Un Buda: una historia budista en Argentina


CARIDAD MARTÍN NIETO

Este artículo forma parte de nuestra edición especial «El budismo y el cine»

La película argentina Un Buda (2005) cuenta la historia de dos hermanos en Buenos Aires, metrópolis moderna y cosmopolita de América Latina. Narra el encuentro y el viaje de estos dos hermanos y en especial del más joven, en su lucha interior y su búsqueda espiritual, mientras que el hermano mayor, profesor de filosofía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), con su mente racional y abstracta, cuestiona todas las revelaciones budistas de su hermano menor, que no ceja de buscar su lugar en la vida.

La película fue dirigida por Diego Rafecas, quien se definía como budista. Rafecas fue el director, guionista y actor, e interesantemente interpreta al personaje del hermano profesor de filosofía. Rafecas murió en 2017 a los 46 años de edad.

La película es una historia emotiva sobre el amor y la vida, con un punto de partida muy trágico en uno de los episodios más negros de la sociedad argentina en el siglo XX: la dictadura militar (1976-1983) que usó la violencia como una manera de legitimar este régimen político.

Siguiendo las instrucciones de lo que recuerda de su padre budista, desaparecido cuando eran niños, el hermano menor comienza un viaje espiritual en un intento de descubrir quién es. Ello acontece un día en particular en el que pierde su trabajo, ve a su novia besándose con otro hombre, y la abuela que lo crió, fallece.

Y así empieza una búsqueda desesperada que lo lleva a aventurarse en prácticas espirituales ascéticas extremas en las que abandona su vida y entorno existentes, y a aislarse hasta tal extremo que su proceso sacude profundamente el mundo de quien lo rodea.

Su novia, que es actriz e hija de una importante empresaria de la televisión, le sigue en su viaje a un monasterio zen en las montañas de Córdoba (Argentina) para encontrar a un maestro. Las maravillosas vistas de la montaña Uritorco y la ubicación del monasterio zen existente, son memorables y para el espectador de la película, un lujo de fotografía. El hermano mayor se une a ellos en el monasterio, y cada uno sigue en su búsqueda.

El budismo zen, como aparece en esta película, estaba empezando a incrustarse en la vida cotidiana en Argentina. Esto también está sucediendo en muchas sociedades occidentales. Las palabras “Buda”, “trascendente”, “zen” y “meditación”, están entretejidas en la narrativa de una manera fácil. Uno de los escritores en idioma español más famosos del mundo fue el argentino Jorge Luis Borges, el cual publicó un libro sobre budismo en 1976. La película incluye algunas palabras del argot budista, las formas de disciplina zen, los monjes y las cabezas afeitadas, y cómo las prácticas se iban integrando en las actividades cotidianas.

En contraste con la forma en que se ve el budismo hoy, vislumbramos en la película cómo debió haber sido hace unas décadas, cuando fue tratado como algo exótico: proveniente de la India, asociado con la cultura hippie,  el cannabis, los Beatles, el  yoga y la moda del pelo largo. Como una referencia curiosa, el apellido de los hermanos es “Rama” (el apellido del padre), el mismo nombre de la deidad india, tal vez esto sirvió simbólicamente para rememorar el concepto pasado de cómo se entendia el budismo entonces.

Me gustaría pensar que esta películas de inspiración budista van más allá de la mera moda de la palabra zen o las decoraciones con un Buda. El budismo zen, tal como fue introducido en occidente por maestros japoneses, se ha transformado de su verdadero significado a otros conceptos modernos: estilo zen de decoración, Buda Bar, Zen Spa, Zen Shiatsu, etc. Es difícil reconocer cualquier valor budista en la mayoría de estos establecimientos comerciales y de ocio que utilizan el nombre Zen o Buda en todo el mundo.

La película Un Buda de Rafecas es genuinamente budista. Su propia compañía de producción, llamada ZAZEN PRODUCTIONS, nació para crear historias sobre valores humanos universales. Desafortunadamente, los críticos de cine no acogieron positivamente la cinematografía de Diego Rafecas en sus otras obras: “Rodney“, “Paco” y “Cruzadas” debido a que cuestionaron la naturaleza realista de los personajes, el diálogo y varios motivos oscuros.

Pero a pesar de cualquier juicio crítico de los demás, encuentro que esta película apunta y logra crear una historia muy conmovedora sobre la búsqueda humana con significado en la tradición budista.

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