Entrevista a Monja Coen: la maestra zen más popular de Brasil
FINA IÑIGUEZ
Tiene millones de seguidores en las redes sociales. Ofrece enseñanzas a través de Instagram y YouTube desde su templo Taikozan Tenzuizenji, ubicado en la que fuera su casa familiar en el barrio de Pacaembu, de São Paulo. Combina su dedicación al dharma con sus roles de madre, abuela y bisabuela de dos bisnietos. Ha escrito docenas de libros y cada lunes responde en directo a preguntas de los oyentes de su programa de radio «Momento Zen».
Antes de convertirse en una de las referentes del budismo zen en Brasil, tuvo una intensa vida laica: el primero de sus cinco matrimonios fue a los 14 años, tuvo su hija a los 17, se dedicó al periodismo profesional en São Paulo antes de irse a Londres, donde trabajó con estrellas del rock como Alice Cooper y David Bowie. Los Beatles, Pink Floyd, Yes… meditaban y eso le hizo interesarse por la espiritualidad. Cambió radicalmente de vida al conocer el budismo zen en California, donde tomó sus votos monásticos en 1983, a los 36 años.
Estuvo ocho años en el monasterio de Mujeres de Nagoya, en Japón. Allí se graduó como monja cualificada para dar enseñanzas de budismo a monjes y a laicos. Regresó a Brasil en 1995 como misionera de la tradición Zen Soto.
Al año siguiente rompió el techo de cristal de la conservadora comunidad zen japonesa de São Paulo al asumir temporalmente la dirección del Templo zen Busshinji, renunciando unos años después para fundar la Comunidad Zen Budista Zendo Brasil, que dirige hasta hoy. Fue también la primera monja de origen no japonés en ejercer el cargo de presidenta de la Federación de Sectas Budistas de Brasil.
Al echar la vista atrás, reconoce que sus experiencias hacen parte del tapiz de su vida: sin resentimientos ni rencor, lo acepta todo y admite que no volvería a repetir lo que no fue beneficioso, ni tampoco estimula a nadie que lo haga. Admite también que, si las cosas no hubieran ocurrido tal y como fueron, no hubiera llegado donde está ahora.
Es difícil encontrar un hueco en su agenda, llena de conferencias, entrevistas y celebraciones, desde bodas a funerales. Autora bestseller, ha publicado obras con títulos tan sugerentes como Zen para distraídos, O inferno somos nós y O sofrimento é opcional.
Ejerce de influencer con la motivación de hacer llegar las palabras del Buda al mayor número de personas posible. Y lo consigue: es la maestra zen más popular de São Paulo, ciudad donde nació en 1947, y atrae a una legión de admiradores en todo el país. Su canal de YouTube tiene 1,73 millones de suscriptores y la siguen 2,5 millones en Instagram.
Excelente oradora, su facilidad para transportar la espiritualidad al día a día, acerca la filosofía de vida budista a laicos y laicas de todas las procedencias. A través de las conexiones en directo de su programa de radio por Facebook, su mensaje llega a varios países de América del Norte, del Centro y del Sur, además de Australia, Europa y Asia.
«Coen» es un término japonés que significa «un solo círculo».
Buddhistdoor en Español: ¡Tu biografía es impresionante! ¿Podrías contarnos cuál fue tu trayectoria hasta recibir la ordenación de monja?
Monja Coen: Hay tantos relatos sobre mi trayectoria – incluso un vídeo en las redes sociales – que solo voy a mencionar algunos detalles.
Fui periodista profesional, después viví en Londres, y desde muy joven me preguntaba sobre la vida, la muerte, dios. Me mudé a los Estados Unidos y encontré el zen budismo en California, en el Zen Centre of Los Angeles ZCLA. Pedí ordenación monástica, me fui a Japón donde practiqué y me gradué después de doce años de internado y seminternado.
Regresé a Brasil y serví en el templo Busshinji de São Paulo por más de seis años. Después me atreví a salir del seno de la comunidad japonesa e inicié la jornada entre brasileños. Unos años después, en 2001, con un grupo de 17 personas, fundamos la Comunidad Zen Budista, donde soy la primada hasta hoy.
Se lo debo todo a mis maestros: Maezumi Roshi de ZCLA y sus discípulos Charlotte Joko Beck Roshi, Genpo Merzel Roshi. En Japón, a Kuroda Junnyu Roshi del templo de Kirigayaji en Tokio, mi superiora en el Monasterio Femenino de Nagoya; Aichi Senmon Nisodo, famosa escritora y conferenciante, maestra zen, de ikebana (flores) y del té de la escuela Omotesenke; Shundo Aoyama Roshi y todo el equipo de profesoras y monjas de Nisodo.
Más tarde, quien me confirmó como profesora fue el maestro Yogo Suigan Roshi, en la época abad del Daiyuzan Saijoji, en Odawara. Hice mi graduación en Japón y al volver a Brasil, me quedé los primeros seis años en el templo de la colonia japonesa Busshinji, abriendo puertas y ventanas para brasileños, japoneses y descendientes de japoneses, organizando encuentros interreligiosos en portugués, encuentros interbudistas, e incluso fui nombrada presidenta de la Federación de Sectas Budistas de Brasil durante un año. Oficiaba bodas, entierros, memoriales y ordenación laica y monástica. En nuestra orden Zen Soto, monjes y monjas tienen las mismas funciones, derechos y deberes.
