Cuerpo y mente en las artes marciales chinas: conversación con Xu Xiangdong
Guoying Stacy Zhang
¿Cuál es el mejor estado que se puede alcanzar al practicar artes marciales chinas?
La quietud, tu cuerpo no se mueve, pero tú te estás moviendo.
¿Dónde te encuentras en ese estado?
No estás de pie sobre el suelo; estás en el espacio, como un águila sobrevolando el cielo.
Lo anterior es un breve extracto de la conversación que tuve a principios de este año con Xu Xiangdong (徐向東), el mundialmente reconocido maestro de artes marciales chinas, en el monasterio Bamboo Grove, en los suburbios de Pekín. El monasterio, o vihara, fue creado recientemente por el venerable maestro Miaojiang, abad del Monasterio del Gran Sabio del Bamboo Grove del monte Wutai. Después de años de conocer al venerable Miaojiang, Xu quería visitar por primera vez el monasterio en un viaje que no fuera de trabajo. Durante nuestra conversación, Xu hizo hincapié en el significado del pensamiento chino tradicional.
«Lo que vemos en las artes marciales solo son ramas. La raíz de las artes marciales chinas son el taoísmo, el budismo y el confucianismo. ¿Puedes golpear con fuerza una cuerda colgante? ¿Puedes estar de pie sobre una bola que rueda? No está relacionado con la fortaleza física, sino con la comprensión del objeto y del espacio», me explicó Xu, con los ojos encendidos. «El combate no está relacionado con la forma, sino con lo que hay en la mente.»
Nacido en 1961, Xu empezó su carrera en las artes marciales chinas con el equipo Hebei Wushu de Shijiazhuang, en la provincia de Hebei. A los 19 años, ganó el título de campeón absoluto en el Campeonato Nacional Chino de Wushu. Unos años después, Xu fue elegido como uno de los actores protagonistas de la película de 1984 木棉袈裟(La túnica sagrada del templo Shaolin), dirigida por Tsui Siu-Ming. Desde entonces, sin perder el contacto con las industrias de la televisión y el cine como asesor de artes marciales y actor, Xu ha estado explorando el mundo de las artes marciales en muchas direcciones: estudió en la Universidad Deportiva de Pekín, fue juez de los Juegos Asiáticos de 1990 y enseñó artes marciales chinas en París mientras hacía la tesis doctoral con la sinóloga francesa Catherine Despeaux. También fue invitado a Brunei para enseñar artes marciales al sultán Hassanal Bolkiah.
Aunque pueda parecer que el nombre artes marciales se explica por sí mismo, Xu define las artes marciales chinas como «la investigación sistemática sobre el cuerpo humano por parte de la cultura china tradicional». Esencialmente, consiste en la relación entre el cuerpo y la mente. Xu lo aclara: «El chi es la energía que mueve la sangre por el cuerpo, pero el chi sigue a la mente. Cuando estás contento, enfadado o ves a alguien que te gusta, tu cuerpo reacciona de maneras distintas. En las artes marciales chinas, cuando tienes la espada en la mente, la tienes en la mano; cuando no la tienes en la mente, aunque estés sosteniendo una espada, no es una espada.»
Xu alcanzó está comprensión cuando estaba aprendiendo artes marciales con su primer maestro, que había llegado muy lejos en el neigong (內功, habilidades internas) y acostumbraba a citar el canon taoísta. Parte de los ejercicios diarios de Xu en aquella época consistía en golpear el estómago de su maestro 100 veces. A Xu le intrigaba el hecho de que, mientras él acababa exhausto, su maestro, que tenía más de 60 años, permanecía indemne.
En su faceta de profesor de artes marciales, Xu es más conocido por haber innovado en el puño de garra de águila (鷹爪拳). Mientras Xu entrenaba todos los estilos cuando era miembro del equipo de wushu de Hebei en la década de 1970, quería desarrollar su propia especialidad. La elección del puño de garra de águila estuvo inspirada por la literatura rusa, en concreto, El canto del halcóny El canto del petrelde Maksim Gorki, muy populares en China en aquella época. Durante meses, Xu fue al zoo cada semana para observar las águilas. Lo que observaba Xu no era su forma, sino su espíritu. Para Xu, las águilas son elevadas y nobles, y tienen espadas en los ojos. Mientras que el tigre más poderoso solo puede arrastrarse por el suelo, las águilas pueden volar por el cielo, añadiendo otra dimensión al espacio. Las águilas enjauladas no volaban, pero Xu podía imaginar a las águilas volar por el cielo y a sí mismo volando como una de ellas. Así es como inventó muchos movimientos aéreos e infundió una nueva vitalidad al estilo tradicional de las artes marciales chinas.
La práctica de artes marciales chinas de Xu, siempre ha estado informada por el taoísmo, el confucianismo y el budismo. Según el Tao Te Ching (道德經), «Al perseguir el aprendizaje, se adquiere algo cada día. Al perseguir el tao, se pierde algo cada día. Cada día se hace menos y menos hasta que se alcanza la no acción. Cuando no se hace nada, no se deja nada por hacer».*
En nuestra conversación, Xu hizo referencia a las artes marciales también como un proceso de resta, de la técnica a la no técnica, de la disciplina a la libertad total. A la luz de la zhongyong (中庸, la doctrina de la medianía) defendida por el confucianismo, Xu comentó que solo al encontrar el equilibrio se obtiene el pivote para moverse en todas las direcciones y para responder a todas las fuerzas externas. En cuanto al budismo, Xu compara las artes marciales con la idea de usar fenómenos para cultivar la realidad (借假修真), donde uno cultiva la mente mediante el ejercicio del cuerpo. Xu recuerda que cuando conoció al venerable Miaojiang, este le preguntó: «¿Cómo ves más lejos, con los ojos abiertos o cerrados?». Todos tendemos a creer que los ojos son el único medio para ver, pero tal vez es así como nuestra mente queda restringida por nuestro cuerpo.
Casi todas las series de televisión y películas en las que ha participado Xu contienen elementos del budismo y el taoísmo. Aunque las artes marciales se dramatizan mucho mediante efectos especiales en este tipo de trabajos, Xu disfruta actuando, algo que describe como un espacio en el que no tiene yo. Acaba de terminar el rodaje de Wu dong tian di (武動天地), con el director Zhang Zhiliang, como homenaje a quienes practicaban artes marciales chinas a principios del siglo xxe intentaron preservarlas. Sin embargo, cuando se le pregunta si tiene algún héroe personal, Xu responde: «Mi mayor respeto es hacia la antigua sabiduría china que ha perdurado miles de años. No hacia ninguna persona en concreto, solo hacia las personas inteligentes que han dilucidado o puesto en práctica el pensamiento tradicional chino». En los próximos años, Xu tiene previsto dedicar más tiempo al estudio del budismo y el taoísmo.
Recopilación de videos de las primeras actuaciones de artes marciales de Xu Xiangdong. Fuente: youtube.com
* El texto original es «為學日益為道日損損之又損以至於無為», del capítulo 48, traducido al inglés por Gia-Fu Feng y Jane English (1972).
Muy bueno, muchas gracias. Un gran maestro y buena persona.