China en el siglo vii y alcanzó su apogeo en el periodo Edo, siglos xvii y xviii, cuando los monjes komuso (los monjes del vacío) tocaban la flauta como un tipo de canto religioso.
Nacido en Argentina (1978), Rodrigo residió en España a partir de 1986, donde permaneció la mayoría de su infancia. A temprana edad empezó a estudiar música clásica y moderna, y ya en su adolescencia sentía un gran interés por la música tradicional y los instrumentos étnicos. Estudió música clásica y tradicional en Japón con los linajes de los músicos y compositores Katsuya Yokoyama y Kakizakai Kaoru. Posteriormente, se convirtió en discípulo de Kohachiro Miyata, una de las leyendas vivas del shakuhachi en Japón. Desde el año 2004, Rodrigo cosecha grandes éxitos y ha actuado en numerosos conciertos en Europa y Asia, en escenarios tan legendarios como el Hotel Imperial de Tokio y el NHK Culture Center of Japan. En abril de 2018, Rodrigo interpretó por primera vez en la ciudad de Nueva York, donde fue invitado a tocar en el Festival Sakura Matsuri del Jardín Botánico de Brooklyn.
Buddhistdoor en Español: Rodrigo, háblanos de la historia y características físicas y musicales del shakuhachi.
Rodrigo Rodríguez: «El shakuhachi es un instrumento muy primitivo en su construcción. Se construye con un tipo de bambú llamado madake. El bambú es un material muy versátil en el continente asiático, se utiliza en instrumentos musicales, andamios, alimentación, producción de ropa, etc. La parte del utaguchi (embocadura del shakuhachi) se corta oblicuamente hacia afuera y, a menudo, se inserta un pequeño trozo de marfil, hueso o fibra para producir variaciones sutiles de su sonido. La campana o raíz está hecha con el tronco del bambú con sus extremos de raíz.
En un inicio, el shakuhachi se utilizaba para interpretar música cortesana, gagaku (雅楽), palabra que significa «música elegante», que es un tipo de música clásica que se interpretaba en la corte imperial. A comienzos del siglo xvi empezaron a usarla los monjes komuso, sacerdotes pertenecientes al budismo zen, que después desarrollaron una práctica denominada suizen.Suizen (吹 禅) (soplar zen) es una práctica zen que consiste en tocar el shakuhachi como medio para lograr la autorrealización. La práctica del suizen puede entenderse en el contexto de los antiguos clásicos budistas chinos que ejercieron una profunda influencia en la música japonesa, y utilizaron la conciencia del sonido como medio de iluminación.
Las dos principales escuelas de música shakuhachi proceden de los linajes Meian y Kinko, cuyos orígenes derivan de dos sectas de un gremio anterior de fukeshu de sacerdotes komusō. En la era Meiji (1868-1912) se abolió el monopolio de los diversos gremios de música del periodo anterior y se fundó una escuela Tozan para enseñar a músicos aficionados, una costumbre que pronto adoptaron otras escuelas.
La respiración también tiene una importancia esencial, así como la práctica estándar de la meditación zen sentada (zazen) y, por lo tanto, existe un vínculo natural entre la zazen y el zen soplado. El tipo de técnica de respiración requerida varía de una escuela a otra dentro de la práctica suizen».
BDE: Rodrigo, por favor, cuéntanos sobre ti y tu trayectoria musical. Para empezar, ¿cuál es tu formación académica musical y cómo te iniciaste en el shakuhachi?
RR: A los 10 años empecé a tener interés por la música, no solo por escucharla y apreciarla como oyente, sino también por estudiarla. Durante mis primeros años de estudio, escogí la guitarra clásica y la música europea, y pasé toda mi adolescencia enfocado en este repertorio y música de Occidente. Compositores como Joaquín Rodrigo, Francisco Tàrrega, Andrés Segovia o Heitor Villa-Lobos, me acompañaron muchos años en mis estudios.
Pasados los 20 años empecé a volcarme en las músicas del mundo, los sonidos étnicos siempre resonaron en mi corazón, hasta llegar al shakuhachi. Este encuentro fue de mucha atracción por el sonido y todo lo que envuelve a la tradición zen y su filosofía. Fue también en esta época cuando decidí dar un giro a mi vida e irme a Japón. Mi búsqueda en Oriente de este sonido evocador, exótico y profundo me hizo pasar por muchas situaciones. Algunas de ellas duras y otras llevaderas. Recuerdo vivir en Japón y pasar inviernos con mucho frío y poca comida, y veranos tremendamente calurosos, con ausencia de dinero y muchos sacrificios para poder cubrir las necesidades de mis estudios.
Mi primera escuela de shakuhachi fue The International Shakuhachi Kenshunkan School, donde pase varios años estudiando en la prefectura de Saitama. En años posteriores cambié de linaje musical y empecé a estudiar con mi maestro Kohachiro Miyata en Tokio, totalmente cautivado por su repertorio tradicional y contemporáneo. Miyata es músico y compositor, y una leyenda viva en Japón. Su repertorio moderno para música de cámara, con koto y shamisen tiene mucha influencia de la música occidental.
Llevo muchos años fiel a mi escuela y al linaje de Kohachiro Miyata, unos años atrás tuve el honor de empezar a colaborar artísticamente con el maestro Miyata. Nuestra colaboración fue la grabación de la obra Shika no toneh (La llamada distante del ciervo) a dúo, y posteriormente la grabación del vídeo. Esta obra maestra fue incluida en un single actualmente en el mercado: Shakuhachi: The Zen Flute (The Distant Call of the Deer) – Single.
BDE: ¿Puedes explicarnos la conexión del shakuhachi con el budismo Zen?
