«Vivir en un azul que no se acaba». Un reportaje sobre el incipiente y resiliente budismo cubano.

DOUGLAS CALVO GAÍNZA

Este artículo forma parte de nuestro «El budismo en los países de habla hispana».

Nadie que conozca a Cuba y a los cubanos negará que acá se ama y venera a José Martí, nuestro «apóstol». Y este, en Un paseo por la tierra de los anamitas, relata con sublime hermosura la historia del Buda, aquel «príncipe bueno», que renunció a palacio para «vivir sin deseos y sin mancha», y se iluminó con las «cuatro verdades, que dicen que (…) el dolor viene de desear, y que para vivir sin dolor es necesario vivir sin deseo», hasta alcanzar ese «dulce nirvana, que es la hermosura como de luz que le da al alma el desinterés.» *

Preciso este retrato del Dharma, y demostrativo de aquel interés martiano en el budismo, tan manifiesto en su copiosa obra. En ella por igual se alude a Hwin Shan, el monje budista chino supuestamente descubridor de América; a las historias Jataka y a su posterior influencia literaria sobre Occidente; al surgimiento de la filología-pali mediante los estudios de eruditos como Fausböll y Rhys Davis; a la doctrina del anātman en el Milinda-Pañja… en breve, a «la generosa, conciliadora, serena, justa, tolerante, amorosa filosofía de Buddha.» **

Altar zen en Artemisa.
(foto cortesía rev. Ryushin Rodríguez)
Altar zen en Artemisa. (foto cortesía rev. Ryushin Rodríguez)

Uno de los mayores especialistas de todos los tiempos en la obra de Martí, Cintio Vitier, afirma del héroe que «hay momentos de su vida y su obra en que pareció asumir (…) contenidos de la tradición budista.» *** Y la admisión de tal hecho provocó el interés y afición del presidente de la organización japonesa Sōka Gakkai International (SGI): el erudito Daisaku Ikeda. Sus visitas a la isla caribeña eventualmente conllevaron a la oficialización en ésta, durante el año 2007, de la SGI (la cual, aún hoy, mantiene el interés por resaltar públicamente las tangencias de Martí con el budismo de Nichiren Daishonin).

Ya se ha publicado en Buddhistdoor en Español una ilustrativa entrevista a la principal lideresa de la SGI en Cuba, Joannet Delgado De La Guardia (El budismo enaltece a la mujer: Entrevista a Joannet Delgado, presidenta de la Soka Gakkai en Cuba)Solo cabe acotar que, en la Isla, la Sōka también realiza su habitual proselitismo o Shakoburo, y enfatiza la «revolución humana» en medio de la cotidiana crisis de Cuba tras la caída de la URSS.

Pero ha de advertirse que no es el budismo Nichiren el más antiguo en la Isla. Según hemos mostrado en un artículo publicado recientemente (Los culíes y el abad. Una crónica-comentario sobre la más temprana y la actual presencia del budismo chino en Cuba), fueron los inmigrantes venidos a Cuba desde China hacia 1847 los que trajeron los primeros vestigios perceptibles de prácticas mahayana que registra la historia local.

Por otra parte, a principios del siglo XX, el magnate y senador José M. Cortina hizo que en su hacienda La Güira en Pinar del Río (la provincia más occidental del país y entonces con una potente colonia nipona), varios arquitectos y obreros asiáticos construyeran una pareja de mansiones «orientales», las cuales procuraban armonizar la naturaleza criolla con la espiritualidad sintoísta. Igualmente erigieron la llamada «casa de Buda».

Desencadenada la Segunda Guerra Mundial, fueron reconcentrados los inmigrantes nipones del país entero. Pero tras 1945, una vez liberados los japoneses regresaron adonde el mecenas orientalista. Y dado que el sintoísmo patrio reculaba «despojándose de los conceptos que llevaron al Japón a la aventura bélica», esta vez los asiáticos priorizaron una espiritualidad menos beligerante y, así, «el budismo abarcó casi todo en aquel lugar.» ****

Uno de los guerrilleros de Fidel Castro ante la imagen de Buda en la nacionalizada hacienda Cortina. (Fuente - https://hoteltelegrafo.blogspot.com/2014/05/el-grado-cero-de-la-sociedad.html)

Posiblemente aquellos japoneses introdujeran el zen. Como quiera, este se asocia a la más antigua comunidad organizada de budistas en la Cuba posrevolucionaria.

