El camino del budismo Soka (II): una enseñanza de diálogo y revolución humana
DARA LONGHI Y ARIEL OSPITALECHE *
Puede leer la primera parte de este artículo aquí
La revolución humana
Actualmente, vivimos en una época de cambios y de dificultades sin parangón. En tiempos como estos, las personas vuelven la mirada hacia el interior. ¿Qué papel puede desempeñar la filosofía budista en la restauración del humanismo y en el rejuvenecimiento del ser humano?
El maestro Ikeda se refiere, en reiteradas oportunidades, al concepto de revolución humana. Este término describe un proceso fundamental de transformación interna al que el budismo denomina «logro de la budeidad» o «iluminación». La revolución humana expresa en términos contemporáneos el propósito supremo de la práctica budista expuesta en el Sutra del loto. La budeidad es el poder subyacente a todo el universo y, al mismo tiempo, es el noble estado de vida inherente al ser humano. Emprender el camino de la revolución humana, nos permite romper con los confines del pequeño yo, controlado por el egoísmo y el sufrimiento, y nos permite expandir nuestra vida hacia el yo superior que contiene la fuerza vital y la esencia del universo.
La expresión «revolucionar» significa generar un cambio rotundo y significativo. Es una revolución en las acciones y en la conducta, que tiene que ver con dar un paso más allá del proceso gradual de crecimiento natural de cada persona. Implica dar un paso que nos lleve en dirección positiva a adoptar una forma de actuar que esté basada en el amor compasivo, y realizar acciones que trasciendan las propias circunstancias y debilidades. Implica ver más allá de las preocupaciones inmediatas, esforzarse y dedicar las propias acciones a algo más elevado y superador, basado en el reconocimiento y la valoración de la dignidad de la vida. Este cambio es perceptible en nuestra vida cotidiana, por ejemplo: para una persona que tiene dificultades para generar vínculos en su trabajo, ese cambio puede verse reflejado en su cambio de postura frente a sus compañeros. Para otra persona puede que hacer su revolución humana implique mejorar el cuidado de su salud.
Lo fundamental de la revolución humana es hacer surgir la budeidad innata y establecerla en la vida cotidiana, lo que implica mostrarnos tal como somos, pero basados en nuestro máximo potencial, es decir, dar expresión a la «mejor versión» de nosotros mismos. Esta revolución implica un cambio inicial en nuestra actitud y determinación, que tiene como efecto el cambio general de nuestra existencia. Por eso es que esta transformación interna repercute en todos los ámbitos de nuestra vida y, al mismo tiempo, en la sociedad. Al respecto, el maestro Ikeda, escribió: «La gran revolución humana de un solo individuo propiciará un cambio en el destino de una nación y, más aún, permitirá cambiar el destino de toda la humanidad». Con esto se refiere a que es necesario asumir la responsabilidad de transformar la propia vida para dar paso hacia la creación de una sociedad humana basada en el amor compasivo y el respeto por la dignidad de la vida de todas las personas.
En otra oportunidad, también escribió:
Hoy, la tarea de cambiar y elevar el mundo interior ha cobrado una importancia inusitada. Los que llevan a cabo la revolución humana no se convierten en personas perfectas. En cambio, dicho proceso involucra un profundo esclarecimiento sobre nuestro propósito en la vida, seguido del esfuerzo por acercarse a la perfección de a un paso por vez, siempre teniendo presente ese objetivo. La revolución humana no es un objetivo final que tiene un punto de llegada; antes bien, es dar un nuevo rumbo a nuestra existencia. Así pues, los que aspiran a la revolución humana pueden, naturalmente, tener fallas y deficiencias, como cualquier otra persona, y tal vez no difieran por fuera del resto de la gente. Pero por dentro, las personas que se ocupan de su revolución humana son totalmente distintas de cómo eran antes de iniciar esa exploración espiritual, y, con el tiempo, también se harán visibles sus diferencias con otras personas. Este es nuestro concepto sobre el proceso de la revolución humana**
La filosofía esencial de la SGI puede resumirse en este concepto de «revolución humana». Este proceso dinámico de transformación personal permite transformar el miedo en confianza, la destrucción en creación y el odio en amor compasivo.
Ya que son las personas la base de la sociedad, si su condición de vida cambia, estas transformaciones se reflejarán en todos los aspectos del medio en que viven. Revolución humana significa revitalizar a las personas y consiguientemente, a la cultura y a la sociedad en su conjunto.
Diálogo como herramienta para construir la paz
La gestación de una sociedad verdaderamente pacífica y de un mundo sin guerras sólo se puede imaginar dentro de este proceso largo y laborioso.