BDE: En Brasil existe una especie de «eclecticismo religioso» y no es raro encontrar a personas que se dicen seguidoras del budismo, espiritismo y catolicismo al mismo tiempo. ¿Qué piensas de ello?
MC: Considero necesario que las personas elijan una de las varias tradiciones espirituales a las que podemos tener acceso. Después de encontrarse en una de ellas, puede participar de encuentros interreligiosos. Antes de eso, si no se cuidan, se convierten en turistas espirituales. Hay personas que se autodenominan ecuménicas y que participan de varias tradiciones sin establecerse ni profundizar en ninguna. No creo que este sea el mejor camino para la realización de la espiritualidad. El respeto a todas las tradiciones es importante, la participación también, pero debemos saber quiénes somos y a qué tradición podemos representar y seguir.
BDE: ¿Qué te hizo abrazar la tradición Zen Soto, entre todas las escuelas budistas?
MC: El Zen Soto fue la orden religiosa que encontré cuando me abrí a la espiritualidad, cuando en mi búsqueda por una senda religiosa encontré el Camino. Zazen fue y es el portal principal, donde encontré respuestas y preguntas sin fin.
BDE: ¿Cómo ves la evolución del Zen Soto desde el siglo pasado hasta nuestros días en un país de mayoría cristiana?
MC: El Zen Soto se introdujo en Brasil a través de la colonia japonesa. Brasil tiene el mayor número de japoneses y descendientes de todo el mundo. Poco a poco se está convirtiendo en una orden brasileña, con muchos monjes y monjas, laicos y laicas practicando el dharma correcto.
BDE: En la era de las redes sociales y de saturación de la información, ¿cómo diferenciar la paja del trigo en lo que se refiere a las «ofertas religiosas y espirituales»?
MC: ¿Cómo separar lo verdadero de lo falso? Zazen y buenos consejeros y consejeras. Por eso el Buda hablaba de la preciosidad de la sangha, de la comunidad de practicantes. Es necesario verificar con personas que han tenido la transmisión correcta si lo que está siendo ofrecido es adecuado y si representa las enseñanzas verdaderas del Buda y de alguna orden reconocida por personas honestas, éticas, compasivas y sabias.
BDE: Desde el punto de vista budista, ¿cómo interpretar esta pandemia que ha traído tanto sufrimiento a la humanidad? ¿Podría ser la maduración de un karma colectivo?
MC: Karma colectivo. Sí, podemos decir que una pandemia afecta a todos y es el resultado del descuido y de las acciones repetitivas de todos nosotros. Lo que hacemos también genera karma, que puede ser perjudicial, neutro o beneficioso. Hay personas que, a través del aislamiento social, han profundizado en el autoconocimiento, han sido capaces de vivir con más simplicidad y cuidar mejor de sí mismas y a los demás. También hubo quienes aprovecharon las circunstancias para abusar, robar, engañar. Cada persona crea su propio karma también. Así, todos somos responsables de la realidad en la que estamos insertados. Y, al despertar, podemos transformar esa realidad de manera que sea más amorosa, cuidadosa, sabia y tierna. La jornada del despertar a través de las prácticas de zazen es el camino para modificaciones sociales, políticas, económicas. Comprender que somos la vida de la Tierra y coexistimos con todas las formas de vida, hace emerger el respeto a la diversidad y el cuidado respetuoso.
¡Que todos los seres puedan despertar!
* Las fotos de esta entrevista son del archivo/divulgación de la Comunidad Zen Budista Zendo Brasil
Enlaces de interés:
Comunidad Zen Budista Zendo Brasil
Documental: “Coen – 35 años de vida monástica” (subtítulos en español)
Vídeo en el que la Monja Coen cuenta su trayectoria
Canal de YouTube de la Monja Coen
Perfil en Instagram de la Monja Coen
Vídeo del Templo de la Monja Coen
Programa de radio “Momento Zen“
Curso de introducción al budismo zen
Programa 21 días para dar un nuevo sentido a tu vida
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Fina Iñiguez Abad, hispanobrasileña, se formó en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona – UAB (1982), después de haber estudiado en las universidades de São Paulo Pontifícia Universidade Católica y Fundação Armando Álvares Penteado. Ha vivido entre São Paulo, Barcelona y Madrid desde finales de los setenta ejerciendo como publicista y periodista; y ha colaborado con medios brasileños, españoles e internacionales tales como Grupo Estado (periódico O Estado de São Paulo, Rádio Eldorado), Rádio França Internacional – Brasil y Rádio BBC News – Brasil, entre otros. También ha actuado profesionalmente como traductora de portugués y español para editoriales de São Paulo y Barcelona. En 2004 inicia una nueva etapa en el ámbito de la comunicación colaborando con organizaciones no gubernamentales. Desde 2006 se ocupa de la comunicación de la Fundación Casa del Tíbet de Barcelona y colabora con la Coordinadora Catalana d’Entitats Budistes, Sakyadhita Spain y, más recientemente, Buddhistdoor en Español.