Entre las nubes y las estrellas: Shambhala, el fantasma de una tierra
FEDERICO ANDINO
(Todos los versos citados son de la canción «El espejo de la presencia actual» atribuida a Gesar de Ling, rey tibetano, traducidos por el autor).
«Gesar, Rey de Ling, Señor del Reino de la Forma
Vestido en la armadura del sol de mediodía
Sosteniendo la bandera de la exultación,
Haciendo piruetas con la espada de luz estelar…»
Un fenómeno que tiende a repetirse en las tradiciones de raíz indoeuropea es la idea de una tierra perfecta, escondida. Sea el Lanval de la Francia medieval, el Avalon artúrico o el Agartha nazi, mucha de la tradición indoeuropea repite este concepto de «Tierra Pura» que ya hemos examinado en artículos anteriores.
«Gesar es la renovación misma
Como el viento, pasa por los tres tiempos
Espontáneamente destruyendo lo que necesita ser destruido
Ata los elementos y los tiempos
Sin descansar, el teje los sentidos…»
Quizás la mejor descripción, dentro de la ficción occidental es la de Tanelorn de Michael Moorcock. En sus escritos del ciclo del Campeón Eterno, Moorcock crea varios conceptos que hoy en día impactan fuertemente en la cultura pop: el multiverso, la idea del monomito de Campbell aplicada a figuras heroicas populares y un conflicto epistemológico entre el orden y el caos. Tanelorn, en su multiverso, es una ciudad que está más allá de los conflictos dualistas y que existe fuera de las geografías, interceptándolas en cada punto: solo requiere para aparecer que personas puedan salir del dualismo imperante. Funcionalmente, es igual que Shambhala: la iluminación devenida una ciudad.
«Justo dónde estés
Más allá del tiempo y el espacio
Si uno no la ve, puede desesperarse»
Pero volvamos a Gesar, la versión tibetana del campeón eterno: rey de Ling, emanación de Padmasambhava, mago, adepto tántrico, cambia-formas, guerrero sin igual, un ejemplo perfecto de gobernante universal budista. Tras derrotas a su rival, Satham, el rey de Jang, mediante una transformación en una mosca de hierro con alas de acero afilado que se metió en la garganta del pobre enemigo, Gesar subió a su caballo y cabalgo por un puente de arcoíris hacia los cielos. Cruzando las nubes, se transforma en un Garuda, el hombre-águila budista y vuela hacia un espacio entre las nubes y las estrellas dónde encuentra a Shambhala.
¿Cómo describe Gesar este espacio liminal?
«En este océano de mundos
hay más mundos de los que la mente concibe
Cada uno organizado en diferentes sentidos y colores»
En él, la conciencia base (sánscrito alaya) es descripta como un espejo cósmico
«El espacio sin un otro que él mismo, sendero sin piso, el mandala primordial
es la presencia pura, la realidad pura…
El primer momento, sin un segundo
El espejo cósmico es la presencia actual»
En este espejo, como una gota que se condensa, toma forma Shambhala, más allá de todo dualismo
«Ahora,
Como un relámpago, como un grito
Toda la sabiduría del espejo
Se condensa.
El Reino de Shambhala
Se erige más allá del tiempo
Completo, brillante y permeando todo
en cada instante»
Este reino de Shambhala no dual es contingente a todo momento y espacio dual de samsara. Esto es lo que vuelve una Tierra Pura y lo que lo distingue de paraísos locales como Avalon o Lanval; no está atado a una geografía (si bien personajes como Nicholas Roerich lo han buscado en el Asia Central). Pero aquí Gesar establece su naturaleza: como Tanelorn, es contingente a todo momento y lugar. Solo requiere una percepción correcta para ingresar a él.
¿Cómo describe Gesar a Shambhala?
«Flotando en la luz del ahora
En el círculo infinito del espejo cósmico
El Reino de Shambhala es un reino puro
El Reino de Shambhala aparece en la faz de la tierra
El Reino de Shambhala es la forma secreta del corazón humano
Dado que Shambhala es este momento,
Es tan presente como Samantabhadra.
Dado que Shambhala no requiere confirmación
Mora en todos los sentidos
Como Shambhala evita la contradicción de los fenómenos duales
Surge como el caballo de los vientos
Así como Shambhala está más allá de los tiempos
Siempre es apropiado.