Desde sus inicios, la filosofía budista se relaciona con la paz, rechazando constantemente cualquier forma de violencia, sumado a un permanente énfasis en el diálogo y el intercambio como medios para resolver conflictos. ¿Por qué Śākyamuni y Nichiren pudieron emplear el lenguaje con tal libertad y provocar semejantes efectos? ¿Qué los llevó a ser maestros incomparables del lenguaje? Su elocuencia, se debía a la expansión abarcadora de su estado iluminado, absolutamente libre de todo prejuicio, dogma o apego. Tanto la India como el Japón de su época pasaban por un período de transición y de caos; el horror del enfrentamiento y de la guerra se imponía sobre la vida de todos, como una realidad ubicua y permanente. Pero los ojos sagaces de estos grandes maestros veían con certeza la causa subyacente de dicho conflicto en el apego a las diferencias.
Sobre la importancia del diálogo en la construcción de la paz y de la felicidad humana, el maestro Ikeda señala lo siguiente:
La conquista de nuestro propio pensamiento prejuicioso, de nuestro apego a la diferencia, es el principio rector del diálogo abierto. A su vez, la posibilidad de dialogar así es condición esencial para establecer la paz y el respeto universal por los derechos humanos. ***
El budismo considera el diálogo como un proceso a través del cual liberamos nuestra grandeza humana. El diálogo se marchita cuando nuestros corazones están cerrados a las posibilidades infinitas de los demás y suponemos que ya sabemos todo lo que tenemos que saber sobre ellos. El diálogo florece cuando se lleva a cabo con un espíritu abierto de descubrimiento basado en el amor compasivo, en el deseo de construir sobre lo que hay en común y transformar nuestras diferencias en ricas fuentes de valor. Una religión puede elevarse solo cuando supera el apego a la diferencia y ofrece una perspectiva amplia e integral de la fe.
La Soka Gakkai Internacional reafirma, en cada una de sus actividades e iniciativas, la función del diálogo abierto y sincero como eje fundamental para construir sociedades pacíficas.
Actividades de la Soka Gakkai
Tomando el diálogo como base, los miembros de la SGI se encuentran regularmente en cada barrio, para poder aprender sobre los principios budistas y cómo llevarlos a la vida cotidiana. Estas reuniones de diálogo llamadas zadankai representan la actividad central de la organización, ya que se gesta en el seno del pueblo, donde personas tan diferentes entre sí comparten sus sueños, sus dificultades y sus victorias. Con el fin de alentarse mutuamente, en estos encuentros se comparten experiencias de revolución humana, compartiendo cómo han transformado positivamente sus vidas y cómo han superado problemas a través de la práctica budista. Cada día, se esfuerzan al máximo para contribuir positivamente a la comunidad como buenos vecinos, aportando a través de acciones locales a superar los desafíos globales que atraviesa la humanidad, seguros de que hay una interconexión entre la felicidad personal y la paz colectiva.
En Argentina, la Soka Gakkai Internacional se encuentra desde hace más de 50 años. Con el fin de promover la paz, la cultura y educación, realiza distintas actividades para la comunidad, entre ellas exposiciones sobre el desarme nuclear y el cuidado de la naturaleza, simposios, conferencias y campañas para concientizar a la sociedad en temas como el diálogo interreligioso, el cuidado del medioambiente y la no violencia. También realiza actividades culturales y proyectos comunitarios y ofrece ayuda comunitaria en caso de crisis.
Anualmente, se realizan foros interreligiosos y festivales culturales de los jóvenes, los cuales son una tradición en la historia de la Soka Gakkai. En ellos, los jóvenes despliegan por medio del arte todo su potencial y sus esperanzas en la construcción de un mundo de paz. Desde el año 2010, anualmente el Departamento Juvenil realiza el «Festival Soka de Jóvenes por la Paz» el cual ha rotado en distintas sedes como el estadio «Mary Terán de Weiss», el micro estadio «Malvinas Argentinas», y la «Usina del Arte». A su vez, desde el año 2018, realiza anualmente la Cumbre Soka, una iniciativa de los jóvenes de la Soka Gakkai para promover la paz del mundo que nace a partir del llamamiento que hicieron el maestro Ikeda y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el 5 de junio de 2018, en Roma. Las cumbres realizadas por la SGIAR cuentan con la participación de miles de jóvenes en escena, quienes, a través del arte, transmiten su convicción de que es posible generar una nueva cultura de paz en nuestro país.