Hacia fines de los 1980s y principios de los 90s comenzaron las prácticas ya oficiales de ese budismo en Cuba, y en 1996 surgió el Dojo Zen de La Habana, inaugurado por el sensei francés Stephane Kosen Thibaut, a quien sucedería la maestra Bárbara Kosen (ambos, alumnos del gran introductor de esa espiritualidad nipona en Europa, Taisen Deshimaru). Las actividades de esta comunidad Soto Zen en el país han proseguido ininterrumpidamente durante unos 24 años, y se han expandido a la cercana provincia de Matanzas. Dicho Dojo realiza sesiones diarias de meditación, y a la par retiros, y hacia el 2019 registraba unos 35 practicantes, con diez Bodhisattvas y quince monjes. *****

De obligada mención resulta el maestro Michel Tai Hei, quien en 2018 recibiera la transmisión de manos de Bárbara Kosen en el templo Shorinji en España. «Hecho – según nos comunicara él directamente – sin precedentes en la historia del budismo en Cuba, que convirtió a un monje cubano en maestro zen de este linaje.»

Maestros Bárbara Kosen y Michel Tai Hei. Foto cortesía de Michel Tai Hei.

Ese mismo año, el Sensei cubano Michel Tai Hei fundó un nuevo Dojo en la cercana provincia de Matanzas. Culminaba así una pertinaz labor expansiva, de toda una década (aunque, curiosamente, los antecedentes del zen matancero se retrotraen a meditaciones promovidas por la iglesia de los carmelitas unos 20 años atrás).

Quizás menos conocido, pero a la vez igualmente digno de atención resulta el Dojo Zen de Artemisa, en la provincia homónima. Surgido en 1999 y también de la tradición Soto, es liderado por el rev. Ryushin Rodríguez, discípulo del ven. Dosho Saikawa Roshi, hasta muy recientemente el Sokan o máxima autoridad de la Soto Shu para Suramérica [https://zenbarcelona.org/es/quien-somos/breve-historia-del-centro/dosho-saikawa-roshi-2/].

El monje cubano, ordenado en el 2006, se entrenó en el importante monasterio Daihonzan Sojiji. Rodríguez mantiene un contacto estable con los cuarteles generales de la orden en Japón, y ha recibido en su santuario visitas del propio Roshi, e igualmente del rev. Shumyo Kojima Sensei, abad del templo Zenshuji (sede de la escuela Soto Shu para Norteamérica). A su vez, él despliega una extensa labor espiritual entre los artistas marciales de la isla caribeña.

El rev. Ryushin Rodríguez (izquierda, en pie) en una ceremonia en São Paulo junto a su maestro. Fotografía cortesía de reverendo Ryushin Rodríguez

Por último, y para ya terminar con las escuelas mahayana operantes en la nación, debe mencionarse a la transmisión del Dharma procedente de Taiwán, que visitara La Habana en la persona del carismático abad Shifu Zhihan en enero del 2020, según ya ha reportado Buddhistdoor en Español (Un hito en el budismo hispano: la visita del Venerable Shifu Zhihan a Cuba).

Nuestra revista ya ha entrevistado, igualmente, al respetable introductor de la milenaria escuela theravada en Cuba: el venerable profesor canadiense Bhikkhu Mihita, un intelectual muy admirado en su país, y con una extensa labor periodística, académica, poética y directiva al frente del Consejo Budista de Canadá. («Desechar las etiquetas y buscar la verdad»: El Ven. Bhikkhu Mihita y el budismo Theravada en Cuba). Cabe resaltar que el erudito norteño decidió recibir su ordenación monástica en plena capital habanera, en un evento que, indudablemente, constituyó un hito en la historia del budismo en la Isla.

Ordenación theravada en La Habana, 7 de abril 2018. Cortesía venerable profesor Bhikkhu Mihita.

También ha hecho una reciente presencia entre los cubanos la peculiar escuela suttavada, cuya figura más icónica resulta ser el mundialmente famoso Bhante Vimalaramsi, con su énfasis en técnicas de meditación derivadas primordialmente del Sutta Pitaka [https://m.facebook.com/DhammaSukhaCubaMeditacion/]. A la par, labora en el país caribeño la tradición meditativa birmana popularizada por Goenka [https://cu.dhamma.org/].  

