Juana Lóizaga, sostenedora del budismo tibetano en la Argentina

BELÉN AZAROLA

Este artículo forma parte de la edición especial «Mujeres y budismo en los países de habla hispana».

Juana, nacida en Buenos Aires en 1942, contribuyó sostenidamente a la conformación del budismo en la Argentina. Fue cofundadora del centro Dongyuling de budismo tibetano en Buenos Aires, junto a su pareja, Gerardo Abboud, y los venerables Drubwang Dorzong Rinpoche y Dugu Choegyal Rinpoche. Su rol fue clave para el funcionamiento y la continuidad del centro. Propulsora del budismo tibetano en el país, murió en su ciudad natal en enero de 2017 acompañada por Gerardo y asistida por Tsoknyi Rinpoche, un maestro muy cercano.

Esta fotografía se encuentra enmarcada y colgada en el Dongyuling con la inscripción: Juani Lóizaga de Abboud. 02/10/42 – 27/01/2017. Cofundadora de Dongyuling. Fotografía cortesía de sus hijas Sofía y Gabriela.

Juana Lóizaga fue una buscadora; así la definen quienes la conocieron. Nació en Buenos Aires en 1942 y, junto a Gerardo Abboud, su pareja, dedicó 31 años de su vida a la difusión del budismo. Con los venerables lamas Drubwang Dorzong Rinpoche y Dugu Choegyal Rinpoche fundaron en Buenos Aires el Centro Dongyuling en 1986 –un centro drukpa kagyu de budismo tibetano. Ella nunca fue una cara visible, salvo para quienes asistían al centro o para quienes formaban parte de escuelas afines. A pesar de trabajar sin la visibilidad que sí tiene Gerardo como instructor del centro y traductor de grandes maestros como el Dalái Lama, su rol fue clave para el funcionamiento y la continuidad del centro, la organización de visitas de maestros al país, los viajes en calidad de instructor y traductor de Gerardo, y demás actividades asociadas a la tarea de sostener el dharma en la Argentina y su difusión en Occidente.

Juana formó parte del grupo de personas pioneras que impulsaron el budismo tibetano en los años ’80; un grupo que decidió viajar a la India para recibir las enseñanzas de grandes maestros. Fue a partir de ese mismo impulso que se fundaría el centro Kagyu Teckhen Choling (karma kagyu) con Lama Rinchen y Lama Sangye como sus directores, tras la visita de Lama Sherab en 1983. Juana fue una de las organizadoras de esta visita angular para el establecimiento y desarrollo del budismo tibetano en Argentina en general. Su lama principal fue Chogyal Rinpoche, a quien Juana le tenía una enorme devoción.

Juana junto a Gerardo en el sanatorio con Sofía recién nacida (8/9/86), en presencia de Choegyal Rinpoche y, de espaldas, Dorzong Rinpoche. Fotografía cortesía de sus hijas Gabriela y Sofía.

Juana y Gerardo se conocieron en 1983 mientras él estaba viviendo en la India, pero visitando a sus padres en Buenos Aires. Gerardo debía regresar a la India para hacer un retiro y, a su regreso en 1985, tras la buena respuesta que había tenido la visita de lama Sherab unos años antes, impulsaron juntos nuevas invitaciones para que otros lamas visitaran la Argentina. A raíz de la visita de Drubwang Dorzong Rinpoche y Dugu Choegyal Rinpoche, fundaron el centro en el que Gerardo es instructor desde entonces y al que Juana dedicó el resto de sus días. Ella se dedicaba a la organización y dirección del centro, llevando adelante tareas como la coordinación de las visitas de maestros, los viajes para recibir enseñanzas, y apoyando el trabajo de traducción de Gerardo, reemplazándolo en las charlas que imparte regularmente en el centro cuando él se ausentaba por sus viajes. Conversando sobre ella, Gerardo la define como una buscadora: «Una de las características de Juani», decía…

era su inmensa compasión, una compasión totalmente innata, mucho más allá de alguna religión. Era algo que uno sentía cuando estaba con ella y que, por supuesto, encontró un eco enorme en el budismo, donde la compasión es un factor fundamental que hay que cultivar.