A su vez, dentro de la organización se desarrolla el movimiento de Acción Solidaria Soka, un colectivo de jóvenes unidos por el compromiso de construir una sociedad de paz, basados en las enseñanzas budistas del amor compasivo y respeto por la dignidad de la vida de cada persona. En cada rincón del país, los integrantes de Acción Solidaria Soka se desafían en llevar a cabo acciones solidarias enraizadas en las necesidades y desafíos locales, promoviendo así una red de acciones concretas basada en los principios budistas. También impulsando los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que ha establecido la Organización de las Naciones Unidas en el año 2015, con la mira puesta en la concreción de dichas metas para el 2030. Entre las diversas tareas llevadas a cabo por sus integrantes, se han generado avances y contribuciones concretas en cada comunidad, bajo la consigna de No dejar a nadie atrás. Por medio de las redes y la concientización respecto a la contaminación ambiental, se sumaron a este movimiento familias de todas las localidades y barrios de la Argentina, desafiándose a mejorar los hábitos cotidianos con la meta de contribuir con acciones individuales a un cambio social y de proteger el medio ambiente. Entre ellas, la limpieza y saneamiento de lagunas y ríos en diversos puntos de la Provincia de Buenos Aires, la plantación de árboles nativos en la Provincia de Córdoba, y diversos ciclos y talleres recreativos para niños, tareas de preservación de especies en el litoral correntino, entre tantas otras. También, se ha podido llevar adelante el proyecto Eco Botella, una iniciativa que impulsa la regla de las 3R (reciclar, reutilizar, reducir), es decir, la implementación de hábitos de consumo sostenibles para nuestra vida cotidiana. A través de encuentros mensuales en cada barrio de recolección, ya se han podido generar más de 7.000 eco botellas, las cuales han sido llevadas a puntos verdes o eco-puntos locales.
Como creyentes budistas comprometidos en trabajar por un mundo más pacífico, donde el ser humano pueda gozar de vidas felices y plenas, al tiempo que trabajar por el bienestar de sus congéneres y el cuidado del medio ambiente; estamos decididos, partiendo de nuestra vida cotidiana, a construir un planeta donde quienes nos sucedan se sientan orgullosos de saber que sus antecesores dieron todo de sí para dejarles una sociedad de paz y coexistencia armoniosa.
Para concluir, nos gustaría compartir un fragmento de la Propuesta de Paz del año 2014 del maestro Ikeda donde dice:
[…] La esperanza y la valentía que surgen de esa transformación íntima deben permitir a las personas afrontar y superar incluso la realidad más adversa; hablamos aquí de un proceso creador de valor que, en última instancia, se traduce en el cambio social. La acumulación sostenida de cambios en el nivel del individuo y en el nivel comunitario despeja el camino para que la humanidad pueda superar los retos globales que la afligen.
En la misma medida en que se expande este proceso de transformación colectiva, vuelven a sonreír las personas que antes vivían agobiadas por el sufrimiento. Cada individuo que amplía sus recursos y despliega sus enormes posibilidades siente el deseo de unirse solidariamente a otros para confrontar los problemas del mundo. El principal reto de la creación de valor es tender puentes entre lo micro y lo macro, entre lo individual y lo social, de manera tal que refuercen un cambio positivo en ambos niveles. ****
Referencias
Bethel, Dayle M. (1973) Makiguchi: The Value Creator. Revolutionary japanese educator and founder of Soka Gakkai, Weatherhill, Tokio.
Borges, J.L. y Jurado A., (2018), Que es el budismo, Buenos Aires (Argentina), Sudamericana.
Goulah, J., Gebert, A. (2009) Tsunesaburo Makiguchi: Introduction to the Man, His Ideas, and the Special Issue, Educational Studies, Vol. 45.
Ikeda, D., (2014), La creación de valor como factor de cambio global: construir sociedades sostenibles y resilientes (Propuesta de Paz 2014).
Ikeda, D., (2011), El Buda viviente, Buenos Aires (Argentina), Booket.
Ikeda, D., (2007), El Budismo Chino, Buenos Aires (Argentina), Booket.
Quiles, I., (1997), Filosofía Budista, Buenos Aires (Argentina), Ediciones Depalma.
Rubio, C., (2008), Los escritos de Nichiren Daishonin, Alemania, Soka Gakkai.
Wickramasinghe C. and Ikeda D., (1998), Space and Eternal Life, Chicago (USA), Journeyman.
Seager, Richard Hughes, (2006), Encoutering the Dharma, London, California Press.
Marinoff, L e Ikeda, D. (2014), El filósofo interior, Barcelona (España), Ediciones B.S.A.
Voss, Rita Ribeiro (2013) A pedagogia da felicidade, Editorial Papirus.
Wilson, B. y Dobbelaere, K. (1994), A time to chan. The Soka Gakkai Buddhists in Britain, New York (United States), Oxford University Press.
Watson, B. ( 1991), The Essential Lotus, USA, Columbia University Press.
*La presente ponencia fue presentada originalmente en el marco de las Jornadas Budistas 2022 organizadas por la Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina, que tuvieron lugar el 3 y 4 de noviembre de 2022. Agradecemos vivamente a los autores Dara Longhi y Ariel Ospitaleche su permiso para reproducir el texto de la ponencia en nuestra plataforma digital, y al Dr. Federico Andino por su amable ayuda y cooperación.
** IKEDA. Daisaku: Sabiduría para ser feliz y crear la paz, Buenos Aires: Azul Índigo, 2022, pág,40.
*** IKEDA, Daisaku: El nuevo humanismo, Buenos Aires, Fondo de cultura económica, 2001, pág. 174.
**** IKEDA, Daisaku: La creación de valor como factor de cambio global: construir sociedades sostenibles y resilientes (Propuesta de Paz 2014), pág. 3.