Existencia. Cuadro de la famosa pintora cubana Zaida del Río, inspirado en el budismo tibetano. (Fuente - https://www.pinterest.com/pin/323062973261659191/)

Dicha meditación vipassana fue introducida en la Isla por el notable yogui Eduardo Pimentel Vázquez [https://yogacuba.es.tl/Curriculum.htm], quien posiblemente constituya el primer local iniciado en el budismo tibetano, durante una visita a los EEUU en 1993. En tal fecha recibió su empoderamiento tántrico o wang de manos de una monja, hermana del Sakya Trizin. Así se introdujo en el vajrayāna, del cual afirma que posee hondas similitudes rituales con la religión afro-cubana o «santería», en cuanto a formalidades exteriores, visualizaciones, ropajes blancos del iniciado, colores, limpieza de la boca, etc. Incluso, sus conversaciones con babalawos o sacerdotes de dicha religiosidad de matriz afro, han conducido no sólo a una suerte de «diálogo interreligioso», sino también a que algunos de los awos hayan comenzado a oponerse a la muy extendida práctica litúrgica del sacrificio animal. ******

Por otra parte, un resultado sorprendente se obtuvo luego de que otro infatigable buscador espiritual, el culto ingeniero Gilberto Ribalta Olivera, culminara sus ya largas investigaciones sobre el Oriente asentándose en los sistemas del Tíbet. Con el apoyo de un instructor mexicano, organizó hacia el 2002 un grupo que sesionó sin pausas hasta que, tres años después, visitó La Habana el célebre lama danés Ole Nydahl, del linaje Kagyu.

Este conferenció ampliamente a través del casco histórico de la ciudad, y luego guio la ceremonia donde tomaron refugio unas 25 personas. Así se inició formalmente el Camino del Diamante en la Mayor de las Antillas

Enero 2005, primera visita del lama Ole Nydahl y su equipo. (Fotografía cortesía Gilberto Ribalta Olivera).

Siete años después, un estudio realizado por especialistas del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) – la principal institución cubana para el diagnóstico social -, reportaba que hacia el 2013 existían en La Habana otras dos líneas de budismo tántrico y lamaísta, además del ya citado Camino del Diamante. *******

Deberá agregarse, a modo de conclusión, que ha florecido un significativo círculo de estudiosos cubanos sobre temas budistas (residiendo sea al interior o al exterior de la Isla), dentro de los cuales han descollado o resaltan diversos académicos y escritores de renombre, como José Ignacio Cabezón, Severo Sarduy, Hugo Córdova Quero, Gustavo Pita Céspedes, Giraldo Rodríguez Plascencia y Eduardo Francisco Freyre. ******** Igualmente cabe citar los aportes artísticos de pintores como Zaida del Río y Alexander Hernández Chang.

Así ha prosperado en Cuba el budismo, el cual cuenta ya con presencia local de varias escuelas principales. Inesperadamente, este archipiélago del Caribe, más famoso por sus palmas y toques de tambor que por los gongs y pagodas, también posee su propia historia budista desde hace unos 140 años.

Los practicantes actuales en la Isla (unos 6.200 hacia el 2010) constituyen una espiritualidad minoritaria. ********* Asimismo, son un ejemplo de tenaz resiliencia. Sin dudas, las circunstancias socioeconómicas imponen lógicos frenos al crecimiento budista, dado lo difícil de adquirir sea templos o, incluso, literatura en español. Pero, mayoritariamente gracias al ejemplo personal, el Dharma sigue expandiéndose en la sociedad cubana..

No obstante, a estos creyentes aún les resta mucho por avanzar hacia un budismo nacionalmente institucionalizado y socialmente notorio. Entretanto, ellos aplican el consejo brindado por Martí en su ya citado relato sobre el Buda, de no «reposar hasta que el alma sea como una luz de aurora, que llena de claridad y hermosura al mundo.» ********** 

Y como esa luminosidad irradia y se mezcla con la de ese cielo nuestro, tan marino, por eso ser budista en Cuba es, como diría el «apóstol», «vivir en un azul que no se acaba.»