El reino de Shambhala se encuentra oculto
Tras una cordillera impenetrable de montañas brillantes
Formadas por el tiempo
Congeladas por la ira, el deseo y la ignorancia de la confusión dualista
que lo rodean completamente
Dentro de esta cordillera
El Reino de Shambhala se abre
En la forma de un loto de ocho pétalos.
El agua que se forma en los glaciares de las montañas
Forma ocho ríos que enriquecen los bosques y campos
De las ocho provincias del Reino»
¿Cómo son sus habitantes?
«Quienes nacen aquí no sufren dolor
Siguiendo el camino de los maestros
Crecen aprendiendo el sendero secreto de la meditación
Y cultivan el arte de los guerreros»
Con esto podemos observar que Shambhala es una Tierra Pura en el sentido tradicional; esto es, una tierra dónde la práctica de meditación es la ocupación principal. Pero Shambhala tiene un carácter guerrero, una tierra dónde un rey como Gesar podía sentirse a gusto.
Cada provincia de Shambhala tiene su ciudad capital, dónde los seres que nacen van migrando, practicando diferentes técnicas, tanto de meditación como de ciencia y guerra. Pero Shambhala tiene una característica propia: sus tierras externas, sus provincias y capitales están organizadas en el mandala de la deidad Kalachakra.
Esta organización es notoria porque establece una interdependencia única dentro del vajrayana: por un lado, todos los habitantes de Shambhala, por el simple hecho de vivir allí están practicando la deidad Kalachakra. Pero el hecho de ser un practicante en el Samsara de Kalachakra nos vuelve habitantes de Shambhala.
Esto se torna más interesante aun cuándo leemos que, en la capital del reino, llamada Kalapa, el rey Suchandra, primer rey de Shambhala y quién pidió al Buda Shakyamuni que revelase el tantra de Kalachakra…
«En el medio del parque llamado Malaya
De oro líquido, rubíes, zafiros y esmeraldas,
Cristales, corales, turquesas y plata
El Rey del Dharma construyó el mandala corporal de Kalachakra»
El mandala corporal, en deidades avanzadas de meditación, es la meditación interna y secreta que genera la purificación interna de los canales, los vientos y las gotas del practicante tántrico. De esta manera, el progreso en la sociedad de Shambhala está atado a la práctica y quiénes accedan al parque de Malaya, en la capital Kalapa, podrán alcanzar rápidamente la iluminación.
Pero quiénes accedan y perfeccionen esa práctica, dentro del sistema de Kalachakra en efecto se coronarán reyes de esa tierra misma.
Interesantemente, si bien los reyes de Shambhala son Budas mismos, más allá del tiempo, en el tiempo dualista de Samsara hay una progresión de ellos:
«Los Señores de Shambhala aparecen directamente en el corazón del espejo cósmico
Como el ahora toca cada momento del devenir
Como el Tiempo más allá del Tiempo penetra en cada interdependencia
Los Señores de Shambhala se siguen unos a otros
Como el sol se mueve en el cielo.
De esta manera, el tiempo primordial se irradia dentro del tiempo lineal
Como un Rey, como un guía, como un sustento, como una visión o sueño»
De esta manera aparece Shambhala: como un fantasma irreal, pero que nunca puede ser erradicado. Su influencia se puede ver en la cultura popular, en los movimientos pan-euroasiáticos de Dugin, en las búsquedas de Agartha o el mito de Shangri-la. Son la promesa de una Tierra Pura, de un lugar y un espacio más allá del samsara.
Pero nos parece importante notar las diferencias con los mitos tradicionales de Shangri-la o Agartha. Shambhala no es una tierra con un lugar físico; es, esencialmente, la iluminación en forma de un reino. Toca todos los tiempos y todos los lugares dónde hay seres sintientes y es igualmente accesible para todos. No tiene una pertenencia étnica o regional; de hecho, se sostiene que, en última instancia, no requiere ni siquiera ser budista, dado que en el futuro se volverá tan popular que todos podrán acceder a ella sin ningún otro requerimiento que poseer una conciencia.
De esta manera, podemos ver como Tanelorn resulta un modelo más útil para comprender el reino de Shambhala; un lugar dónde, tras el conflicto del samsara, podemos iluminarnos para ayudar a todos los seres.
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Federico Andino es profesor e investigador de la Universidad del Salvador, Departamento de Estudios Tibetanos. Enseña Filosofía Budista, Estudios Tibetanos y Tibetano. Es el maestro de la tradición Palden Sakya del budismo tibetano y director ejecutivo de la Fundación Internacional de Archivos Sakya.