RR: El shakuhachi es un instrumento simbólico dentro del zen. La tradición de los monjes komuso convirtió el shakuhachi en su instrumento exclusivo. Desarrollaron un repertorio llamado honkyoku, que traducido significa «piezas originales o fundamentales». Con este repertorio practicaban para lograr la autorrealización. La música instrumental es una rareza en toda práctica budista, donde los instrumentos generalmente acompañan a los cantos rituales. En la práctica suizen, tocar el shakuhachi como ejercicio espiritual deviene el núcleo de una práctica religiosa, lo que lo hace único en el mundo del budismo.
El concepto y creencia de ichi en jo butsu (el logro de la iluminación a través de la práctica de la flauta shakuhachi) se convirtió en un aspecto importante para los monjes komuso y su camino espiritual, tal como se desarrolló en períodos posteriores. No se considera tan importante el sonido producido por el instrumento o las melodías, aunque la tradición disfrute de un patrimonio musical extenso, es la práctica de soplar lo que conduce a la iluminación. El repertorio de shakuhachi deriva de las piezas en solitario originales, el honkyoku. Para los practicantes de suizen, estos se interpretan tradicionalmente en la forma de una práctica espiritual personal y no como una actuación pública, o en el entorno de artes escénicas. Es en años posteriores, con la desaparición de este grupo religioso, cuando el shakuhachi se introduce en un entorno artístico musical, y se empieza a transmitir en calidad de música. Hay muchos ryū (流), o escuelas, de honkyoku en Japón, cada uno con su propio estilo, énfasis y métodos de enseñanza. El movimiento en el honkyoku es significativamente estático, precisamente por el dominio del propósito y la función sagrada y, en cierta medida, también está sujeto a la meditación de la respiración. Existen muchos valores de la actitud y mentalidad japonesas que influyen siempre en las artes de Japón. Una de las cosas que se me hizo interesante es el protagonismo del silencio; cómo el silencio dentro de la música honkyoku es tan importante como la ejecución del propio sonido. Muchas de las obras tradicionales para shakuhachi carecen de rítmica, pero disponen de ma (espacio).
En el budismo zen, la realidad radica en la distancia entre el hombre y la naturaleza. En el honkyoku, se logra una buena expresión al encontrar la distancia correcta o ma (espacio) entre dos notas y dos frases. La profundidad con la que el intérprete de shakuhachi considere el significado de ma, decide la calidad de su interpretación.
BDE: A lo largo de tu carrera has cosechado grandes éxitos. Háblanos de las que consideras que son tus actuaciones más relevantes.
RR: Algunos de mis trabajos tienen más relevancia profesional y cultural. El primero es la grabación y colaboración a dúo con mi maestro Kohachiro Miyata, ya mencionada. Esta grabación se realizó en el estudio de mi maestro en Tokio. Es una obra que intenta emular los sonidos de los ciervos y la escena de la berrea en el otoño japonés. La grabación está disponible en YouTube.
También recuerdo con mucho cariño mi concierto en el conservatorio de Moscú (Conservatorio Tchaikovsky) en el Festival Nihon no kokoro (El corazón de Japón).
En estos últimos años también ha sido importante el concierto que di en Nueva York, en el reconocido Jardín Botánico de Brooklyn. Como también lo fue la grabación que hice para el 400.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas y culturales entre España y Japón. El disco fue dedicado a la odisea de Hasekura Tsunenaga, donde la música de shakuhachi hace un viaje sonoro por la historia de este interesante protagonista.
En España llevo casi una década colaborando con instituciones, embajadas y la Fundación Japón, actuando en eventos de ámbito diplomático y de hermanamiento entre culturas.
BDE: ¿Cuáles son tus planes de futuro?
RR: Bueno, en breve saldrá al mercado mi nuevo single, For Luna (Variations of Neptune) una obra que escribí para flauta shakuhachi y electrónica. Este trabajo está dedicado a mi hija Luna, y la grabación está acompañada de audiovisuales con imágenes cedidas por la Nasa y el telescopio Hubble. Esta pieza musical consiste en tres fragmentos melódicos que intentan transmitir diferentes emociones sentidas durante la existencia y vida de mi hija Luna. La Luna ha sido un símbolo de misterio y de búsqueda de lo desconocido para el ser humano durante milenios y la veo como un icono inspirador para este proyecto.
Hay otra cosa dando vueltas en mi cabeza, que es investigar un trabajo de Johannes Kepler, su obra Harmonices mundi (La armonía de los mundos, 1619) y poder hacer una adaptación para la flauta shakuhachi. En este libro, Kepler expuso su teoría de que cada planeta produce un tono musical durante su movimiento alrededor del Sol, y que la frecuencia del tono varía con la velocidad angular de los planetas medida con respecto al Sol. Veo una analogía con los diferentes tonos que tiene el shakuhachi,condicionados por la longitud de la flauta. Puede que esta temática me tenga entretenido en el futuro.
Algunos de mis otros proyectos son seguir grabando con mi maestro Kohachiro Miyata. Y, en 2020, actuaciones en el sur de Asia y en Europa. Tengo también en mente poder producir una serie de videos junto con músicos indígenas, en la búsqueda de un intercambio cultural sobre flautas primitivas de estas culturas y las similitudes con el shakuhachi.
Enlaces:
Profesional: https://es.wikipedia.org/wiki/Rodrigo_Rodr%C3%ADguez
Web oficial: http://www.rodrigo-rodriguez.info
Canal de YouTube: https://www.youtube.com/user/KZNRECORDS
Instagram: https://www.instagram.com/rodrigoshakuhachi/
Facebook: https://web.facebook.com/rodrigorodriguezmusic/?_rdc=1&_rdr
Video colaboración a dúo con el maestro Kohachiro Miyata