Guardianes en el malecón de La Habana, XIII bienal de arte 2019. (fuente – https://revistatraveling.com/bienal-de-la-habana-2/)

8/12/2020.

REFERENCIAS

* Martí. Obras Completas, La Habana: CEM-UNEAC, 2002. Tomo XVIII, p. 465-466.

** Ibídem, Tomo X, p. 269-270; XXI, p. 258-260; ver también artículo de junio 18, 1888, al final del tomo XI.

*** Daisaku Ikeda y Cintio Vitier. Diálogo sobre José Martí, el Apóstol de Cuba. La Habana: CEM, 2015, p. 128-135.

**** ECURED La saga japonesa en el occidente cubano. https://www.ecured.cu/La_saga_japonesa_en_el_occidente_cubano

***** Raquel L. Sicilia et al. Globalización de las religiones orientales: el budismo Zen en Cuba. La Habana: CIPS, 2019, p. 7.

****** Ellen Pearlman. Buddhism in Havana. The Brooklyn Rail, febrero – marzo 2001 https://brooklynrail.org/2001/02/express/buddhism-in-havana

******* Sonia Jiménez Barrios. Impactos de las nuevas espiritualidades en el campo religioso cubano. La Habana: CIPS, 2013. http://www.cips.cu/wp-content/uploads/2013/05/47Jimenez.pdf

Puede además consultarse el blog http://jorgealbertoaguiardiaz.blogspot.com/

******** Ver más datos en Eduardo Francisco Freyre. Presencia del budismo en Cuba. http://espanol.buddhistdoor.net/presencia-del-budismo-en-cuba/

********* Ibídem, p. 466.

Douglas Calvo Gaínza (Habana, 1970). Escritor, lingüista, traductor e investigador. Con tres maestrías y un doctorado sobre temas de religión y de humanidades, estudia sobre budismo desde el año 2000.

This Post Has 3 Comments

  1. Muevas hacia donde muevas el agua en la piscina, volverá a nivelarse. Si tratas de acercar el agua hacia ti, se escurrirá de tu lado. Si por el contrario la empujas hacia los demás, volverá a ti.
    Sawaki
    Hago danpai desde aquí a nuestro.querido maestro Michel Tai Hai.. Su enseñanza del dharma nos guía en este mundo en que el color de las gafas define aquello se ve. Gracias a sensei, heredero de Bárbara Kosen… Gassho infinito a los Budhas y Patriarcas que nos acompañan en las diez direcciones

  2. Creo que es válida una aclaración desde el respeto: cualquier persona que revise las publicaciones de Buddhist Door podrá percibir por sí misma que esta plataforma no da prioridades a unas escuelas por sobre otras. Y pienso que eso mismo ha hecho este artículo, al dar a conocer de modo general y en el marco limitado de palabras que se dan, una panorámica general del budismo en la Isla.
    En cualquier proceso de composición de un artículo, y donde por lógica intervienen a la par la habilidad del periodista y el tiempo o circunstancias personales de los entrevistados, siempre se dan novedades constantes, informaciones que llegan atrasadas, etc. No es necesario, por tanto, que se asuma mala fe ni en un escritor ni en la revista cuando se brinda al público un artículo como este. Al contrario, creo que debe ser motivo de alegría pues rompe barreras de silencio para visibilizar aún más un Dharma cubano que merece mayor divulgación.
    Gracias.

  3. Creo que es válida una aclaración desde el respeto: cualquier persona que revise las publicaciones de Buddhist Door podrá percibir por sí misma que esta plataforma no da prioridades a unas escuelas por sobre otras. Y pienso que eso mismo ha hecho este artículo, al dar a conocer de modo general y en el marco limitado de palabras que se dan, una panorámica general del budismo en la Isla.
    En cualquier proceso de composición de un artículo, y donde por lógica intervienen a la par la habilidad del periodista y el tiempo o circunstancias personales de los entrevistados, siempre se dan novedades constantes, informaciones que llegan atrasadas, etc. No es necesario, por tanto, que se asuma mala fe ni en un escritor ni en la revista cuando se brinda al público un artículo como este. Al contrario, creo que debe ser motivo de alegría pues rompe barreras de silencio para visibilizar aún más un Dharma cubano que merece mayor divulgación.
    Gracias.

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