Juntos también formaron una familia. Juana ya tenía una hija, Gabriela, y más tarde llegaría Sofía en el seno de esta familia budista que viajaba todos los años a la India y recibía lamas en su casa y en el centro Dongyuling. Sofía se dedicó a la fotografía y el cine, realizando algunos trabajos vinculados al budismo y al Tíbet. Entre ellos, la muestra «Imágenes del Despertar», organizada por el Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO) en el Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires en 2010, y la muestra itinerante «Jornadas por Tíbet» en varias ciudades de Uruguay en 2011. También realizó un trabajo sobre el Tíbet en el Auditorio del MALBA, acompañando la visita de S.S. Dalái Lama a la Argentina en 2006. A partir de uno de los viajes que realizaron en 2011 junto al Dongyuling, produjo el documental Dreamlike Journeya modo de un diario de viaje que se encuentra disponible en YouTube. El tráiler del filme muestra algunas partes de la peregrinación junto con Tsoknyi Rinpoche a lugares sagrados de la India, Nepal y Bhután, y contiene enseñanzas de SS Gyalwa Karmapa, SE Chokyi Nyima Rinpoche, SE Dilgo Khyentse Rinpoche Yangsi y, por supuesto, de Tsoknyi Rinpoche.

En Kathmandu año 1989. Fotografía cortesía de sus hijas Gabriela y Sofía.

Juana nació y murió en Buenos Aires. Mientras se realizaba un retiro en Córdoba al que ella no pudo asistir debido a un Parkinson avanzado en 2017, Juana murió por complicaciones asociadas a su enfermedad. Gerardo recuerda este momento como tremendamente kármico, dado que el retiro tenía dos partes y ella murió el día de descanso entre una parte y la otra. Esto le permitió a él viajar a Buenos Aires para acompañarla junto a Tsoknyi Rinpoche, otro maestro muy cercano a ellos que vive en Nepal, pero que, cuando Juana murió, estaba en la Argentina, pudiendo asistirla en sus últimos momentos y realizar las ceremonias correspondientes.

La conformación del budismo en la Argentina cuenta con el sostén y el trabajo, muchas veces invisibilizado, de mujeres que hacen posible su estudio y práctica. Me enteré de Juana a través de Lama Rinchen, quien la conoció desde que aquel primer grupo trajo a Lama Sherab al país y fue testigo de su vida y obra. Al googlear su nombre, no encontré su foto, tampoco su biografía. De ese trabajo silencioso de cerca de 31 años, encontré una nota de un importante diario local titulada «El traductor oficial del Dalái Lama, argentino y fan de las milanesas», que la nombra como el gran amor de Gerardo. Él, en cambio, no solo la describe y recuerda como su gran amor, sino diciendo que, sin su aporte, no habrían podido hacer todo lo que hicieron con el centro que ya tiene 36 años. Me gustaría concluir este homenaje a su trabajo trayendo palabras de Gerardo sobre Juana:

Muchísima gente que se acercaba al centro tenía una enorme atracción por ella justamente por esa cualidad de apertura, de dar la bienvenida, de acomodar a todo el mundo, de esa compasión que era totalmente natural. Una persona muy compasiva atrae a mucha gente justamente porque es un mundo duro y eso se siente mucho. La gente que vino se sintió que estaba muy cobijada por ella, porque estaba siempre abierta a cualquier problema, independientemente de mi rol ahí, ella también tenía ese rol.

Última visita de SS Dalái Lama a la Argentina en 2011. Juana, Gerardo, Sofía, Gabriela junto a Matías, su pareja, y los hijos de ambos Ana y Pedro. Fotografía cortesía de Gabriela y Sofía.

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Belén Azarola es antropóloga por la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y se especializó en Budismo Tibetano trabajando temáticas vinculadas a la traducción en la transmisión del Dharma, la transformación personal a partir de la práctica y la reflexión sobre las nociones de individuo y dividuo. Estudió Filosofía del Arte y Etnomusicología en Paris Sorbonne IV (Francia) y está formándose como paisajista en Pampa Infinita (Argentina). Trabaja con los escritos de los indólogos Fernando Tola y Carmen Dragonetti. Tuvo un cargo docente en la Universidad de Buenos Aires y fue pasante en UNESCO (Francia). Participó en distintas Jornadas y Congresos Científicos de América Latina y forma parte de equipos de investigación argentinos desde 2011 (UNESCO, CONICET, UBA).